JESUCRISTO: EL HIJO UNIGÉNITO Y PRIMOGÉNITO DEL PADRE: LA DOCTRINA DE “EL PADRE Y EL HIJO”.
30.
Por Alexander Gell: estudiante de la biblia 2021-2022
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CAPITULO 20.
JESUCRISTO REINA EN LA TIERRA EN EL MILENIO. EL PADRE CELESTIAL HABITA EN SU
TEMPLO EN LA TIERRA. LA LEY EN EL MILENIO. El JUICO FINAL. CIELO NUEVO Y TIERRA
NUEVA.
Resumiendo, en el subtema anterior hemos visto como la biblia enseña
que, justamente cuando Jesús descienda del cielo junto a la iglesia y sus
ángeles, destruye a todos los que se reúnen en Meguido, la conocida batalla de
Armagedón. Allí mueren todos los que se pusieron la marca de la bestia. También
la bestia y el falso profeta son tomados vivos y luego lanzados en un lago de
fuego; mientras que otros impíos que pertenecieron al gobierno de la bestia son
ejecutados por la espada que sale de la boca del cristo, es decir: por la
palabra de su poder, según apocalipsis 19: 20. Esto quiere decir que el lago de
fuego se inaugura inmediatamente Jesús regresa por segunda vez, y en ese lago
de fuego echa a la bestia y al falso profeta, y más luego también son echados
allí todos aquellos que son como cabras, los que nunca ayudaron a los
cristianos cuando estos sean perseguidos a muerte en el gobierno de la bestia,
según Mateo 25: 41-46, donde dice lo siguiente:
Por lo tanto, el lago de fuego se ha de encender dos veces:
1 cuando Jesús regrese por segunda vez y destruya a los impíos que
encuentre vivos en la tierra, como la bestia y el falso profeta, los impíos que
son como cizañas y los impíos que son como cabras. Todos esos impíos estarán
vivos cuando Jesús regrese por segunda vez, y serán destruidos en ese lago de
fuego, ya que en la segunda venida del señor Jesucristo ningún impío va a
resucitar, solo resucitarán los santos y la iglesia: esa es la primera
resurrección, según apocalipsis 20: 4-6.
2: luego del milenio, en el juicio final, ese lago de fuego se
enciende otra vez, y es cuando Dios resucita a todos los muertos en la segunda
resurrección, y los que no se encuentren anotados en el libro de la vida serán
echados en ese lago de fuego.
También vimos en el subtema anterior que, Justamente en la segunda
venida del señor Jesucristo, los mismos ángeles del señor, tan rápidos como
relámpagos, surcan los cielos, desde un extremo del mundo al otro extremo,
apresando a todos los impíos restantes, aquellos que son identificados como
“Cizaña”, y atándolos como a manojos de hierba seca, también son echados en un
horno de fuego, según Mateo 13: 36-46.
Repito: el lago de fuego se
inaugura en la segunda venida del señor Jesucristo, antes de iniciarse el
milenio, y allí son echados la bestia y el falso profeta, también los impíos
que son como cabras, y también todos los impíos que son como cizañas: todos
esos impíos mencionados son capturados vivos y echados en ese fuego destructor.
Esos impíos jamás van a resucitar, ni siquiera en el juicio final, ya que Jesucristo,
el hijo unigénito del padre, es quien literalmente (y personalmente) los
destruye al no encontrarlos dignos de la vida. Evidentemente luego de ese
juicio que ejecuta el mismísimo señor Jesucristo, ese fuego se apaga, y se
enciende nuevamente luego que se cumplan los mil años del reinado del señor
Jesucristo en la tierra, cuando se da inicio el juicio final.
¿Cómo sabemos que ese fuego eterno que destruye a los impíos se apaga
luego de consumir todo lo que abraza?, solo basta leer el siguiente pasaje
registrado en la epístola de Judas verso 7, donde dice lo siguiente:
“como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma
manera que aquellos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra
naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno.”
Como podemos ver, las ciudades de Sodoma y Gomorra fueron puestas como
ejemplo y sufrieron “EL CASTIGO DEL FUEGO ETERNO”, sin embargo, ese
fuego eterno que destruyó esas ciudades no continúa encendido hasta el día de
hoy, sinó que se apagó inmediatamente consumió todo. La frase “FUEGO ETERNO”
no quiere decir que ese fuego arde por toda la eternidad, simplemente quiere
decir que ese fuego es proveniente de un juicio de Dios, ya que Dios es “FUEGO
CONSUMIDOR” (hebreos 12:29), y nadie puede apagar ese fuego del juicio
hasta que cumpla su cometido de convertir en polvo, humo y ceniza todo lo que
abrace. Una vez ese fuego cumpla su cometido se apaga por sí solo cuando ya no
queda más nada que consumir.
Así sucederá en la segunda venida del señor Jesucristo, el cual
regresará envuelto en “LLAMAS DE FUEGO”, para destruir a todos aquellos
que estén persiguiendo a la iglesia, vamos a leerlo:
“Porque después de todo, es justo delante de Dios retribuir con
aflicción a los que os afligen, y daros alivio a vosotros que sois afligidos, y
también a nosotros, cuando el Señor Jesús sea revelado desde el cielo con sus
poderosos ángeles en llama de fuego, dando retribución a los que no conocen a
Dios, y a los que no obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesús.” 2
tesalonicenses 1: 6-8.
Recuerden lo que dice ese pasaje de Judas verso 7, ese fuego eterno
que destruyó a Sodoma y Gomorra “FUE PUESTO COMO EJEMPLO” para lo que va
a suceder en el futuro, cuando Jesús regrese, y también para cuando se realice
el juicio final. Primero Jesús inaugura el lago de fuego en su segunda venida
echando allí a la bestia y al falso profeta, a las cabras y a la cizaña: luego
de ese juicio ese fuego de apaga, y se da inicio al milenio. Luego del milenio,
cuando satanás salga de su prisión, va a engañar a muchas personas que nacieron
en el milenio, y conseguirá reunir un gran ejército de impíos con los cuales
tratará de conquistar Jerusalén, la ciudad donde Jesús en persona está
reinando, pero dice los textos de apocalipsis capítulo 20, que fuego sale de
Dios y destruye a todos esos impíos. Es entonces cuando se realiza la segunda
resurrección, los muertos son juzgados de acuerdo a sus obras, y los que no se
encuentren inscritos en el libro de la vida serán echados al lago de fuego, ya
que ese lago de fuego que destruye a los impíos se encenderá otra vez cuando
concluya el milenio. Cuando los impíos sean totalmente eliminados hasta
convertirse en humo, nuevamente ese fuego eterno se apagará y ya jamás se
volverá a encender, ya que entraremos a vivir en “UNA TIERRA NUEVA CON NUEVO
CIELO”, y la maldad no existirá más (apocalipsis 21).
Mientras tanto, los santos resucitados, la iglesia, y todos aquellos
cristianos que estén vivos cuando Jesucristo descienda del cielo en su segunda
venida, serán transformados en un abrir y cerrar de ojos, de seres corruptibles
a seres incorruptible e inmortales; los cristianos serán convertidos en seres
con cuerpos espirituales: todos esos santos subirán a las nubes a recibir al
señor “EN EL AIRE”, y “PARA ESTAR SIEMPRE CON EL SEÑOR”, tal y
como se lee en 1 Tesalonicenses 4:17. Esos santos glorificados no pasarán por
ningún juicio de castigo, ya que ellos serán transformados en seres
espirituales, como los ángeles del cielo. Ellos comparecerán ante el tribunal
de cristo únicamente para recibir galardones de acuerdo al empeño que pusieron
en predicar la verdad y vivir una vida santa, unos recibirán más, otros
recibirán menos, lo bueno es que todos los santos y la iglesia estaremos
trabajando en el reino de cristo aquí en la tierra por mil años, y seremos
semejantes al mismo señor Jesucristo: seres espirituales, vamos a leerlo:
1 Juan 3: 2: “Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha
manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando Él se manifieste,
seremos semejantes a El porque le veremos como Él es.”
JUICIO
ANTE EL TRONO DE CRISTO Y EL INICIO AL REINADO MILENIAL.
Como iremos demostrando en todo este último tema de este libro, el
señor Jesucristo va a reinar en persona desde la ciudad de Jerusalén. La ciudad
de Jerusalén será la capital de todo el mundo, ya que el reinado de Jesús
abarcará toda la tierra.
La tierra no estará vacía de gente en el milenio, como falsamente
enseña la falsa profetiza Elena G, de White y la secta “ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO
DIA”; todo lo contrario: el señor Jesucristo y los santos redimidos van a
reinar literalmente en esta tierra, desde la ciudad de Jerusalén, y los
sobrevivientes de entre las naciones que lograron salvarse el Armagedón y
también sobreviven al juicio a las naciones ante el tribunal de cristo, van
nuevamente a repoblar toda la tierra en el milenio.
Justamente cuando se inicia ese reino milenial, tiene que realizarse
el juicio en contra de las naciones impías que sobrevivieron al Armagedón, y
sobrevivieron cuando los ángeles del señor Jesucristo andaban cazando y
destruyendo a los impíos que son como cizañas.
Vamos a analizar esta profecía registrada en Daniel 7: 11-14:
“Yo
entonces miraba a causa del sonido de las grandes palabras que hablaba el
cuerno; miraba hasta que mataron a la bestia, y su cuerpo fue destrozado y
entregado para ser quemado en el fuego. Habían también quitado a las otras bestias su dominio, pero
les había sido prolongada la vida hasta cierto tiempo. Miraba yo en la visión
de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de
hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de
él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones
y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su
reino uno que no será destruido.”
Aquí se narra sobre ese “cuerno” que se engrandeció: esa es la bestia,
el último emperador romano que se ha de levantar en un futuro cercano, el cual
(unido a un personaje conocido como “el falso profeta”) invadirá
Jerusalén e impondrá su reinado desde el patio del templo por un espacio de
tiempo de tres años y medio, según apocalipsis 11: ese gobierno provocará la
mencionada “GRAN TRIBULACIÓN”, donde los santos, es decir, los
cristianos, serán perseguidos a muerte (apocalipsis 13: 7). El contexto de ese
pasaje de Daniel 7 explica que ese gobernante maligno surgirá de “LA CUARTA
BESTIA”, y ya sabemos que esa cuarta bestia es literalmente el imperio
romano, el cual ha de resurgir nuevamente cuando su herida mortal sea sanada,
según apocalipsis 13: 1-4, todo esto ya lo analizamos en subtemas anteriores.
Dice ese texto de Daniel 7: 11-14 que Dios se sienta a juzgar, y envía
a un personaje que es identificado con el título “EL HIJO DEL HOMBRE”:
ese es el señor Jesucristo, al cual Dios envía a la tierra a establecer
justicia y a conquistar el reino que por derecho mesiánico le pertenece. Jesús
y sus ángeles descienden a la tierra, y quitan todo el poder al imperio romano,
la cuarta bestia que es la que estará reinando cuando Jesús regrese, y es la
que tratará de hacerle la guerra al señor Jesucristo cuando esté descendiendo
del cielo. Cuando el último emperador bestial, junto al falso profeta, sean
atrapados y destruidos en el fuego por mano del mismo señor Jesucristo y sus
ángeles, entonces se cumple esa profecía de Daniel 7 verso 11, donde se dice
que esa cuarta bestia fue apresada, destrozada y tomada para ser quemada.
Entonces, cuando Jesús derrote a la cuarta bestia, esa profecía de Daniel 7
dice lo siguiente: “Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos
los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que
nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.”
Esto quiere decir que, luego que el señor Jesucristo destruya a la
bestia y al falso profeta, entonces recibe el trono y el reinado que por
derecho mesiánico le pertenece, siendo la capital de ese reino la ciudad de
Jerusalén. Allí se dirige el señor Jesucristo a tomar “EL TRONO DE DAVID SU
PADRE”, para que de este modo se cumpla la siguiente profecía:
Lucas 1: 31-33: “Y he aquí, concebirás en tu seno y darás a luz un
hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Este será grande y será llamado Hijo del
Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de su padre David; y reinará sobre
la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.”
Fíjense que, según esta profecía de Lucas, quien le entrega ese trono
a Jesús es literalmente el Dios padre, ya que el Dios padre también ha de
descender a la tierra en el milenio, y habitará dentro de ese imponente templo
registrados desde el capítulo 40 al capítulo 48 de Ezequiel, como veremos más
adelante. El padre celestial en persona, en un acto solemne, le entrega el
reino y el trono al señor Jesucristo, ungiéndolo a vista de los habitantes de
la tierra, para que se cumpla la siguiente profecía registrada en hebreos 1:
8-9, donde el Dios supremo hace la siguiente proclamación real:
“Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro
de equidad es el cetro de tu reino. Has amado la justicia, y aborrecido la
maldad, Por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a
tus compañeros.”
Con esto se cumple la profecía mesiánica de Isaías 9: 6-7, vamos a
leerlo:
“Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la
soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable
consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz. El aumento de su
soberanía y de la paz no tendrán fin sobre el trono de David y sobre su reino,
para afianzarlo y sostenerlo con el derecho y la justicia desde entonces y para
siempre. El celo de Yahveh de los ejércitos hará esto.”
Ahora fíjense lo que dice el verso 12 de Daniel 7:
“Habían también quitado a las otras bestias su dominio, pero les había
sido prolongada la vida hasta cierto tiempo.”
Luego que el señor Jesucristo y sus ángeles destruyan a la cuarta
bestia, es decir, el imperio romano, en la batalla de Armagedón, y también
hayan atrapado y quemado con fuego a los impíos que son como cizañas, fíjense
que, a otras naciones que también son bestiales, se les da una breve extensión
de vida. No estamos seguros si esas naciones estaban o no estaban unidas a la
bestia y al falso profeta. Esas naciones quedan identificadas en Mateo 25:
31-46 con el epíteto de: “LAS CABRAS”. Las cabras son aquellas naciones
bestiales, que no han de ayudar a los cristianos cuando estos sean perseguidos
y atribulados por mano de la bestia y el falso profeta. Vienen a ser naciones,
por así decirlo, cizañosas, ya que esas naciones han de pretender mantener sus
propios gobiernos sobre la tierra y nunca estarán dispuestos a someterse al
reinado teocrático del señor Jesucristo. Mientras que otras naciones, las
cuales en Mateo 25: 31-46, quedan identificadas con el epíteto de “LAS
OVEJAS MISERICORDIOSAS”, ya que esas naciones sí que han de ayudar a los
santos cristianos cuando estos sean perseguidos y atribulados en el gobierno de
la bestia, esas naciones si se han de someter al gobierno teocrático del señor
Jesucristo. Tanto las naciones que son “COMO CABRAS” como también las
naciones que son “COMO OVEJAS” van a comparecer ante el trono del señor
Jesucristo en Jerusalén para recibir la bendición o el castigo. Esto se conoce
como “EL JUICIO A LAS NACIONES”.
Vamos a leer completo esa extraordinaria profecía de Mateo 25: 31-46:
“Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos
ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas
delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta
el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los
cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado
para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de
comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve
desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis
a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor,
¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber?
¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O
cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el
Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis
hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. Entonces dirá también a los de la
izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno
preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de
comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis;
estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me
visitasteis. Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo
te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y
no te servimos? Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en
cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis.
E irán estos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.”
Como podemos ver, luego que el señor Jesucristo está sentado en el
trono de David su padre, reinando en la ciudad de Jerusalén, traerán a su
presencia aquellos reinos que sobrevivieron a la batalla de Armagedón, tanto
las naciones que actuaron con justicia ayudando a los cristianos cuando estos
sean perseguidos por la bestia, como también las naciones que no quisieron
ayudar a los cristianos cuando estos sean perseguidos por la bestia. Unas
naciones serán como “OVEJAS” y otras naciones serán como “CABRAS”: las ovejas
estarán a la derecha, mientras que las cabras estarán a la izquierda.
Seguramente los que estarán en ese juicio de las naciones serán los lideres
políticos de cada nación, y no todo el pueblo, y la decisión que tome el señor
Jesucristo sobre esos lideres caerá también sobre el resto del pueblo, sea la
bendición o la condenación. Este tipo de juicio que ha de ejecutar el señor
Jesucristo inmediatamente tome el trono de David su padre en la ciudad de
Jerusalén ya estaba profetizado en Isaías 11: 3-5, donde dice lo siguiente:
“Se deleitará en el temor de Yahveh, y no juzgará por lo que vean sus
ojos, ni sentenciará por lo que oigan sus oídos; sino que juzgará al pobre con
justicia, y fallará con equidad por los afligidos de la tierra; herirá la
tierra con la vara de su boca, y con el soplo de sus labios matará al impío. La
justicia será ceñidor de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura.”
El señor Jesucristo extiende su misericordia y fidelidad sobre las
naciones que están a su derecha, esas naciones que son como “ovejas”, ya que
ellos le hicieron el bien a los santos cuando estos sean perseguidos por la
bestia y el falso profeta. Fíjense las palabras de bendición que el señor les
da:
“Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para
vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de
comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve
desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis
a mí.”
Jesús los llama “benditos de mi padre”, esto quiere decir que,
en medio de esos juicios, el señor Jesucristo está conectado espiritualmente
con su padre celestial para tomar la decisión correcta. Ellos reciben “el
reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo”: se está
refiriendo a ese reino que recibió Adán, el primer humano en la tierra: un
paraíso lleno de vida y esplendor, ya que en el milenio la tierra será
regenerada y se convertirá en un paraíso como en los días de Adán y Eva, y
estas naciones que ayudaron a los cristianos entrarán a vivir en ese reino, e
incluso podrán multiplicarse teniendo hijos en el milenio. En cambio, la
iglesia recibe un reino espiritual preparado “desde antes de la fundación
del mundo” (Efesios 1:4), más adelante veremos la diferencia entre ambos
grupos.
Esas naciones que son como ovejas le hacen la siguiente pregunta a
Jesús: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y
te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y
te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?”: y
es que estas personas simplemente estarán decididas a hacer el bien y no
someterse al gobierno de la bestia, por eso ellos han de ayudar a los santos
cuando estos sean perseguidos. El señor Jesucristo les responde lo
siguiente: “De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis
hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.” Esos “hermanos pequeños de
Jesús” son los miembros de la iglesia que estén vivos en medio de la gran
tribulación, y serán ayudados por estas naciones que son como “ovejas”. Estas
naciones reciben la vida eterna como recompensa, según lo dice en el verso 46.
Ellos reciben esa vida eterna, pero no en cuerpos glorificados, sinó en cuerpos
de carne y huesos que tienen capacidad de engendrar hijos con vidas neutrales,
como veremos más adelante (sobre el tema de “vida neutral” ya lo
explicamos en los capítulos 15 y 16 del presente libro, pero más adelante haremos
una breve explicación).
Es entonces que el rey Jesucristo se dirige a los que están a su
izquierda, y les dice:
“Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y
sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me
disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me
cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis.”
Estas naciones que son como cabras son esas naciones bestias a las
cuales se les “extendió” un poco el tiempo de vida luego de la batalla
de Armagedón, tal y como se registra en Daniel 7: 12 donde dice los siguiente:
“Habían también quitado a las otras bestias su dominio, pero les había
sido prolongada la vida hasta cierto tiempo.
Se les permitió un poco más de tiempo HASTA QUE COMPARECIERAN ANTE
EL TRIBUNAL DE CRISTO EN EL JUICIO A LAS NACIONES. Esas naciones que son
como cabras el señor Jesús las condena a ser destruidas en el lago de fuego, no
solo porque ellos se negaron a ayudar a los santos cuando estos sean
perseguidos por la bestia y el falso profeta, sinó que también a muchos de
ellos Jesús los condena a ser decapitados en su misma presencia porque esas
naciones no quieren que Jesús reine en la tierra, como bien se narra en la
Parábola de las diez minas, donde concluye lo siguiente:
Lucas 19: 27: “Y también á aquellos mis enemigos que no querían que yo
reinase sobre ellos, traedlos acá, y degolladlos delante de mí.”
Entre esos condenados se incluye a la sinagoga de satanás, los falsos
judíos que nunca quisieron recocer al señor Jesucristo, nunca apoyaron la
iglesia, y que seguro habrá muchos de ellos vivos en medio de esas naciones que
estén vivos cuando Jesús regrese en gloria, de ese modo se cumple la siguiente
profecía:
Apocalipsis 3: 9-10: “He aquí, yo entregaré a aquellos de la sinagoga
de Satanás que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo
haré que vengan y se postren a tus pies, y sepan que yo te he amado. Porque has
guardado la palabra de mi perseverancia, yo también te guardaré de la hora de
la prueba, esa hora que está por venir sobre todo el mundo para poner a prueba
a los que habitan sobre la tierra.”
Como podemos ver, el señor Jesucristo en persona condena a esas
naciones a la destrucción en el lago de fuego y también los ejecuta con el
método del degüello. Esas naciones y personas ejecutadas no se levantarán
jamás, ni siquiera en la segunda resurrección.
Otras naciones y personas que continúen con vida cuando Jesús regrese
por segunda vez serán juzgadas por sus conciencias, es decir: por el bien o el
mal que hayan hecho. Serán naciones, que, al largo de la historia, no tuvieron
oportunidad de conocer la ley de Dios o conocer el evangelio de la gracia a
cabalidad: son naciones que vivieron subyugadas y maltratadas, apartadas y
menospreciadas por el imperialismo.
Por ejemplo, las tribus que viven dentro de servas como las amazonas,
o las tribus de los desiertos de África, pueblos nómadas del himalaya, naciones
que habitan en lugares inhóspitos y congelados como las tribus remotas de
Esquimales, otros aborígenes habitan en las estepas de Australia, etc: son
tribus y naciones que han vivido fuera del sistema, siendo menospreciados por
el supuesto “mundo civilizado”. Muchas de esas naciones aun consideran a
los astros como dioses, y a la tierra como diosa. Pero, aun así, Dios las
juzgará solamente por el bien o el mal que le hayan hecho al prójimo, y no
tanto por la ignorancia en el tema espiritual, ya que esas personas y naciones
vivieron apartada de todo conocimiento de la ley de Dios o del evangelio.
Aunque el evangelio será predicado “EN TODO EL MUNDO”, debemos de reconocer que
a estas tribus aisladas no se les sembró el evangelio o la ley de forma
completa, y otras ni siquiera jamás han de escuchar sobre ese conocimiento.
Tribu de la amazona actual
Personas y naciones como estas serán juzgadas por sus conciencias, tal
y como dice en romanos 2: 12-16. Todos los injustos serán eliminados. Los que
sean encontrados justos entrarán en el reinado milenial de cristo, y podrán
multiplicarse, engendrando hijos con vidas neutrales, y de ese modo conocerán
todo lo referente al Dios de Israel y la santa ley, ya que la ley nuevamente se
va a implementar en el milenio, y desde Jerusalén se extenderá la justicia por
todo el mundo, ya que Dios va a elevar el monte Sion para su gloria aquí en la
tierra, vamos a leerlo:
Miqueas
4: 1-3: “Y sucederá en los últimos días que el monte de la casa del SEÑOR será
establecido como cabeza de los montes; se elevará sobre las colinas, y afluirán
a él los pueblos. Vendrán muchas naciones y dirán: Venid y subamos al monte del
SEÑOR, a la casa del Dios de Jacob, para que Él nos instruya en sus caminos, y
nosotros andemos en sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la
palabra de Yahveh. El juzgará entre muchos pueblos, y enjuiciará a naciones
poderosas y lejanas; entonces forjarán sus espadas en rejas de arado y sus
lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán
más para la guerra.
También
habrá israelitas dispersos por todo el mundo cuando Jesús regrese por segunda
vez; los que sean encontrados dignos de la vida Dios los traerá a su tierra en
Israel, y podrán multiplicarse teniendo hijos con vidas neutrales, vamos a
leerlo:
Ezequiel
37:25: “Y habitarán en la tierra que di a mi siervo Jacob, en la cual habitaron
vuestros padres; en ella habitarán ellos y sus hijos, y los hijos de sus hijos
para siempre; y mi siervo David será su príncipe para siempre.” (aquí se menciona al rey Jesucristo tipificado con el
nombre de David)
JESUCRISTO Y LOS
REDIMIDOS ¿SOBRE QUIENES REINARÁN EN EL MILENIO?
(esta
parte está dedicada al hermano José Yúnior, que me aclaró varios puntos del tema)
Esta profetizado que el señor Jesucristo ha de reinar literalmente en
la tierra, y los santos redimidos, la iglesia glorificada, también reinarán
junto con cristo, vamos a leerlo:
2 Timoteo 2: 11-12: “Palabra fiel es ésta: Que, si morimos con El, también
viviremos con El; si perseveramos, también reinaremos con El…”
Apocalipsis 3:21: “Al vencedor, le concederé sentarse conmigo en mi
trono, como yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono.”
Esto estaba profetizado desde el antiguo testamento, que Dios el padre
levantaría a un rey justo que ha de reinar desde Jerusalén a todo el mundo, y a
ese rey lo acompañarían un grupo de príncipes y reyes, los cuales reinarían
junto con El, vamos a leerlo:
Isaías 32: 1-2: “He aquí,
un rey reinará con justicia, y príncipes gobernarán con rectitud. Cada uno será
como refugio contra el viento y un abrigo contra la tormenta, como corrientes
de agua en tierra seca, como la sombra de una gran peña en tierra árida.”
La iglesia glorificada y todos los santos que hayan alcanzado la
inmortalidad cuando Jesús regrese, serán convertidos en reyes y en sacerdotes,
vamos a leerlo:
Apocalipsis 5: 9-10: “Y cantaban un cántico nuevo, diciendo: Digno
eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque tú fuiste inmolado, y con
tu sangre compraste para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación. Y
los has hecho un reino y sacerdotes para nuestro Dios; y reinarán sobre la
tierra.”
Entre estos santos se encuentran todos aquellos israelitas de la era
del antiguo testamento, ya que ellos esperaban la promesa de un mesías venidero
y el reino celestial, como los patriarcas (Abrahán, Jacob, etc), los profetas
(Moisés, Isaías, Elías, etc) y los reyes de Israel que hicieron el bien, y
todos los israelitas que existieron antes del ministerio terrenal del señor
Jesucristo, todos los que hicieron el bien lo mejor que pudieron de acuerdo a
la ley de Moisés. Todos ellos resucitarán junto con la iglesia y también serán
ministros y príncipes en el reino milenial del señor Jesucristo, ya que solo la
iglesia y esos israelitas del antiguo testamento serán convertidos en seres
espirituales. Los demás no serán convertidos en seres espirituales, sinó que
obtendrán la vida eterna, pero en cuerpos de carne y huesos, como esas naciones
que son como ovejas, por eso ellos pueden tener la capacidad de multiplicarse
teniendo hijos en el milenio, pero la iglesia y los israelitas del antiguo
testamento no podrán multiplicarse teniendo hijos ya que ellos serán espíritus,
como los ángeles del cielo, nacidos directamente del espíritu de Dios, esto lo
iremos explicando de manera más detallada más adelante.
Entonces, si todos los santos redimidos y glorificados han de ser
reyes y sacerdotes junto con el señor Jesucristo ¿SOBRE QUIENES VAMOS A REINAR
Y MINISTRAR AQUÍ EN LA TIERRA EN EL MILENIO? Y otra pregunta: si ya en el
milenio no ha de existir salvación por gracia, ya que la iglesia estará
glorificada ¿QUÉ TIPO DE LEY SE HA DE MINISTRAR EN EL MILENIO?
Para poder responder la primera pregunta tenemos que remontarlos a los
días de Adán, el primer hombre creado en la tierra. Dios quería una familia
celestial eterna, y también quería una familia terrenal que también fuera
eterna. Los ángeles no se reproducen sexualmente unos a otros, sinó que ellos
proceden directamente de la genética espiritual del padre celestial. Los que
nacen del espíritu, como los ángeles, son seres con cuerpos espirituales; ellos
nacen directamente engendrados por el Dios padre a través del poder de Dios (el
espíritu santo), es por eso que en hebreos 12: 9 que Dios es “EL PADRE DE LOS
ESPÍRITUS”, ya que esos ángeles o seres espirituales nacen directamente siendo
engendrados por el Dios supremo. Esa bendición también le ha de tocar a la
iglesia: nacer del espíritu, y por eso seremos seres parecidos a los ángeles
del cielo (Juan 3:6). También los antiguos israelitas del antiguo testamento,
los cuales esperaban al mesías, recibirán esa bendición junto con la iglesia.
Por eso ellos no podrán multiplicarse, es decir: no podrán engendrar hijos, no
podrán casarse o darse en casamiento, según lo dicta el mismo señor Jesucristo
en mateo 22: 30, donde dice los siguiente:
“Porque en la resurrección, ni se casan ni son dados en matrimonio,
sino que son como los ángeles de Dios en el cielo.”
Pero con aquellos seres humanos que estén vivos cuando Jesús regrese
por segunda vez (las naciones que serán como “ovejas” y también los que serán
juzgados según sus conciencias) no serán transformados en espíritus, sinó que
recibirán la vida eterna, pero en cuerpos de carne y hueso, por eso podrán
multiplicarse.
Regresemos al ejemplo de Adán. Si Adán hubiera pasado la prueba, y no
hubiera comido del árbol prohibido, sinó que hubiera sido premiado con comer
del árbol de la vida, y de este modo podía vivir para siempre, de todos modos,
había una orden divina que tenía que cumplir, y era multiplicarse hasta llenar
la tierra, vamos a leerlo:
Genesis 1: 28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y
multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar,
en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la
tierra.
Si Adán hubiera obtenido la inmortalidad comiendo del árbol de la
vida, Dios no lo hubiera convertido en un espíritu, como los ángeles, pues los
ángeles y todos los seres espirituales no se casan ni se dan en casamiento, no
pueden tener sexo para reproducirse. Sin embargo, Adán tenía la orden de llenar
la tierra multiplicándose entre Él y Eva por medio del sexo. Adán simplemente
se hubiera convertido en un ser inmortal, pero de carne y huesos, con capacidad
de reproducción, y los hijos de Adán Y Eva hubieran nacidos con vidas
neutrales, es decir: sin ningún tipo de contaminación pecaminosa o mortalidad,
pero sin ser inmortales. Una persona con vida neutral no es mortal, pero
tampoco es inmortal, ya que la inmortalidad es un premio que solo obtienen los
que pasan la prueba, mientras que la mortalidad es consecuencia del pecado.
Cuando Adán desobedeció, y comió del árbol prohibido, fíjense lo que
Dios dijo:
Genesis 3: 22: “Y dijo Yahveh Dios: He aquí el hombre es como uno de
nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y
tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.
Si Adán hubiera comido del árbol de la vida simplemente “VIVIRÍA PARA
SIEMPRE”, pero siendo un hombre de carne y huesos, con capacidad de
reproducción.
Ese estado de carne y hueso en un cuerpo inmortal lo conocen los
ángeles, por eso muchos de ellos (unos 200 ángeles según el libro de Enoc)
descendieron a la tierra, tomaron para si esos cuerpos de carne y huesos y
copularon con mujeres, de donde nacieron los gigantes nefilim. Dios condenó a
la destrucción a esos ángeles, tal y como se lee en el libro de Judas 1: 6 y en 2 Pedro
2:4, ya que a los seres espirituales Dios les ha prohibido la procreación
través del acto sexual.
También el señor Jesucristo, luego de resucitar, anduvo en la tierra
por 40 días en forma de hombre inmortal, pero de carne y huesos, vamos a
leerlo:
Lucas 24: 39: “Mirad mis manos y mis pies, que soy yo mismo; palpadme
y ved, porque un espíritu no tiene carne ni huesos como veis que yo tengo.”
Claro está que nuestro señor Jesucristo cuando ascendió y subió al
cielo, se despojó de ese cuerpo de carne y huesos y tomó su verdadera apariencia
en un ser de cuerpo espiritual, lleno de gloria y resplandor, como lo vió Juan
en apocalipsis capítulo 1.
Un cuerpo de carne y huesos inmortal no tiene sangre, ya que la sangre
es lo que hace que el cuerpo de degenere y se pudra, y es en la sangre donde
habita los radicales libres que por causa del pecado hace que el cuerpo
envejezca y muera. En vez de sangre lo que tienen es energía vital. La biblia
especifica que un cuerpo con “CARNE Y SANGRE” no puede heredar el reino
de los cielos, vamos a leerlo:
1 corintios 15:50: “Y esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no
pueden heredar el reino de Dios; ni lo que se corrompe hereda lo
incorruptible.”
Pero, como hemos visto anteriormente, hasta Jesucristo resucitado,
siendo ya un ser inmortal, anduvo en este mundo en un cuerpo de carne y hueso
indestructible.
Entonces, lo mismo que hubiera sucedido con Adán en caso de haber
obtenido el premio de comer del árbol de la vida, y convertirse en un hombre
inmortal de carne y huesos con poder de procreación, eso mismo es lo que
recibirán esas naciones que estén vivas cuando Jesús regrese. Las naciones que
son como “ovejas misericordiosas” y todas esas naciones aborígenes y demás
naciones que sean juzgadas por sus conciencias y fueren encontradas dignas de
la vida, recibirán la vida eterna, pero no en cuerpos glorificados, sinó en
cuerpos de carne y huesos que tendrán la capacidad de reproducción a través del
acto sexual. En cambio, los miembros de la iglesia, y también los israelitas
del antiguo testamento que hicieron lo bueno de acuerdo a la ley, recibirán
cuerpos espirituales, ya que nacerán del espíritu de Dios, y por eso no se
casarán y tendrán hijos en el milenio, sinó que serán reyes, sacerdotes,
príncipes y ministros en el reino de cristo: una familia de dioses.
Y es que las promesas de vida eterna que pertenece a la iglesia y la
promesa de vida eterna que les corresponde a los demás no es igual. La iglesia
y los israelitas del antiguo testamento tienen promesas de un reino celestial
diseñado “desde antes de la fundación del mundo”, ya que Dios quería que
parte de la humanidad se convirtiera en espíritus, y por ese tipo especial de
personas el señor Jesucristo pagó con su propia sangre, vamos a leerlo:
Efesios 1: 3-4: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor
Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares
celestiales en Cristo, según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo,
para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él.”
Mientras que “las naciones” que Dios juzgara dignas de entrar a
la vida eterna recibirían el reino de Adán, la tierra paradisiaca creada desde
el principio del mundo, vamos a leerlo:
Mateo 25: 34: “Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid,
benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la
fundación del mundo.”
Es por esto que la iglesia y los israelitas del antiguo testamento que
hicieron lo bueno serán premiados con cuerpos espirituales, reinarán junto con
cristo en el milenio, y luego del milenio habitarán dentro de la ciudad
celestial, la nueva Jerusalén que baja del cielo. mientras que las demás
naciones que sean juzgadas por su conciencia y fueren halladas dignas recibirán
la vida eterna en cuerpos de carne y huesos y heredarán la tierra, podrán
multiplicarse en el milenio, y luego del milenio vivirán repartidas en naciones
alrededor de la Jerusalén celestial, pero no dentro de ella.
Entonces, es sobre esas naciones que la iglesia va a reinar junto con
el señor Jesucristo en el milenio, ya que esas naciones serán repobladas
nuevamente. Los hijos de esas personas no nacerán siendo inmortales, ya que la
vida eterna no es una herencia humana que se pueda pasar de padres a hijos,
sinó que la vida eterna la obtienen aquellos que logran vencer las pruebas, y
Dios le da esa recompensa. Los hijos de ellos nacerán con vidas neutrales, la
misma vida que tenía Adán en el momento que fue creado, hasta el momento justo
antes de pecar. Esos que nazcan en el milenio serán probados en el transcurso
del milenio a que se sujeten a la ley de moisés, ya que la ley y sus rituales
serán nuevamente puestos en vigencia en el milenio, como detallaremos más
adelante.
La iglesia glorificada gobernará sobre las naciones que repueblen la
tierra, mientras que los apóstoles resucitados, como Pedro, Juan etc,
gobernarán sobre las 12 tribus de Israel, vamos a leerlo:
Y es que, cuando Jesús regrese, habrá 144000 israelitas cien por
ciento fieles que serán glorificados, más otros israelitas que en medio del
gobierno de la bestia se convertirán al señor Jesús: todos ellos recibirán
cuerpos glorificados y espirituales (apocalipsis 14: 4-5). En cambio, los
israelitas que aun en la temporada del gobierno de la bestia todavía no se han
convertido al señor, pero se someten a la ley de moisés de todo corazón, ellos
serán juzgados según sus conciencias, y los que fueren hallados dignos pasarán
a ser parte del reino milenial de cristo, pero no con cuerpos glorificados,
sinó que serán inmortales, pero con cuerpos de carne y huesos, los cuales
podrán reproducirse. De este modo irán creciendo en número cada una de las
tribus de Israel, y se organizarán en sus respectivos territorios alrededor del
gigantesco templo de Jerusalén, vamos a leerlo:
Ezequiel 37: 24-26: “Mi siervo David será rey sobre ellos, y todos
ellos tendrán un solo pastor; andarán en mis ordenanzas y guardarán mis
estatutos y los cumplirán. Y habitarán en la tierra que di a mi siervo Jacob,
en la cual habitaron vuestros padres; en ella habitarán ellos y sus hijos, y
los hijos de sus hijos para siempre; y mi siervo David será su príncipe para
siempre. Y haré con ellos un pacto de paz; será un pacto eterno con ellos. Y
los estableceré, los multiplicaré y pondré mi santuario en medio de ellos para
siempre.”
Este pasaje es impresionante. Nuevamente el rey Jesucristo es
tipificado con el sobrenombre “David”, y será el gran pastor de todas las
naciones, incluyendo la nación de Israel. Fíjense que esta profecía se ha de
cumplir en el milenio, donde Dios hará con los israelitas “UN PACTO ETERNO”, y
los establecerá en su tierra, y los multiplicará (podrán tener hijos), y el santuario
de Dios (ese majestuoso templo descrito en el libro de Ezequiel capítulos 40 al
47) estará en medio de la nación, y Dios mismo estará también allí con ellos.
La ley que fue entregada a moisés será nuevamente el estándar para que los que
nazcan en el milenio con vidas neutrales sean probados en el transcurso del
milenio, al final del cual (si pasan la última prueba cuando satanás sea
soltado de su prisión y salga a engañar a las naciones), entonces recibirán la
vida eterna, si no pasan esa última prueba serán destruido por fuego
(apocalipsis 20: 7-10). Y es que nadie puede obtener la vida eterna sin pasar
la prueba.
Debemos recordar que en el libro de apocalipsis se narra sobre grandes
guerras que ocurrirán antes de Jesús regresar, y las poblaciones de la tierra
serán menguadas en número. Además de que todos los reinos que se unan a la
bestia y a sus diez reyes aliados serán totalmente destruidos cuando Jesús
regrese, por tales cosas sabemos que la población mundial estará muy reducida
cuando Jesús regrese. Es por esta razón que en el reinado milenial del señor
Jesucristo se permitirán matrimonios polígamos, es decir: un hombre podrá tener
hasta 7 esposas, de ese modo las poblaciones en el mundo en el milenio crecerán
rápidamente, vamos a leerlo:
Isaías 4: 1-3: “En aquel día quedarán tan pocos hombres que
siete mujeres pelearán por uno de ellos, y le dirán: «Nosotras nos mantendremos
por nuestra cuenta y nos vestiremos con nuestros propios medios, pero déjanos
llevar tu nombre, líbranos de nuestra vergüenza.» En aquel día, el retoño que
el Señor hará brotar será el adorno y la gloria de los que queden con vida en
Israel; las cosechas que produzca la tierra serán su orgullo y su honor. A los
que queden con vida en Sión, a los que sobrevivan en Jerusalén y reciban el
privilegio de vivir allí, se les llamará «consagrados al Señor».
Además de que la salud será perfecta en el milenio, en primer lugar,
porque los que nazcan en el milenio tendrán vidas neutrales, nadie va a nacer
con una vida corruptible y enfermiza. Y habrá en la tierra aguas y arboles
especiales para la sanidad de las naciones, vamos a leerlo:
Ezequiel 47: 7-12: “Después me llevó, y me hizo volver por la ribera
del río. Y volviendo yo, vi que en la ribera del río había muchísimos árboles a
uno y otro lado. Y me dijo: Estas aguas salen a la región del oriente, y
descenderán al Arabá, y entrarán en el mar; y entradas en el mar, recibirán
sanidad las aguas. Y toda alma viviente que nadare por dondequiera que entraren
estos dos ríos, vivirá; y habrá muchísimos peces por haber entrado allá estas
aguas, y recibirán sanidad; y vivirá todo lo que entrare en este río. Y junto a
él estarán los pescadores, y desde En-gadi hasta En-eglaim será su tendedero de
redes; y por sus especies serán los peces tan numerosos como los peces del Mar
Grande. Sus pantanos y sus lagunas no se sanearán; quedarán para salinas. Y
junto al río, en la ribera, a uno y otro lado, crecerá toda clase de árboles
frutales; sus hojas nunca caerán, ni faltará su fruto. A su tiempo madurará,
porque sus aguas salen del santuario; y su fruto será para comer, y su hoja
para medicina.
Para conocer todo lo referente al tema de vida neutral, aquí les dejo
un excelente estudio en audio precisamente con ese tema:
https://drive.google.com/file/d/1B3fl83YsdaFUJhmEMMZDZveT1pAekw-d/view?usp=sharing
VIDA NEUTRAL Y LA
LEY DE DIOS EN EL MILENIO: GOBIERNO TEOCRÁTICO.
Como lo hemos analizado en el subtema anterior, nuestro mundo será
repoblado, será lleno de gente en el milenio. Las personas de las naciones que
logren entrar a vivir en el milenio, como las ovejas misericordiosas de Mateo
25: 31-46, o las personas que sean juzgadas por sus conciencias y la balanza
está a su favor: todos ellos serán inmortales, pero con cuerpos de cane y
huesos con los cuales podrán tener hijos, pero esos hijos no nacerán
inmortales, ya que la inmortalidad solo la obtienen aquellos que logren pasar
las pruebas; solo los vencedores tendrán el derecho de comer del árbol de la
vida, tal y como se lee en los siguientes pasajes:
Apocalipsis 22:14: “Bienaventurados los que lavan sus vestiduras para
tener derecho al árbol de la vida y para entrar por las puertas a la ciudad.”
Apocalipsis 2:7: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a
las iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el
paraíso de Dios.”
Las personas que nazcan en el milenio tendrán una vida neutral,
precisamente el mismo tipo de vida que tenia Adán cuando fue creado, y
exactamente el mismo tipo de vida que tenia el señor Jesucristo cuando fue
transformado en un ser humano y nació en este mundo en forma de hombre.
Una persona con vida neutral no es “INMORTAL”, ya que la
inmortalidad es un premio reservado para quienes logren vencer las pruebas;
pero tampoco son “MORTALES”, ya que la mortalidad es consecuencia del
pecado.
Tomemos el ejemplo de vida de Adán, el primer hombre sobre de la
tierra. Desde el momento justo en que Adán fue creado, hasta justamente el
momento antes de pecar, Adán tenía una vida neutral.
Cuando Adán y Eva fueron creados evidentemente no eran pecadores, ni
andaban haciendo el mal. Incluso Dios le había dado a Adán el trabajo de cuidar
un precioso jardín y de ponerles nombre a todos los animales. El Génesis no
dice cuanto tiempo ellos permanecieron en ese estado de inocencia probatoria,
donde ellos no eran pecadores, y por lo tanto no eran mortales, es decir: NO
PODÍAN MORIR, ya que LA PAGA POR EL PECADO ES LA MUERTE, y si ellos no habían
pecado, entonces no podían morir, todavía no había entrado la muerte al mundo.
Ellos podían haber vividos montones de siglos y hasta milenios en ese
estado de inocencia probatoria sin morir, pero sin ser inmortales, lo único que
tenían que hacer ERA NO PECAR.
Romanos 5:12: "Por tanto, tal como el pecado entró en el mundo
por un hombre, y la muerte por el pecado, así también la muerte se extendió a
todos los hombres, porque todos pecaron."
Antes de que Adán pecara, no existía, por lo tanto, la muerte en el
mundo. La muerte comenzó a existir en el momento justo que Adán y Eva desobedecieron
el mandamiento que Dios les dió. Obviamente esto demuestra de forma irrefutable
que Dios no lo creó mortal a Adán, pues si aún él no había pecado, ¿cómo iba a
ser mortal?.
Ahora debemos preguntarnos lo siguiente: ¿Qué obtendrían Adán y Eva si
hubieran obedecido NO COMIENDO DEL ÁRBOL PROHIBIDO?
pues la respuesta bíblica la tenemos en apocalipsis 2: 7, donde el
mismo señor Jesucristo dice lo siguiente:
"El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las
congregaciones. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual
está en medio del paraíso de Dios."
Ahí lo tienen más que claro: el señor les da a comer del árbol de la
vida únicamente a los vencedores, a los que pasan la prueba: es Jesucristo
mismo quien lo dice, y es algo que absolutamente nadie lo puede negar, ya que
esta es la única respuesta bíblica que nos muestra que hubiera recibido adán y
Eva si hubiesen obedecido. Si Adán y Eva
hubieran pasado la prueba, entonces Dios los recompensaría concediéndoles la
inmortalidad DÁNDOLES A COMER DEL ÁRBOL DE LA VIDA.
Vamos a confirmarlo con este otro pasaje de apocalipsis:
"Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para tener
derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad."
Apocalipsis 22:14.
Ese pasaje dice de manera irrefutable que solamente los que guardan
los mandamientos de Dios son los únicos que comen del árbol de la vida, y
resulta que Adán y Eva no obedecieron el mandamiento de Dios, por lo tanto: NO
TENÍAN NINGÚN DERECHO A COMER DEL ÁRBOL DE LA VIDA, QUE LES HABRÍA OTORGADO LA
INMORTALIDAD.
A Adán y Eva jamás se les quitó la inmortalidad por causa del pecado,
ya que ellos nunca fueron inmortales, ya que si ellos hubieran comido del fruto
del árbol de la vida VIVIRÍAN PARA SIEMPRE; pero resulta que no comieron del
árbol de la vida: Dios mismo lo dijo en Genesis 3:22-24.
Entonces, repito; el árbol de la vida está reservado por Dios
únicamente para los vencedores, para quienes obedecen las ordenes de Dios, PARA
AQUELLOS QUE PASAN LA PRUEBA.
Si alguien pensara erróneamente que Adán tenía acceso y comía del
árbol de la vida entonces tendríamos que aceptar también que SE PUEDE OBTENER
LA INMORTALIDAD SIN TENER QUE OBEDECER A DIOS Y SIN PASAR NINGUNA PRUEBA, lo
cual sería entonces una tremenda doctrina de demonios, ya que esos pasajes que
hemos citados anteriormente dicen bien claro que los únicos que comen del árbol
de la vida y se convierten en inmortales son únicamente los vencedores,
aquellos que obedecen los mandatos de Dios, así que MUCHO CUIDADO CON ESTA
SUTIL MENTIRA DEL DIABLO DE QUE ADÁN Y EVA COMÍAN DEL ÁRBOL DE LA VIDA SIN
PASAR LA PRUEBA DE OBEDIENCIA.
Imagínense ustedes, si hasta los descendientes de Adán y Eva que
vivieron antes del diluvio fueron personas que Vivian cientos y cientos de años,
como Matusalén que vivió casi llegando a los mil años, ya que en ese tiempo no
había tanta corrupción en la naturaleza, pues con más razón vivirán de forma
perpetua los humanos que en el futuro nacerán y vivirán en el milenio, cuando
Jesús regrese por segunda vez y comience a reinar sobre la tierra, y este mundo
se convierta nuevamente en un paraíso. De los que nacen en el milenio solo
morirán aquellos que pequen, según Isaías 65: 19-21. Los que no pequen pasaran
vivos por todo el milenio sin morir, hasta lograr la inmortalidad completa
luego que sean juzgados ante el gran trono blanco en el juicio final, después
del milenio, luego que satanás sea destruido.
Si Adán y Eva hubieran comido del árbol de
la vida simplemente se convertirían en personas de carne y huesos inmortales,
pero no obtendrían cuerpos espirituales, ya que ellos no hubieran nacidos del
espíritu de Dios. Los hijos de Adán y Eva hubieran nacido con vidas neutrales,
y también tendrían que pasar la prueba para luego poder obtener la inmortalidad
comiendo del árbol de la vida. Y es que los seres espirituales, como los
ángeles, no se casan ni se dan en casamiento, es decir: no se reproducen
teniendo relaciones sexuales, sinó que nacen de Dios mismo.
Algo como esto va a suceder en el futuro, cuando
muchas personas de las naciones logren la inmortalidad cuando Jesús regrese.
Los miembros de la iglesia, tanto los vivos como también los muertos, serán
transformados en seres espirituales, ya que van a nacer de lo alto, y se
convertirán en espíritus como los ángeles del cielo, la iglesia va a obtener la
inmortalidad sin necesidad de comer del árbol de la vida, y (como serán seres
espirituales) no podrán engendrar hijos. Mientras que personas de las naciones
que estén aun vivas cuando Jesús regrese, por simplemente hacerles el bien a
los miembros de la iglesia cuando estos sean perseguidos por la bestia y el
falso profeta, serán declarados justos, podrán comer del árbol de la vida y
entrarán a vivir en el milenio (Mateo 25: 31-46) con vidas inmortales, pero con
cuerpos de carne y huesos, y podrán multiplicarse teniendo hijos que nacerán
con vidas neutrales, de esta forma las naciones se llenarán de gente en el
milenio. Esos que nazcan con vidas neutrales en el milenio serán probados con
la ley de moisés
Ahora que entendemos el significado de una vida neutral, podemos
comprender el por qué los que nazcan en el milenio también tendrán vidas
neutrales. Ellos nacerán en un paraíso, ya que la tierra en el milenio será
regenerada hasta convertirse en un paraíso, como lo fue el jardín de Edén,
vamos a leerlo:
Isaías 51:2: “Mirad a Abraham, vuestro padre, y a Sara, que os dio a
luz; cuando él era uno solo lo llamé, y lo bendije y lo multipliqué.
Ciertamente el SEÑOR consolará a Sion, consolará todos sus lugares desolados;
convertirá su desierto en Edén, y su yermo en huerto del SEÑOR; gozo y alegría
se encontrarán en ella, acciones de gracias y voces de alabanza. Prestadme
atención, pueblo mío, y oídme, nación mía; porque de mí saldrá
una ley, y estableceré mi justicia para luz de los pueblos.”
El mundo será purificado, la naturaleza estará en armonía: todos los
que nazcan en el milenio tendrán vidas rebosantes de salud, ya que en sus genes
y sangre no habrá contaminación pecaminosa. Incluso los animales salvajes estarán
en paz, ya que todos ellos solo comerán paja, y no se devorarán unos a otros.
Pero fíjense que ese pasaje que acabamos de leer dice que de Dios “saldrá
una ley, y estableceré mi justicia para luz de los pueblos.”
Así mismo como Adán y Eva fueron probados, también las personas que
nazcan en el milenio serán probadas. Ya no habrá salvación por gracia a través
del sacrificio de Jesús, ya que el mismo señor Jesucristo estará reinando aquí
en el milenio en persona, y la iglesia glorificada estará reinando junto con
Él. Dios va a establecer nuevamente los preceptos de la ley que fue entregada a
moisés, nuevamente se realizaran sacrificios de animales para cubrir pecados
leves, y nuevamente se guardará el sábado, en todo el transcurso del milenio. Fíjense
que naciones como Egipto podrán conocer al señor, vamos a leerlo:
Isaías 19:21; “Y Yahveh se dará a conocer en Egipto, y los egipcios
conocerán al SEÑOR en aquel día. Adorarán con sacrificios y ofrendas, harán
voto a Yahveh y lo cumplirán.”
El templo cuyas enormes medidas están plasmadas en los capítulos 40 al
48 de Ezequiel estará en Jerusalén, y allí se realizarán los rituales de
purificación, a través de sacerdotes levitas. Todo esto cumple la siguiente
profecía:
Ezequiel 37: 24-26: “Mi siervo David será rey sobre ellos, y todos
ellos tendrán un solo pastor; andarán en mis ordenanzas y guardarán mis
estatutos y los cumplirán. Y habitarán en la tierra que di a mi siervo Jacob,
en la cual habitaron vuestros padres; en ella habitarán ellos y sus hijos, y
los hijos de sus hijos para siempre; y mi siervo David será su príncipe para
siempre. Y haré con ellos un pacto de paz; será un pacto eterno con ellos. Y
los estableceré, los multiplicaré y pondré mi santuario en medio de ellos para
siempre.”
Por ejemplo, todas las personas de las naciones tendrán que guardar el
sábado, vamos a leerlo:
Isaías 66: 23 “Y sucederá que de luna nueva en luna nueva y de día de
reposo en día de reposo, toda persona vendrá a postrarse delante de mí--dice el
SEÑOR.”
¿Habrá pecados y muerte en el milenio?: claro que sí. Todos aquellos
que cometan pecados muy graves, que no puedan ser cubiertos por la sangre de
animales sacrificados, recibirán la pena de muerte. Nadie va a violar la ley de
Dios y quedar impune, ya que las pruebas a las cuales tienen que someterse
aquellos que nazcan en el milenio con vidas neutrales es OBEDECER LA SANTA LEY
DE DIOS.
Si una persona de vida neutral, que aun teniendo 100 años es
considerado como si fuera un niño joven, morirá como un maldito si transgrede
la ley de Dios, tal y como lo leemos en el siguiente pasaje:
Isaías 65: 20: “Allí no habrá niños que mueran a los pocos días, ni
ancianos que no completen su vida. Morir a los cien años será morir joven, y no
llegar a los cien años será una maldición.”
Las naciones que se nieguen a guardar el sábado y a celebrar la fiesta
anual de los tabernáculos, y toda nación que se nieguen a rendirle pleitesías
al rey, Yahveh de los ejércitos en Jerusalén, también recibirán fuertes
castigos, vamos a leerlo:
Zacarías 14: 16-18: “Y sucederá que todo sobreviviente de todas las
naciones que fueron contra Jerusalén subirán de año en año para adorar al Rey,
Yahveh de los ejércitos, y para celebrar la fiesta de los Tabernáculos. Y
sucederá que los de las familias de la tierra que no suban a Jerusalén para
adorar al Rey, Yahveh de los ejércitos, no recibirán lluvia sobre ellos. Y si
la familia de Egipto no sube ni viene, entonces sobre ellos no habrá lluvia;
será la plaga con la cual Yahveh herirá a las naciones que no suban a celebrar
la fiesta de los Tabernáculos.”
Y es que Dios el padre mismo en persona estará habitando aquí en la
tierra en el milenio: estará dentro del santuario preparado para Él en ese
gigantesco templo que estará en Jerusalén, cuyas medidas y forma están
detalladas en Ezequiel capítulos 40 al 48. Vamos a leer Ezequiel 43: 1-12, que
es donde se narra como Dios el padre en persona entra a habitar en ese templo:
Ezequiel 43: 1-12: “Me llevó luego a la puerta, a la puerta que mira
hacia el oriente; y he aquí la gloria del Dios de Israel, que venía del
oriente; y su sonido era como el sonido de muchas aguas, y la tierra
resplandecía a causa de su gloria. Y el aspecto de lo que vi era como una
visión, como aquella visión que vi cuando vine para destruir la ciudad; y las
visiones eran como la visión que vi junto al río Quebar; y me postré sobre mi
rostro. Y la gloria de Yahveh entró en la casa por la vía de la puerta que daba
al oriente. Y me alzó el Espíritu y me llevó al atrio interior; y he aquí que
la gloria de Yahveh llenó la casa. Y oí uno que me hablaba desde la casa; y un
varón estaba junto a mí, y me dijo: Hijo de hombre, este es el lugar de mi
trono, el lugar donde posaré las plantas de mis pies, en el cual habitaré entre
los hijos de Israel para siempre; y nunca más profanará la casa de Israel mi
santo nombre, ni ellos ni sus reyes, con sus fornicaciones, ni con los cuerpos
muertos de sus reyes en sus lugares altos. Porque poniendo ellos su umbral
junto a mi umbral, y su contrafuerte junto a mi contrafuerte, mediando solo una
pared entre mí y ellos, han contaminado mi santo nombre con sus abominaciones
que hicieron; por tanto, los consumí en mi furor. Ahora arrojarán lejos de mí
sus fornicaciones, y los cuerpos muertos de sus reyes, y habitaré en medio de
ellos para siempre. Tú, hijo de hombre, muestra a la casa de Israel esta casa,
y avergüéncense de sus pecados; y midan el diseño de ella. Y si se avergonzaren
de todo lo que han hecho, hazles entender el diseño de la casa, su disposición,
sus salidas y sus entradas, y todas sus formas, y todas sus descripciones, y
todas sus configuraciones, y todas sus leyes; y descríbelo delante de sus ojos,
para que guarden toda su forma y todas sus reglas, y las pongan por obra. Esta
es la ley de la casa: Sobre la cumbre del monte, el recinto entero, todo en
derredor, será santísimo. He aquí que esta es la ley de la casa.
Y es que Dios va a elevar el monte Sion, y allí acudirán todas las
naciones de la tierra a conocer la ley de Dios, para que se cumpla la siguiente
profecía:
Miqueas 4: 1-3: “Y sucederá en los últimos días que el monte de la
casa de Yahveh será establecido como cabeza de los montes; se elevará sobre las
colinas, y afluirán a él los pueblos. Vendrán muchas naciones y dirán: Venid y
subamos al monte de Yahveh, a la casa del Dios de Jacob, para que Él nos
instruya en sus caminos, y nosotros andemos en sus sendas. Porque de Sion
saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Yahveh. El juzgará entre muchos
pueblos, y enjuiciará a naciones poderosas y lejanas; entonces forjarán sus
espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación
contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra
El señor Jesucristo estará gobernando como rey en la ciudad de
Jerusalén, estará sentado en el trono de David su padre. También los miembros
de la iglesia, los que recibirán cuerpos inmortales y espirituales justamente
cuando Jesús regrese por segunda vez, también serán reyes y sacerdotes en el
reino milenial, y estarán ministrando a las naciones, mientras que los 12
apóstoles estarán ministrando a las 12 tribus de Israel. Tanto Jesús como
también sus colaboradores inmortales gobernarán con “VARA DE HIERRO”, es
decir: aplicarán la ley sin contemplaciones, recompensando a quienes hagan lo
bueno, y destruyendo a quienes hagan pecados muy graves, vamos a leerlo:
Isaías 11-5: “Se deleitará en el temor de Yahveh, y no juzgará por lo
que vean sus ojos, ni sentenciará por lo que oigan sus oídos; sino que juzgará
al pobre con justicia, y fallará con equidad por los afligidos de la tierra;
herirá la tierra con la vara de su boca, y con el soplo de sus labios matará al
impío. La justicia será ceñidor de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su
cintura.”
Apocalipsis 2: 26-27: “Y al vencedor, al que guarda mis obras hasta el
fin, le daré autoridad sobre las naciones; y las regirá con vara de hierro,
como los vasos del alfarero son hechos pedazos, como yo también he recibido
autoridad de mi Padre.”
El gobierno del señor Jesucristo no será democrático, ni comunista, ni
socialista, ni de ninguno de esos términos de gobiernos humanos que nunca
ayudaron a la humanidad: en realidad el gobierno del señor Jesucristo será “TEOCRÁTICO”,
es decir: la ley de Dios se impondrá sobre todas las naciones de la tierra, y
quienes no quieran someterse serán destruidos, mientras que aquellos que si se
sometan podrán pasar todo el milenio sin morir, disfrutando de ese paraíso en
la tierra: y luego recibirán la vida eterna cuando comparezcan en el juicio
final ante el gran trono blanco.
Para las naciones que residan en el reinado milenial les será fácil
cumplir con la ley, ya que todo el mundo será un paraíso donde no va a reinar
la maldad, ya que satanás estará en ese momento preso en una prisión en el
abismo justamente en esos mil años, para que no pueda tentar ni engañar a
nadie, vamos a leerlo:
Apocalipsis 20: 1-3: “Vi a un ángel que descendía del cielo, con la
llave del abismo, y una gran cadena en la mano. Y prendió al dragón, la
serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y lo
arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase
más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe
ser desatado por un poco de tiempo.
Por lo cual: cada quien será completamente responsable a su propio
pecado. Veamos como en Isaías 11: 1-10 se resume el gobierno de cristo y la
vida en el milenio:
“Saldrá una vara del tronco de
Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. Y reposará sobre él el Espíritu de
Yahveh; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de
poder, espíritu de conocimiento y de temor de Yahveh. Y le hará entender
diligente en el temor de Yahveh. No juzgará según la vista de sus ojos, ni
argüirá por lo que oigan sus oídos; sino que juzgará con justicia a los pobres,
y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la
vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío. Y será la
justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura. Morará el lobo
con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león
y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. La vaca y la
osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja. Y
el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado
extenderá su mano sobre la caverna de la víbora. No harán mal ni dañarán en
todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Yahveh,
como las aguas cubren el mar. Acontecerá
en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón a los
pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será gloriosa.”
Fíjense que en el milenio hasta los animales estarán todos en paz, no
se devorarán unos a otros. Ese retoño de Isaí del que se habla en ese pasaje es
el señor Jesucristo, el cual también hará la función de sacerdote en el
milenio, ya que Jesús va a entrar a ese santuario para estar en la presencia de
Dios mismo, vamos a leerlo:
Jeremías 30: 20-22: “Y serán sus hijos como antes, su congregación
delante de mí será confirmada, y castigaré a todos sus opresores. Será su guía
uno de ellos, su gobernante de en medio de ellos saldrá, y lo haré acercarse y
él se llegará a mí; porque ¿quién se atrevería a arriesgar su vida para llegarse
a mí?; declara Yahveh. Y vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios.”
También los sacerdotes de la línea de Sadoc podrán estar delante de la
presencia del Dios de Israel, dentro del santuario, vamos a leerlo:
Ezequiel 44: 15-17: “Mas los sacerdotes levitas hijos de Sadoc, que
guardaron el ordenamiento del santuario cuando los hijos de Israel se apartaron
de mí, ellos se acercarán para ministrar ante mí, y delante de mí estarán para
ofrecerme la grosura y la sangre, dice Yahveh el Señor. Ellos entrarán en mi
santuario, y se acercarán a mi mesa para servirme, y guardarán mis ordenanzas.
Y cuando entren por las puertas del atrio interior, se vestirán vestiduras de
lino; no llevarán sobre ellos cosa de lana, cuando ministren en las puertas del
atrio interior y dentro de la casa.”
Y, claro está, la iglesia redimida podrá estar delante de la presencia
del Dios altísimo, ya que Jesús dijo que los redimidos verán a Dios; Mateo 5:8.
En el milenio es cuando se cumple las promesas territoriales dadas a
la nación de Israel: poseerán la tierra que les fue prometida, cada tribu en su
lugar correcto, tal y como se lee en Ezequiel 47: 13-23.
En resumen, así será la vida en el milenio: tanto el padre celestial
como también su hijo Jesucristo estarán aquí en la tierra: Dios el padre
habitará dentro del templo, mientras que Jesús estará reinado en Jerusalén
sentado en el trono de David su padre. La justicia de la ley se aplicará a
todas las naciones, y a esa ley se debe someter todos aquellos que nazcan en el
milenio; quienes no se sometan a la ley morirán como malditos, mientras que
quienes se sometan a la ley podrán vivir sin morir en todo el transcurso del
milenio. El mundo será un paraíso como lo fue en Edén.
Con esto se desenmascara varias doctrinas de demonios sostenidas en el
sistema iglesiero apóstata actual. Por ejemplo, en el sistema
católico-evangélico enseñan que, cuando Jesús regrese por segunda vez, todos
los redimidos serán trasladados inmediatamente a vivir eternamente en el tercer
cielo. Eso es falso, tanto el padre celestial, como también Jesucristo y
también la iglesia estarán reinando aquí en la tierra, ministrando y probando a
todos aquellos que nazcan en el milenio con vidas neutrales. También hemos
desenmascarado la doctrina de demonios predicada por la falsa profetiza Elena g
de White, fundadora de la secta adventista del séptimo día, la cual enseña la
mentira de que en el milenio este mundo estará vacío de gente, y que solo el
diablo y sus demonios habitarán la tierra. La biblia muestra todo lo contrario:
este mundo será repoblado de naciones, y (además) satanás estará preso en una
prisión en el abismo, y no podrá engañar a las naciones durante esos mil años.
SATANÁS SALE DE SU
PRISIÓN: LA ULTIMA PRUEBA PARA LA HUMANIDAD.
Cuando el milenio esté a punto de concluir, ya el mundo estará muy
poblado: habrá naciones en todos los confines de la tierra. La biblia no da un
número exacto de todas las personas que poblarán el mundo en el milenio, solo
se limita a decir que serán como los granos de arena del mar en multitud. Ahora
esos millones de seres humanos con vidas neutrales han de pasar por la última
prueba, la cual, quienes pasen esa prueba con éxito entrarán a la vida eterna,
mientras que quienes no pasen esa última prueba serán exterminado por medio del
fuego que sale de Dios, ya que Dios es “FUEGO CONSUMIDOR”, tal y como se
lee en hebreos 12:29.
Satanás será soltado de su prisión, y saldrá a engañar a todas las
naciones, e incitará a que se reúnan en contra del gobierno teocrático de
cristo. Vamos a leerlo:
Apocalipsis 20: 7-10: “Cuando hayan pasado los mil años, Satanás será
soltado de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones de los cuatro extremos
de la tierra, a Gog y a Magog, cuyos ejércitos, numerosos como la arena del
mar, reunirá para la batalla. Y subieron por lo ancho de la tierra, y rodearon
el campamento del pueblo santo, y la ciudad que él ama. Pero de Dios cayó fuego
del cielo y los quemó por completo. Y el diablo, que los había engañado, fue
arrojado al lago de fuego y azufre, donde también habían sido arrojados la
bestia y el falso profeta.
Como podemos ver, cuando satanás sea soltado de su prisión, recorrerá
todo el mundo, tentando a los moradores de la tierra que nacieron en el
milenio, una gran cantidad de personas mal agradecidas caerán en el engaño y se
unirán a satanás, y formarán un ejército tan grande que parecen las arenas del
mar en multitud. Marcharán en contra de la ciudad amada, Jerusalén, donde el
señor Jesucristo está en persona gobernando. Rodearán la ciudad, pero de nada
les servirá, ya que de la presencia de Dios sale fuego que baja del cielo y los
consume a todos, y el diablo mismo es echado en un lago de fuego, donde mil
años antes también fueron destruidos la bestia y el falso profeta. Esta es la
última revuelta en contra del gobierno de Dios y de cristo, ya que de ahí en
adelante satanás no existirá más.
Esta es la última prueba para aquellos seres humanos que nacieron en
el milenio, con vidas neutrales y que aprendieron sobre la ley de Dios.
Millones de ellos pasarán la prueba de forma victoriosa, no uniéndose a
satanás, mientras que otros millones de ellos se unirán a satanás, y por esa
causa perderán sus vidas, siendo destruidos por el fuego de Dios que cae del
cielo.
EL JUICIO FINAL.
Luego que satanás y esos impíos de vidas neutrales son eliminados para
siempre, siendo consumidos por el fuego de Dios, es cuando se realiza el juicio
final ante el gran trono blanco. Todos los muertos son resucitados para
comparecer ante el juicio delante del máximo juez: el padre celestial, esta es
“LA SEGUNDA RESURRECCIÓN”. En esta segunda resurrección no resucita
ningún cristiano, ya que los santos cristianos fueron resucitados mil años
antes, justamente cuando Jesús regresa por segunda vez y da inicio al milenio,
por lo cual ningún cristiano será juzgado en el juicio final, vamos a leerlo:
Apocalipsis 20: 4-6: “Vi tronos, y en ellos estaban sentados los que
habían recibido autoridad para juzgar. Vi también las almas de aquellos a
quienes les cortaron la cabeza por haber sido fieles al testimonio de Jesús y
al mensaje de Dios. Ellos no habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni se
habían dejado poner su marca en la frente o en la mano. Y vi que volvieron a
vivir y que reinaron con Cristo mil años. Pero los otros muertos no volvieron a
vivir hasta después de los mil años. Ésta es la primera resurrección. ¡Dichosos
los que tienen parte en la primera resurrección, pues pertenecen al pueblo
santo! La segunda muerte no tiene ningún poder sobre ellos, sino que serán
sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él los mil años.
En cambio, en la segunda resurrección resucitan todos los seres
humanos que han existido en la tierra, a excepción de la bestia, el falso
profeta, todos los impíos que estaban vivos y fueron destruidos en la segunda
venida del señor Jesucristo, y tampoco van a resucitar todos los que nacieron
en el milenio con vidas neutrales y violaron la ley de Dios: estos grupos de
impíos no han de resucitar ni siquiera en el juicio final, sinó que dejaron de
existir para siempre.
En la segunda resurrección han de resucitar “LOS JUSTOS Y LOS
INJUSTOS”, y serán juzgados por sus obras, tal y como lo profetizó el señor
Jesucristo en el siguiente pasaje:
Juan 5: 28-29: “No os admiréis de esto, porque viene la hora en que
todos los que están en los sepulcros oirán su voz, y saldrán: los que hicieron
lo bueno, a resurrección de vida, y los que practicaron lo malo, a resurrección
de juicio.”
Fíjense que el señor Jesucristo tiene participación muy activa en esta
segunda resurrección, ya que es precisamente Jesús, con su voz, quien hace el
llamado, para que los muertos resuciten, ya que a Jesús Dios el padre le
entregó las llaves de la muerte y el hades, vamos a leerlo:
Apocalipsis 1:18: “y el que vive, y estuve muerto; y he aquí, estoy
vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del
Hades.”
Esto también lo había profetizado el profeta Daniel, vamos a leerlo:
Daniel 12:2: “Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra
despertarán, unos para la vida eterna, y otros para la ignominia, para el
desprecio eterno.”
Entre esos resucitados estarán todas aquellas personas que a través de
los siglos han vivido en la tierra, antes de la segunda venida del señor
Jesucristo, los que no fueron resucitados en la primera resurrección.
Estas personas serán juzgadas en primer lugar por la ley, y también
serán juzgadas por sus conciencias, por el bien o el mal que hicieron: serán
puestas en una especia de balanza, tal y como se lee en romanos 2: 12-16, vamos
a leerlo:
“Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y
todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; porque no son
los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán
justificados. Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por
naturaleza lo que es de la ley, estos, aunque no tengan ley, son ley para sí
mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio
su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, en el día en
que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi
evangelio.”
No necesariamente esas personas antes de morir conocieron el evangelio
de cristo o la ley de Dios, ya que muchas personas en el mundo a través de los
milenios han muerto sin haber conocido la ley de Dios y tampoco el evangelio de
la gracia, por lo cual esas personas serán juzgadas por sus obras. Los justos
heredarán la vida eterna, mientras que los injustos serán castigados con la
destrucción eterna en el lago de fuego, que es la muerte segunda. Entre esos
justos se pueden contar todos esos millones de niños que murieron siendo
abortados, los que vivieron todas sus vidas como esclavos, los indígenas de
diferentes tribus que fueron señalados como “incivilizados”, personas de buen
corazón que siempre ayudaron al prójimo, y (en fin) todos aquellos que tengan
una buena conciencia ante Dios. En cambio, todos los injustos serán lo
contrario, serán todos aquellos que a través de los milenios hicieron lo malo
al prójimo, nunca tuvieron buena conciencia, y jamás se arrepintieron del mal
que hicieron. Todos esos impíos no estarán señalados en el libro de la vida,
por lo cual serán destruidos en el lago de fuego, donde recibirán “LA MUERTE
SEGUNDA”. También resucitaron en la segunda resurrección todos aquellos falsos
cristinos, los que a cambio de ganancias deshonestas aplicaron doctrinas de
demonios en el cristianismo: esos personajes son tan mentirosos y manipuladores
que aun en el juicio final intentarán mentir delante del mismísimo señor
Jesucristo, diciendo lo siguiente:
Mateo 7: 21-23: “No todo el que me dice: ``Señor, Señor, entrará en el
reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los
cielos. Muchos me dirán en aquel día: ``Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu
nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos
milagros? Y entonces les declararé: ``Jamás os conocí; APARTAOS DE MI, LOS QUE
PRACTICÁIS LA INIQUIDAD.
Veamos cómo se resume el juicio final en apocalipsis 20: 11-15:
“Vi un gran trono blanco, y al que estaba sentado en él. Delante de su
presencia desaparecieron completamente la tierra y el cielo, y no se los volvió
a ver por ninguna parte. Y vi los muertos, grandes y
pequeños, de pie delante del trono; y fueron abiertos los libros, y también
otro libro, que es el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados de acuerdo
con sus hechos y con lo que estaba escrito en aquellos libros. El
mar entregó sus muertos, y el reino de la muerte entregó los muertos que había
en él; y todos fueron juzgados, cada uno conforme a lo que había hecho. Luego
el reino de la muerte fue arrojado al lago de fuego. Este lago de fuego es la
muerte segunda, y allí fueron arrojados los que no tenían su nombre
escrito en el libro de la vida.”
Cuando la tierra, el mar y todos los sepulcros entreguen a los
muertos, todos esos muertos estarán ante Dios el padre. No creo que todos esos
millones y millones de personas sean juzgadas una a una, sino que Dios examina
sus conciencias y corazones todas al mismo tiempo, además de que los hechos de
ellos ya están anotados de antemano en el libro de la vida y otros libros que
serán abiertos. Los dignos entrarán a vivir para siempre en el reino de Dios y
de cristo, mientras que los impíos son destruidos en el lago de fuego, y para
siempre dejan de existir.
En ese lago de fuego de produce “LA MUERTE SEGUNDA”, es decir: la
extinción eterna: esos muertos jamás regresarán a la vida, sino que dejan de
existir por toda la eternidad. Con esto queda desenmascarada una de la más
perversa doctrina de demonios: “EL INFIERNO DE TORMENTOS ETERNOS”. En el
sistema iglesiero apóstata, tanto católico como también protestante, se enseña
la doctrina infame y morbosa de que los impíos serán echados en el fuego del
supuesto “infierno” y jamás se les permitirá morir, ya que serán torturados en
suplicios por toda la eternidad. En cambio, las sagradas escrituras enseñan que
en el juicio final todos los condenados serán destruidos para siempre dejarán
de existir: el fuego los consumirá. Allí se cumple el salmo 37, vamos a escoger
y leer unos cuantos versos de ese salmo:
“8 deja la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a
hacer lo malo. 9 porque los malignos serán destruidos, Pero los que esperan en
Yahveh, ellos heredarán la tierra. 10 Pues de aquí a poco no
existirá el malo; Observarás su lugar, y no estará allí. 11 Pero los mansos
heredarán la tierra, Y se recrearán con abundancia de paz. 12 Maquina el impío
contra el justo, Y cruje contra él sus dientes; 13 El Señor se reirá de él;
Porque ve que viene su día. 20 Mas los impíos
perecerán, Y los enemigos de Yahveh como la grasa de los carneros Serán
consumidos; se disiparán como el humo. 22 Porque los benditos de él heredarán
la tierra; Y los malditos de él serán destruidos. 34 Espera en Yahveh, y guarda
su camino, Y él te exaltará para heredar la tierra; Cuando sean destruidos los
pecadores, lo verás. 35 Vi yo al impío sumamente enaltecido, Y que se extendía
como laurel verde. 36 Pero él pasó, y he aquí ya no estaba; Lo busqué, y no fue
hallado. 37 Considera al íntegro, y mira al justo; Porque hay un final dichoso
para el hombre de paz. 38 Mas los transgresores serán todos a una destruidos;
La posteridad de los impíos será extinguida.”
Luego de ese juicio final, es cuando el señor Jesucristo se acerca a
Dios y le entrega el reinado, para que Dios el padre sea el todo en todos,
vamos a leerlo:
1 corintios 15: 24-28: “Entonces vendrá el fin, cuando Cristo derrote
a todos los señoríos, autoridades y poderes, y entregue el reino al Dios y
Padre. Porque Cristo tiene que reinar hasta que todos sus enemigos estén
puestos debajo de sus pies; y el último enemigo que será derrotado es la
muerte. Porque Dios lo ha sometido todo bajo los pies de Cristo. Pero cuando
dice que todo le ha quedado sometido, es claro que esto no incluye a Dios
mismo, ya que es él quien le sometió todas las cosas. Y cuando todo haya
quedado sometido a Cristo, entonces Cristo mismo, que es el Hijo, se someterá a
Dios, que es quien sometió a él todas las cosas. Así, Dios será todo en todo.”
CIELO NUEVO Y TIERRA
NUEVA: LA JERUSALÉN CELESTIAL.
Fíjense en lo que dice apocalipsis 20: 11:
“Vi un gran trono blanco, y al que estaba sentado en él. Delante de su
presencia desaparecieron completamente la tierra y el cielo, y no se los volvió
a ver por ninguna parte.
También el señor Jesucristo profetizó que este mundo dejaría de
existir, para dar paso a un mundo nuevo, vamos a leerlo:
Mateo 24: 35: “El cielo y la tierra pasarán, más mis palabras se
cumplirán.”
Ahora veamos como lo define el apóstol Pedro:
2 Pedro 3: 7-13: “pero los cielos y la tierra que existen ahora, están
reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y
de la perdición de los hombres impíos. Mas, oh amados, no ignoréis esto: que
para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no
retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente
para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al
arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el
cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán
deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. Puesto que
todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa
y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de
Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos,
siendo quemados, se fundirán! Pero nosotros esperamos, según sus promesas,
cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.”
Luego del juicio final, Dios destruye por medio del fuego la tierra y
el cielo que hoy conocemos, y pasa a crear “CIELO NUEVO Y TIERRA NUEVA”. Mientras
Dios hace esa obra, todos los redimidos y salvos estarán en el tercer cielo, y
desde allí observarán a Dios trabajando en esa gran obra. La iglesia estará en
ese momento dentro de la ciudad celestial que Dios ha diseñado para la iglesia,
la Jerusalén celestial, una ciudad en forma de gigantesca pirámide fabricada
con materiales celestiales, mientras que los demás redimidos de las naciones
estarán alrededor de esa gran ciudad. Cuando Dios termine de crear “CIELO NUEVO
Y TIERRA NUEVA”, entonces esa gran ciudad desciende del cielo y es establecida
en el centro de la nueva tierra. Los miembros de la iglesia residirán para
siempre dentro de esa gigantesca ciudad, mientras que las personas de las
naciones que lograron la inmortalidad, habitarán como naciones alrededor de la
nueva Jerusalén, vamos a leerlo:
Apocalipsis 21: 1-9: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el
primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan
vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta
como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía:
He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos
serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda
lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni
clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en
el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe;
porque estas palabras son fieles y verdaderas. Y me dijo: Hecho está. Yo soy el
Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré
gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El que venciere heredará todas
las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. Pero los cobardes e
incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los
idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego
y azufre, que es la muerte segunda.”
Veamos como en apocalipsis se da las medidas exactas de esa enorme
ciudad que desciende del cielo. Allí se dice que su base es cuadrada, y todos
los ángulos miden lo mismo, igual que su altura también mide lo mismo, vamos a
leerlo:
Apocalipsis 21: 15-17: “El que hablaba conmigo tenía una caña de
medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro. La ciudad se halla
establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y él midió la
ciudad con la caña, doce mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de
ella son iguales. Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de
hombre, la cual es de ángel.”
Falsamente la secta “testigos de jehová” aseguran que esa ciudad será
un enorme cubo, pero eso es falso: en realidad las medidas corresponden a una
gigantesca pirámide. La medida de la Nueva Jerusalén es “12,000
estadios” en cada uno de sus lados. El “estadio” es una medida griega de
“longitud”. Para nosotros tiene, en la actualidad, un equivalente de 185
metros. y 144 codos la altura de sus muros. En el estadio de 185 metros, lo
cual, al ser multiplicado por 12,000 estadios, da unos 2,400 kilómetros en cada
ángulo del cuadrado, esto equivale a la extensión de toda Europa. Lo mismo la
altura, será de 2,400 kilómetros, por lo cual el brillo glorioso de esa ciudad
se podrá ver desde todos los confines de la nueva tierra, ya que esa gran
ciudad estará en el centro de la nueva creación y alumbrará todo. También
tendrá una muralla de 70 metros de espesor aproximadamente. En apocalipsis 21
versos 18 al 21 se enumera los diferentes materiales celestiales con los cuales
está construida esa ciudad.
El patriarca Abrahán sabía que el constructor de esa ciudad que baja
del cielo era Dios el padre, vamos a leerlo:
Hebreos 11: 8-10: “Por la fe Abraham, cuando fue llamado para ir a un
lugar que más tarde recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde
iba. Por la fe se radicó como extranjero en la tierra prometida, y habitó en
tiendas de campaña con Isaac y Jacob, herederos también de la misma promesa,
porque esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y
constructor.”
Como dije anteriormente, esa gran ciudad, del tamaño de Europa, estará
en el centro del mundo, y como su altura es de 2,400 kilómetros, se podrá ver
desde todos los confines de la tierra, ya que esa ciudad será la que alumbre a
todo el mundo. Evidentemente el mundo no será una bola giratoria, sinó que el
mundo será lo que siempre ha sido, una planicie, es decir: la tierra siempre ha
sido y será plana. Es por eso que esa gran ciudad celestial que baja del cielo
podrá verse desde todas partes de la tierra. En la nueva creación no va a
existir el sol y la luna, tampoco han de existir las estrellas, no habrá más
noche, sino que será un eterno día, vamos a leerlo:
Apocalipsis 21: 22-27: “Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios
Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero. La ciudad no tiene necesidad
de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y
el Cordero es su lumbrera. Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la
luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella. Sus
puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche. Y llevarán la
gloria y la honra de las naciones a ella. No entrará en ella ninguna cosa
inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están
inscritos en el libro de la vida del Cordero.”
En la nueva creación no existirá más la ley, ni guardar el sábado (ya
que no va a ver día y noche, sino un día eterno), porque estaba profetizado que
la ley cumpliría su misión hasta que llegara la nueva creación, vamos a leerlo:
Mateo 5:18: “Porque en verdad os digo que hasta que pasen el cielo y
la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la ley hasta
que toda se cumpla.”
Entonces, si no va a existir la ley en esa nueva creación ¿Cómo se
guiaran las personas eternas que allí vivan?. Solo ha de permanecer para
siempre EL AMOR, vamos a leerlo:
1 corintios 13: 8-10: “El amor jamás dejará de existir. En cambio, las
profecías se acabarán, las lenguas dejarán de hablarse, y el conocimiento
llegará a su fin. Y es que sólo conocemos y profetizamos de manera imperfecta,
pero cuando venga lo perfecto, lo que es imperfecto se acabará.
En la nueva creación todos los seres serán perfectos, por lo cual no
necesitarán la ley. Solamente ha de prevalecer el amor unos a otros, Fíjense
que el verso de apocalipsis 21 verso 4 dice:
“Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá
muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas
pasaron.”
La paz será eterna, el amor será eterno, no existirá más la maldad.
La biblia no dice nada si en la nueva creación de podrá tener hijos,
por lo tanto: no podemos ir más allá de lo que ya está escrito.
Dios el padre y su hijo Jesucristo reinarán estando literalmente en
esta nueva tierra, desde esa enorme ciudad de 2, 400 kilómetros de altura.
JERARQUÍAS EN LA
NUEVA TIERRA.
Los máximos dioses gobernantes en la nueva tierra son, obviamente: el
padre celestial y su hijo Jesucristo, vamos a leerlo:
Apocalipsis 22: 1-5: “El ángel me mostró un río limpio, de agua de
vida. Era claro como el cristal, y salía del trono de Dios y del Cordero. En
medio de la calle principal de la ciudad y a cada lado del río, crecía el árbol
de la vida, que da fruto cada mes, es decir, doce veces al año; y las hojas del
árbol sirven para sanar a las naciones. Ya no habrá allí nada puesto bajo
maldición. El trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad, y sus siervos lo
adorarán. Lo verán cara a cara, y llevarán su nombre en la frente. Allí no
habrá noche, y los que allí vivan no necesitarán luz de lámpara ni luz del sol,
porque Dios el Señor les dará su luz, y ellos reinarán por todos los siglos.”
Vemos que aquí se menciona el trono de Dios el padre y del cordero, es
decir: Jesucristo, ya que ellos dos serán los máximos dioses regentes por toda
la eternidad, siendo el padre celestial el único Dios adorado, mientras que el
señor Jesucristo recibe honra y honor junto al padre, vamos a leerlo:
Apocalipsis 5: 13-14: “Y a toda cosa creada que está en el cielo,
sobre la tierra, debajo de la tierra y en el mar, y a todas las cosas que en
ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la
alabanza, la honra, la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. Y los
cuatro seres vivientes decían: Amén. Y los ancianos se postraron y adoraron.”
Nunca se ha de reconocer a un dios trino, ya que el espíritu santo no
es ninguna persona ni ningún dios. Solo el padre celestial y su hijo Jesucristo
serán los únicos dioses reconocidos como los máximos, siendo el padre el Dios
mayor y quien recibe toda la adoración, mientras que el señor Jesucristo recibe
honra, honor y gloria junto a su padre.
Aparte del dios padre y su hijo Jesucristo, habrá otros dioses
poderosos: la iglesia y los ángeles, ya que en la nueva Jerusalén habitarán una
familia de Elohim (dioses) de entre los cuales la iglesia es parte, ya que los
miembros de la iglesia serán transformados en seres espirituales, igual que el
padre, Jesucristo y los ángeles.
Fuera de la ciudad de Jerusalén celestial habrá otros reyes, de menor
grado, aquellos que han de dirigir las naciones, aquellos que vivirán en todos
los confines de la tierra alrededor de la gigantesca ciudad de Jerusalén, y
esos reyes y naciones traerán sus tributos y ofrenda a esa gran ciudad, tal y
como se lee en este pasaje:
Apocalipsis 21: 24: “Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a
la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella.”
Lo importante es reconocer que todos los seres inmortales serán
personas llenas de amor, en los cuales no ha de existir la envidia, por lo cual
todos los habitantes de la tierra se sentirán a gusto con el lugar que Dios les
ha asignado en su nueva creación.
AMEN.
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Les damos permiso de compartir y distribuir todos
nuestros estudios gratuitamente, siempre y cuando no le quieten ni le añadan a
la información.
PRÓLOGO
Hasta aquí nos ha ayudado Dios el padre y su hijo Jesucristo en la
elaboración de este análisis exhaustivo sobre la persona del mesías, y sobre la
doctrina bíblica de “EL PADRE Y EL HIJO”.
Este es, sin ninguna duda, el estudio más bíblicamente (e
históricamente) completo que se haya realizado jamás en la historia de la
iglesia. Por lo cual les damos las gracias al Dios supremo, el padre; y a su
hijo Jesucristo por guiarnos a través de su espíritu en la realización de esta
formidable obra.
Este estudio es de publicación gratuita, ya que nosotros damos por
gracia, lo que por gracia hemos recibido: solo unas recomendaciones
importantes:
1: pueden compartir libremente este libro con quienes ustedes gusten,
siempre y cuando no le quiten ni le añadan a la información.
2: este estudio es gratuito: está prohibido su venta.
Les damos las gracias a los administradores del grupo: “ESTUDIOS Y DEBATES BÍBLICOS”, en Telegram, los cuales han sido mis colaboradores en el análisis de los diferentes temas tratados en este libro.
Y saludos afectuosos a todos los hermanos en cristo que se congregan
vía Telegram en el GRUPO DE ESTUDIOS Y DEBATES BÍBLICOS.
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ALEXANDER GELL