JESUCRISTO: EL HIJO UNIGÉNITO Y PRIMOGÉNITO DEL PADRE: LA DOCTRINA DE “EL PADRE Y EL HIJO”.
PARTE 29.
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CAPÍTULO 19: LA
PRIMERA Y SEGUNDA RESURRECCIÓN: EL VERDADERO ESTADO DE LOS MUERTOS.
Parte fundamental de la fe cristiana es nuestra creencia en la
resurrección de entre los muertos. Creemos que cuando el señor Jesucristo
regrese en gloria (“después de la tribulación de aquellos días”: Mateo 24:
29-31); todas las personas que han muerto, que a través de la historia han
ejercido fe en la gracia de Dios a través del señor Jesucristo, Dios les
devolverá la vida: los levantará del polvo. La base de la fe cristiana en la
resurrección proviene del testimonio dado por los apóstoles y la iglesia del
siglo primero: LA RESURRECCIÓN DEL MISMÍSIMO SEÑOR JESUCRISTO, y (a través del
mismo señor Jesucristo) todos los creyentes también han de resucitar de entre
los muertos. Nuestra creencia en la resurrección nos ayuda a mantenernos en
busca de la santidad, ya que si fuéramos como los ateos, los cuales no creen en
vida después de la muerte, entonces nuestra existencia seria vana: no importa
si usted hace el bien o hace el mal: total después de la muerte no existe
ningún tipo de pago, castigo o recompensa. Sin embargo, nuestra creencia en la
resurrección de entre los muertos nos indica que debemos ser agradecidos con el
creador, ya que Él ha prometido darnos una vida inmortal, eterna; con cuerpos
indestructibles: por lo cual anhelamos ser participantes de ese reino eterno, y
(evidentemente), para poder ser partícipe de ese reino eterno debemos de
sujetarnos y obedecer con mucho agradecimiento las normas divinas. La salvación
en esta era cristiana es por gracia, eso es cierto, pero también dice las
escrituras que “SIN SANTIDAD NADIE VERÁ AL SEÑOR” (hebreos 12:14).
En el siglo 1 existía una secta semi atea, los cuales eran
representados por una casta sacerdotal conocida como los saduceos. Observen lo
que dice la biblia sobre los saduceos:
Hechos 23: 8: “Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni
ángel, ni espíritu, más los fariseos creen todo esto.”
Es asombroso que en medio de entre los mismos sacerdotes de Israel, en
tiempo de cristo, pudiera existir tal secta: ahí se ve el grado alto de
corrupción existente entre los sacerdotes. La torah, es decir: el antiguo
testamento, está repleto de pasajes y textos donde se dice que Dios puede
resucitar a los muertos; vamos a leer unos cuantos:
Daniel 12:2: “Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra
despertarán, unos para la vida eterna, y otros para la ignominia, para el
desprecio eterno.”
Salmos 71:20: “Tú que me has hecho ver muchas angustias y aflicciones,
me volverás a dar vida, y me levantarás de nuevo de las profundidades de la
tierra.”
1 Samuel 2:6: “El señor da muerte y da vida; hace bajar al sepulcro y
hace subir.”
Incluso al profeta Daniel el ángel le prometió que sería resucitado al
final de los tiempos, vamos a leerlo:
Daniel 12: 13: “Y tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás
para recibir tu heredad al fin de los días.”
Sin duda alguna la doctrina de la resurrección es firme en todo el
antiguo testamento, donde se habla de esa gran resurrección global al final de
los días, y también sucedieron algunas resurrecciones momentáneas en algunas
personas sobre las cuales Dios tuvo misericordia, como el hijo de la viuda 1
reyes 17-22, también el profeta Eliseo resucito a otra persona, lo pueden leer
en 2 Reyes 4:34-36: también aquel muerto que resucitó cuando tocó los huesos
del profeta Eliseo, según 2 Reyes 13: 20-21. Esas son resurrecciones
momentáneas, orgánicas o biológicas, ya que esas personas murieron nuevamente
tiempo después, eso es obvio, ya que la biblia enseña que la resurrección para
vida eterna es al final del tiempo.
Es inconcebible que entre los mismos sacerdotes que ministraban al
pueblo israelita en los días del ministerio terrenal de cristo estuvieran esos
saduceos, predicando que no existe la resurrección, ni ángeles ni espíritus. Es
parecido a este tiempo presente, donde muchos ateos no creen que exista un Dios
que pueda resucitar a los muertos, pero si creen que los científicos pueden
grabar de forma digital los pensamientos y personalidad o conciencia de un
individuo, y luego meter esa información en un cuerpo clonado, de este modo
están convirtiendo en dioses a los científicos satánicos que manipulan la
genética humana (para que ustedes vean la gran contradicción).
Era tan controversial predicar la resurrección a través del señor
Jesucristo en el siglo 1, que muchas veces los apóstoles y la iglesia eran
perseguidos y maltratados por los saduceos, vamos a leerlo:
Hechos 4: 1-3: “Mientras ellos hablaban al pueblo, se les echaron
encima los sacerdotes, el capitán de la guardia del templo, y los saduceos,
indignados porque enseñaban al pueblo, y anunciaban en Jesús la resurrección de
entre los muertos. Les echaron mano, y los pusieron en la cárcel hasta el día
siguiente, pues ya era tarde.”
Fíjense que esos fieles cristianos del siglo 1 recibían maltratos,
persecución y encarcelamiento por el simple hecho de predicar la resurrección a
través del señor Jesucristo; ¿Por qué ellos soportaban todo eso?: Jesús, luego
de resucitar, se les apareció a muchos de ellos por 40 días, ellos lo vieron
literalmente, y ese testimonio era imposible el callarlo. Es por eso que el apóstol
Pablo testifica que unos de los pilares principales que sostiene la fe
cristiana es precisamente la resurrección del señor Jesucristo, el cual
resucitó para no volver a morir jamás.
Esos saduceos apóstatas estaban enseñando mal al pueblo, negando lo que
Dios había revelado desde el antiguo testamento, y esa enseñanza demoniaca y
semi atea de los saduceos estaba infiltrándose en la iglesia de corintios.
Vamos a leer como el apóstol Pablo defiende la doctrina bíblica y verdadera de
la resurrección:
1 corintios 15: 1-27: “Ahora, hermanos, quiero que se acuerden del
evangelio que les he predicado. Éste es el evangelio que ustedes aceptaron, y
en el cual están firmes. también por
medio de este evangelio se salvarán, si se mantienen firmes en él, tal como yo
se lo anuncié; de lo contrario, habrán creído en vano. En primer lugar, les he
enseñado la misma doctrina que yo recibí, a saber, que Cristo murió por
nuestros pecados, según las Escrituras; que lo sepultaron y que resucitó al
tercer día, también según las Escrituras; y que se apareció a Cefas, y luego a
los doce. Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, la mayoría
de los cuales viven todavía, aunque algunos ya han muerto. Después se apareció
a Santiago, y luego a todos los apóstoles. Por último, se me apareció también a
mí, que soy como un niño nacido fuera de tiempo. Pues yo soy el menos
importante de los apóstoles, y ni siquiera merezco llamarme apóstol, porque
perseguí a la iglesia de Dios”…” Pero si nuestro mensaje es
que Cristo resucitó, ¿por qué dicen algunos de ustedes que los muertos no
resucitan? Porque si los muertos no resucitan, entonces tampoco Cristo
resucitó; y si Cristo no resucitó, el mensaje que predicamos no vale para nada,
ni tampoco vale para nada la fe que ustedes tienen. Si esto fuera así, nosotros
resultaríamos ser testigos falsos de Dios, puesto que estaríamos afirmando en
contra de Dios que él resucitó a Cristo, cuando en realidad no lo habría
resucitado si fuera verdad que los muertos no resucitan. Porque si los muertos
no resucitan, entonces tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, la fe
de ustedes no vale para nada: todavía siguen en sus pecados. En este caso,
también están perdidos los que murieron creyendo en Cristo. Si nuestra
esperanza en Cristo solamente vale para esta vida, somos los más desdichados de
todos. Pero lo cierto es que Cristo ha resucitado. Él es el primer fruto de la
cosecha: ha sido el primero en resucitar. Así como por causa de un hombre vino
la muerte, también por causa de un hombre viene la resurrección de los muertos.
Y así como en Adán todos mueren, así también en Cristo todos tendrán vida. Pero cada uno en el orden que le corresponda:
Cristo en primer lugar; después, cuando Cristo vuelva, los que son suyos.
Entonces vendrá el fin, cuando Cristo derrote a todos los señoríos, autoridades
y poderes, y entregue el reino al Dios y Padre.
Porque Cristo tiene que reinar hasta que todos sus enemigos estén
puestos debajo de sus pies; y el último enemigo que será derrotado es la
muerte.” (versión ·DIOS HABLA HOY”).
Como podemos ver, según las palabras del apóstol Pablo, la doctrina de
la resurrección es la columna vertebrar de la fe cristiana, es un hecho que ha
quedado plasmado en el corazón de todos los seguidores de Jesús, desde el mismo
inicio de la iglesia en el siglo 1. Fueron muchos los testigos que vieron
literalmente al cristo resucitado por 40 días.
Fíjense como en ese pasaje dice que cuando Jesús regrese por segunda
vez resucitará “A LOS QUE SON SUYOS” (esta es “la primera
resurrección”), es decir: todas las personas, desde el siglo 1 hasta el día
que Jesús regrese, que de una forma u otra han conocido parte del evangelio del
señor Jesucristo, y han ejercido fe en esa gracia de Dios; ya pertenecen a
cristo, y serán recompensados cuando Jesús regrese por segunda vez. Recibirán
la vida eterna y un cuerpo celestial o espiritual: así será la primera
resurrección, la cual sucederá justamente cuando Jesús descienda del cielo,
para dar inicio a su reino milenial en la tierra. Luego que pase la temporada
de “el milenio”, entonces sucede la segunda resurrección, la de “justos
e injustos”, y luego de ese juicio final es cuando Jesús derrota al último
enemigo: “LA MUERTE”: todo esto lo demostraremos más adelante.
Era tal la convicción, que esos
cristianos del siglo 1 daban incluso sus propias vidas defendiendo su creencia
de que Jesús había resucitado de entre los muertos. Si no existiera la doctrina
de la resurrección por medio del señor Jesucristo, entonces la fe cristiana seria
vana, explica el apóstol Pablo. La esperanza en la resurrección, en que Dios
nos dará vida nuevamente en el futuro, que nos levantará de la tumba,
convirtiéndonos en seres espirituales e inmortales, es una convicción que nos
hace tratar por todos los medios en vivir en santidad, ya que tal recompensa
eterna es un premio demasiado grande, ya que (en el futuro: en el día de la
resurrección) seremos como el mismísimo señor Jesucristo, es decir: recibiremos
cuerpos espirituales e indestructible tal y como él, vamos a leerlo:
1 Juan 3:2: “Amados, ahora
somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero
sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a El porque le veremos
como Él es.”
Mas glorioso aún, compartiremos exactamente la misma naturaleza divina
que el mismísimo padre celestial, vamos a leerlo:
2 Pedro 1:4: “por medio de las cuales nos ha concedido sus preciosas y
maravillosas promesas, a fin de que por ellas lleguéis a ser partícipes de la
naturaleza divina, habiendo escapado de la corrupción que hay en el mundo por
causa de la concupiscencia”.
El apóstol Pablo explica el orden bíblico de la resurrección; en
primer lugar, resucita el señor Jesucristo, vuelve a la vida transformado en un
ser espiritual, indestructible e inmortal: ya no puede morir jamás: Jesús es el
primero de todos los hombres que han pisado en esta tierra en resucitar de esa
manera. Ciertamente en el antiguo y en el nuevo testamento se describen varias
resurrecciones de personas que volvieron a la vida, ya que Dios quiso dar
testimonio de su poder para resucitar a los muertos, como sucedió cuando Jesús
llama a Lázaro de la tumba (Juan 11), luego que lázaro llevaba ya cuatro días
de muerto. Esas son resurrecciones orgánicas o biológicas. Ellos resucitaron
nuevamente con cuerpos corruptible que nuevamente volvieron a morir, ya que el
apóstol Pablo enseña que Jesús debía ser el primer hombre en resucitar a una
vida inmortal, con un cuerpo celestial, espiritual e indestructible, ya que a
través de Jesús es que el Dios padre va a conceder una resurrección a vida
eterna a los demás escogidos. Cuando Jesús regrese por segunda vez, en el
futuro: los que creen en Jesús recibirán la misma dicha de resucitar a una vida
eterna, con cuerpos glorificados, igual al cuerpo glorificado del mismo señor
Jesucristo, vamos a leerlo:
Romanos 8:11: “Pero si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de
entre los muertos habita en vosotros, el mismo que resucitó a Cristo Jesús de
entre los muertos, también dará vida a vuestros cuerpos mortales por medio de
su Espíritu que habita en vosotros.”
Como podemos ver, Dios el padre usa su espíritu (el poder del
altísimo) para resucitar a sus hijos, ya que ese espíritu santo es la “SIMIENTE
DE DIOS”, de ese modo, todos los que nacen del espíritu se transforman en
seres espirituales, y por ende hijos literales engendrados por Dios mismo,
vamos a leerlo:
Juan 3: 6-7 “Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es
nacido del Espíritu, espíritu es. No te asombres de que te haya dicho: ``Os es
necesario nacer de nuevo.”
1 Juan 3: 9: “Cualquiera que es nacido de Dios, no hace pecado, porque
su simiente está en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios”.
Al arrepentirnos de nuestros pecados y aceptar la gracia de la
salvación de Dios a través del señor Jesucristo, entonces Dios el padre nos
engendra con su simiente, es decir: pone en nosotros su espíritu santo, nos
sella: de este modo nos vamos gestando en el hombre interior hasta el día de la
resurrección, o cuando seamos transformados en un abrir y cerrar de ojos de
seres corruptibles a seres incorruptibles cuando el señor Jesucristo regrese en
gloria por segunda vez, vamos a leerlo:
Efesios 1:13-14: “En Él también vosotros, después de escuchar el
mensaje de la verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído,
fuisteis sellados en Él con el Espíritu Santo de la promesa, que nos es dado
como garantía de nuestra herencia, con miras a la redención de la posesión
adquirida de Dios, para alabanza de su gloria.”
Sabiendo que todos los creyentes en Dios que han existido a través de
la historia han de resucitar, debemos de responder la siguiente pregunta: ¿en
qué clase de cuerpos regresaremos a la vida?. Veamos la respuesta que da el
apóstol Pablo:
1 corintios 15: 35-50: “Tal vez alguno preguntará: «¿Cómo resucitarán
los muertos? ¿Qué clase de cuerpo tendrán?» ¡Vaya pregunta tonta! Cuando se
siembra, la semilla tiene que morir para que tome vida la planta. Lo que se
siembra no es la planta que ha de brotar, sino el simple grano, sea de trigo o
de otra cosa. Después Dios le da la forma que él quiere, y a cada semilla le da
el cuerpo que le corresponde. No todos
los cuerpos son iguales; uno es el cuerpo del hombre, otro el de los animales,
otro el de las aves y otro el de los peces. Del mismo modo, hay cuerpos
celestes y cuerpos terrestres; pero una es la hermosura de los cuerpos celestes
y otra la hermosura de los cuerpos terrestres.
El brillo del sol es diferente del brillo de la luna y del brillo de las
estrellas; y aun entre las estrellas, el brillo de una es diferente del de
otra. Lo mismo pasa con la resurrección de los muertos. Lo que se entierra es
corruptible; lo que resucita es incorruptible. Lo que se entierra es
despreciable; lo que resucita es glorioso. Lo que se entierra es débil; lo que
resucita es fuerte. Lo que se entierra es un cuerpo terrenal; lo que resucita
es un cuerpo espiritual. Si hay cuerpo terrenal, también hay cuerpo espiritual.
Así dice la Escritura: «El primer hombre, Adán, se convirtió en un ser
viviente»; pero el último Adán se convirtió en espíritu que da vida. Sin
embargo, lo espiritual no es primero, sino lo terrenal; después lo espiritual.
El primer hombre, hecho de tierra, era de la tierra; el segundo hombre es del
cielo. Los cuerpos de la tierra son como aquel hombre hecho de tierra; y los
del cielo son como aquel que es del cielo. Así como nos parecemos al hombre
hecho de tierra, así también nos pareceremos a aquel que es del cielo. Quiero
decirles, hermanos, que lo puramente terrenal no puede tener parte en el reino
de Dios, y que lo corruptible no puede tener parte en lo incorruptible.
Según el apóstol Pablo, todos aquellos que han muerto creyendo en
Jesús resucitarán en cuerpos celestiales, es decir: espirituales, igual al
cuerpo celestial y glorioso que en este momento posee en mismísimo padre
celestial y el señor Jesucristo: seremos semejantes a ellos: como los ángeles
del cielo.
También este texto deja claro que, en este momento, las personas que
mueren regresan a la tierra, es decir: se convierten en polvo: los muertos
están en sus sepulcros. Aquí queda desenmascarada la falsa doctrina de demonios
de “LA INMORTALIDAD DEL ALMA”, la cual es la primera mentira que el
diablo le lanzó a la raza humana a través de Eva, la mentira del “NO
MORIRÉIS” (Genesis 3). Esa falsa doctrina explica que los muertos en
realidad no están muertos, sinó que la persona que muere inmediatamente
continua viva transformada en “UN ALMA INMORTAL”; esta doctrina es la
base del espiritismo. En realidad, las escrituras revelan que todos los muertos
están sumidos en la no existencia, en el polvo de la tierra, y de ese estado es
que Dios les ha de devolver la vida, ya que, si los muertos en realidad no
están muertos, como enseña la doctrina diabólica de la inmortalidad del alma o
espiritismo; ¿para qué Dios los va a resucitar o devolver la vida?
El sabio salomón define el estado de los muertos de la siguiente
manera:
Eclesiastés 3: 18-20: “Dije en mi corazón: Es así, por causa de los
hijos de los hombres, para que Dios los pruebe, y para que vean que ellos
mismos son semejantes a las bestias. Porque lo que sucede a los hijos de los
hombres, y lo que sucede a las bestias, un mismo suceso es: como mueren los
unos, así mueren los otros, y una misma respiración tienen todos; ni tiene más
el hombre que la bestia; porque todo es vanidad. Todo va a un mismo lugar; todo
es hecho del polvo, y todo volverá al mismo polvo.
Eclesiastés 9: 2-10: “Todo acontece de la misma manera a todos; un
mismo suceso ocurre al justo y al impío; al bueno, al limpio y al no limpio; al
que sacrifica, y al que no sacrifica; como al bueno, así al que peca; al que
jura, como al que teme el juramento. Este mal hay entre todo lo que se hace
debajo del sol, que un mismo suceso acontece a todos, y también que el corazón
de los hijos de los hombres está lleno de mal y de insensatez en su corazón
durante su vida; y después de esto se van a los muertos. Aún hay esperanza para
todo aquel que está entre los vivos; porque mejor es perro vivo que león
muerto. Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada
saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido. También su
amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo
que se hace debajo del sol. Anda, y come tu pan con gozo, y bebe tu vino con
alegre corazón; porque tus obras ya son agradables a Dios. En todo tiempo sean
blancos tus vestidos, y nunca falte ungüento sobre tu cabeza. Goza de la vida
con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu vanidad que te son dados
debajo del sol, todos los días de tu vanidad; porque esta es tu parte en la
vida, y en tu trabajo con que te afanas debajo del sol. Todo lo que te viniere
a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Sepulcro, adonde
vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría.”
Según la biblia, los muertos resucitan porque no tienen vida, no
existen en ningún lugar: están en el polvo de la tierra o en los sepulcros,
como sucedió con Lázaro, el cual permaneció 4 días muerto en su tumba: Lázaro
no estaba vivo en un ámbito espiritual, en realidad se estaba pudriendo en su
tumba, según Juan capítulo 11. Jesús le devolvió la vida, llamó a Lázaro, y el
que estaba muerto resucitó, saliendo vivo de la tumba. Este es un ejemplo de lo
que sucede con los muertos. Lázaro recibió una resurrección momentánea, no una
resurrección a la inmortalidad eterna, ya que Jesús debía ser el primero de
todos los hombres en resucitar a una vida inmortal y eterna; lázaro recibió una
resurrección de misericordia antes del tiempo previsto, de este modo Dios
quería mostrar el poder de la resurrección a través del señor Jesucristo. no
sabemos cuántos años vivió Lázaro luego de ese acontecimiento, pero sin ninguna
duda volvió a morir, ya que la resurrección de todos los santos en realidad
está prevista por Dios para el futuro, cuando Jesús regrese en gloria por
segunda vez. Este relato de lo sucedido con Lázaro nos muestra que los muertos
están literalmente en la no existencia, justamente en el mismo lugar donde los
enterraron, o donde se convirtieron en polvo, y de allí el Dios todopoderoso
los ha de volver a la vida el día de la resurrección.
Todo esto desenmascara la postura atea de los sacerdotes saduceos, una
secta satánica infiltrada en el sanedrín judío, los cuales no creían en la
resurrección.
¿CUÁNDO SERÁ EL DIA DE LA RESURRECCIÓN?
Según apocalipsis 20 versos 4 al 6 han de ocurrir dos temporadas de
resurrección, la primera resurrección ocurre antes del milenio (justamente
cuando el cielo se abre y el señor Jesucristo desciende a la tierra
literalmente en su segunda venida), y la segunda resurrección ocurre después
que concluya el milenio. Vamos a leer el pasaje:
“Vi tronos, y en ellos estaban sentados los que habían recibido
autoridad para juzgar. Vi también las almas de aquellos a quienes les cortaron
la cabeza por haber sido fieles al testimonio de Jesús y al mensaje de Dios.
Ellos no habían adorado al monstruo ni a su imagen, ni se habían dejado poner
su marca en la frente o en la mano. Y vi que volvieron a vivir y que reinaron
con Cristo mil años. Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta después
de los mil años. Ésta es la primera resurrección. ¡Dichosos los que tienen
parte en la primera resurrección, pues pertenecen al pueblo santo! La segunda muerte
no tiene ningún poder sobre ellos, sino que serán sacerdotes de Dios y de
Cristo, y reinarán con él los mil años.”
En la primera resurrección se levanta “EL PUEBLO SANTO”, es
decir: todas las personas que de una forma u otra conocieron al Dios supremo,
sea a través de la ley de Moisés (antes de la era cristiana), como también
todos aquellos que conocieron a Dios a través del señor Jesucristo. Estos
santos que se levantan en la primera resurrección fueron los que lograron pasar
las diferentes pruebas en este mundo y nunca negaron a Dios. En esta primera
resurrección solo resucitan esos escogidos de Dios; ningún impío se levanta en
esta primera resurrección. Dice ese texto que los demás muertos no volvieron a
vivir hasta que se cumplieron los mil años. En esa segunda resurrección es
cuando se levantan “LOS JUSTOS Y LOS INJUSTOS”, los cuales serán
juzgados de acuerdo a sus obras y de acuerdo a sus conciencias, unos recibirán
la vida eterna (los justos) y otros serán lanzados al lago de fuego y
destruidos (los injustos), sobre esto hablaremos más adelante.
Enfoquémonos en la primera resurrección: ¿Cuándo va a ocurrir? Según
la biblia ocurrirá justamente en la segunda venida del señor Jesucristo,
después de la tribulación de aquellos días; a la final trompeta, vamos a
leerlo:
1 corintios 15: 51-57: “Pero
quiero que conozcan el designio secreto de Dios: No todos moriremos, pero todos
seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, cuando
suene el último toque de trompeta. Porque sonará la trompeta, y los muertos
serán resucitados para no volver a morir. Y nosotros seremos transformados.
Pues nuestra naturaleza corruptible se revestirá de lo incorruptible, y nuestro
cuerpo mortal se revestirá de inmortalidad. Y cuando nuestra naturaleza corruptible
se haya revestido de lo incorruptible, y cuando nuestro cuerpo mortal se haya
revestido de inmortalidad, se cumplirá lo que dice la Escritura: «La muerte ha
sido devorada por la victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde
está, oh muerte, tu aguijón?» El aguijón de la muerte es el pecado, y el pecado
ejerce su poder por la ley. ¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por
medio de nuestro Señor Jesucristo!
Este pasaje desenmascara la falsa doctrina pretribulacionista, ya que
según esa falsa creencia solo va a sonar una trompeta, y Jesús viene de manera
secreta e invisible a llevarse la iglesia al cielo en un supuesto “rapto
secreto antes de una tribulación de 7 años”, y luego (supuestamente)
regresa “por tercera vez” a buscar a los que “quedaron atrás”:
sin embargo el libro de apocalipsis enseña que sucederá un intervalo de tiempo
en toques de 7 trompetas: y es a la última trompeta la que anuncia el regreso
del señor Jesucristo y la resurrección de los muertos, y bien sabemos que esto
ha de ocurrir “DESPUÉS DE LA TRIBULACIÓN DE AQUELLOS DÍAS”, tal y como
lo explica el mismo señor Jesucristo en Mateo 24: 29-31.
No van a ocurrir “dos venidas más del señor Jesucristo en el futuro”,
como falsamente enseñan los pretribulacionistas, sino que los verdaderos
cristianos únicamente estamos esperando “UNA SEGUNDA VENIDA DE JESUCRISTO”, eso
es lo que se enseña en el siguiente pasaje:
“Así también Cristo, habiendo sido ofrecido una vez para llevar los
pecados de muchos, aparecerá
por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvación
de los que ansiosamente le esperan.” Hebreos 9: 28.
Y ya sabemos perfectamente que el señor Jesús explica textualmente que
esa segunda venida va a ocurrir literalmente “INMEDIATAMENTE DESPUÉS
DE LA TRIBULACIÓN DE AQUELLOS DÍAS”, vamos a leerlo:
Mateo 24: 29-31: “E inmediatamente después de la tribulación de
aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las
estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas.
Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces
lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo
sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con
gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde
un extremo del cielo hasta el otro.
Después que culmine los 42 meses (tres años y medio) del gobierno de
la bestia, en el cual los santos de la iglesia serán perseguidos y atribulados
(apocalipsis 13: 3-7), entonces el señor Jesucristo aparecerá en el cielo con
gran poder y gloria, y con gran voz de trompeta enviará a sus ángeles a
rescatar a sus escogidos. Es entonces que los muertos en cristo son
resucitados, y los cristianos que estén vivos serán transformados en un abrir y
cerra de ojos, de seres corruptible, a seres incorruptibles, y subirán a las
nubes del cielo a recibir al señor en el aire. Vamos a leerlo:
1 tesalonicenses 4: 15-17: “Por lo cual os decimos esto por la palabra
del Señor: que nosotros los que estemos vivos y que permanezcamos hasta la
venida del Señor, no precederemos a los que murieron. Pues el Señor mismo
descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con la trompeta de
Dios, y los muertos en Cristo se levantarán primero. Entonces nosotros, los que
estemos vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en
las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor
siempre.”
La primera resurrección marca el fin de la era mala, la destrucción de
todos los gobiernos mundanos; y da el inicio al reino milenial del señor
Jesucristo en la tierra, gobernando en persona literalmente desde la ciudad de
Jerusalén, desde el trono de David su padre, profecía dictada en Isaías 9: 7, y
que se cumple en el señor Jesucristo en Lucas 1:32, vamos a leer los dos
pasajes en su orden cronológico:
Isaías 9:7: “El aumento de su soberanía y de la paz no tendrán fin
sobre el trono de David y sobre su reino, para afianzarlo y sostenerlo con el
derecho y la justicia desde entonces y para siempre. El celo de Yahveh de los
ejércitos hará esto.”
Lucas 1: 31-33: “Y he aquí, concebirás en tu seno y darás a luz un
hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Este será grande y será llamado Hijo del
Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de su padre David; y reinará sobre
la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.”
¿QUIÉNES VA A PARTICIPAR EN LA PRIMERA
RESURRECCIÓN?
En primer lugar, va a participar la iglesia: todos los cristianos de
todos los tiempos, desde el siglo 1 hasta el último cristiano que exista antes
de Jesús regresar. El día de la resurrección, cuando Jesús regrese, también se
le llama “EL DIA POSTRERO” o “DIA FINAL”: vamos a leerlo:
Juan 6: 39-40: “Y esta es la voluntad del que me envió: que de todo lo
que Él me ha dado yo no pierda nada, sino que lo resucite en el día postrero.
Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo aquel que ve al Hijo y cree en
El, tenga vida eterna, y yo mismo lo resucitaré en el día final.”
Dia “final o postrero” seguramente es haciendo referencia a la
final o postrera trompeta, ya que es a la final (séptima) trompeta cuando Jesús
desciende del cielo y los muertos son resucitados, como se lee en 1 corintios
15: 51-57. Fíjense que los verdaderos israelitas que se guiaban por la torah,
es decir: la ley de Dios y el antiguo testamento, tenían una creencia firme de
que vendrá en el futuro el día de la resurrección, es por eso que Marta le
responde al señor Jesucristo de la siguiente manera:
Juan 11: 23-24: “Jesús le dijo: Tu hermano resucitará. Marta le
contestó: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día final.”
Entonces tenemos que toda persona, a través de todos los tiempos de la
era cristiana, que ha ejercido fe en la gracia de Dios a través del señor
Jesucristo, van a participar en esta primera resurrección, incluyendo (en el
futuro) a todos aquellos que con gran valentía enfrenten el gobierno de la
bestia hasta la muerte.
Los apóstoles del señor Jesucristo serán levantados vivos en la
primera resurrección y participarán del reinado de Jesús directamente en la
nación de Israel, vamos a leerlo:
Mateo 19: 27-28: “Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí,
nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué, pues, recibiremos? Y
Jesús les dijo: En verdad os digo que vosotros que me habéis seguido, en la
regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, os
sentaréis también sobre doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.”
En la primera resurrección también van a participar los patriarcas del
antiguo testamento, como Abrahán, David, Elías, etc: y todo buen israelita que
de forma equitativa hiso el bien de acuerdo a la ley de moisés, y conoció de
este modo al Dios padre, vamos a leerlo:
Mateo 8: 11: “Y os digo que vendrán muchos del oriente y del
occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de
los cielos.”
El “REINO DE LOS CIELOS” está representado en la persona del
señor Jesucristo, y ese reino de los cielos estará literalmente en la tierra,
cuando Jesús inicie su gobierno milenial desde la ciudad de Jerusalén. En el
siglo 1, cuando el señor Jesucristo andaba predicando, repetía la siguiente
frase: “EL REINO DE LOS CIELOS SE HA ACERCADO” (Mateo 3: 2), ya que el
representante del reino del padre celestial en los cielos es la persona del
señor Jesucristo.
Como dijimos anteriormente, la
promesa de la primera resurrección es tanto para los cristianos, como también
para los israelitas justos que equitativamente guardaron la ley, en la época
antes de cristo, vamos a leerlo:
Isaías 26:19: “Tus muertos vivirán, sus cadáveres se levantarán.
¡Moradores del polvo, despertad y dad gritos de júbilo!, porque tu rocío es
como el rocío del alba, y la tierra dará a luz a los espíritus.”
Tal y como lo explica el mismo señor Jesucristo en Mateo 8: 11, los
patriarcas del antiguo testamento y todo buen israelita que vivieron antes de
Jesús venir a la tierra, han de resucitar, y participarán a la mesa con el
señor. Lo que sucede es que esos antiguos israelitas conocían de forma
profética que Dios enviaría al mundo al mesías, el cual tomaría literalmente el
trono del rey David. Ellos murieron llevando consigo esa esperanza, y es por
eso que cuando Jesús regrese ellos serán levantados de la muerte para conocer a
ese mesías prometido en el antiguo testamento. Además, cuando Jesús regrese y
los muertos sean resucitados, la nación de Israel será completamente
restaurada, cada tribu en su territorio, y el señor Jesucristo será el rey de
toda la tierra. Veamos la promesa de Dios a los antiguos israelitas:
Ezequiel 37: 12-14: “Por tanto, profetiza, y diles: ``Así dice el
Señor DIOS: `He aquí, abriré vuestros sepulcros y os haré subir de vuestros
sepulcros, pueblo mío, y os llevaré a la tierra de Israel. `Y sabréis que yo
soy Yahveh, cuando abra vuestros sepulcros y os haga subir de vuestros
sepulcros, pueblo mío. `Pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os pondré
en vuestra tierra. Entonces sabréis que yo, Yahveh, he hablado y lo he
hecho'--declara Yahveh.”
Todos aquellos que participan en la primera resurrección, cuando Jesús
regrese por segunda vez, no han de pasar por ningún juicio condenatorio, sinó
que resucitarán para darle la bienvenida al señor Jesucristo en las nubes del
cielo, y para recibir dones o premios, de acuerdo a su actividad en el
evangelio mientras estuvo por la pasantía de pruebas en la tierra; es así como
unos recibirán mayores puestos que otros en el reino milenial de cristo. vamos
a leerlo:
1 corintios 3: 5-15: “A fin de cuentas, ¿qué es Apolo?, ¿qué es Pablo?
Simplemente servidores, por medio de los cuales ustedes han llegado a la fe.
Cada uno de nosotros hizo el trabajo que el Señor le señaló: yo sembré y Apolo regó, pero Dios es quien
hizo crecer lo sembrado. De manera que ni el que siembra ni el que riega son
nada, sino que Dios lo es todo, pues él es quien hace crecer lo sembrado. Los
que siembran y los que riegan son iguales, aunque Dios pagará a cada uno según
su trabajo. Somos compañeros de trabajo al servicio de Dios, y ustedes son un
sembrado y una construcción que pertenecen a Dios. Yo fui el maestro albañil al
cual Dios en su bondad encargó poner los fundamentos, y otro está construyendo
sobre ellos. Pero cada uno debe tener cuidado de cómo construye, pues nadie puede
poner otro fundamento que el que ya está puesto, que es Jesucristo. Sobre este
fundamento, uno puede construir con oro, plata y piedras preciosas, o con
madera, paja y cañas; pero el trabajo de cada cual se verá claramente en el día
final; porque ese día vendrá con fuego, y el fuego probará la clase de trabajo
que cada uno haya hecho. Si lo que uno construyó es resistente, recibirá su
pago; pero si lo que construyó llega a quemarse, perderá su trabajo, aunque él
mismo logrará salvarse como quien escapa del fuego.
Como podemos ver, cuando todos los cristianos y todos los israelitas
que fueron justos de acuerdo a la ley comparezcan ante el señor Jesucristo en
la primera resurrección, ninguno de ellos debe de temer algún juicio de
condenación: TODOS SERÁN SALVOS. Simplemente se medirá el desempeño que
cada uno ejerció para atraer a más personas a la salvación: mientras más haya
trabajado, más recompensas tendrá, mientras menos haya trabajado menos
recompensas tendrá: algunos tendrán tan poco que ese pasaje de 1 corintios 3:
5-15 dice que se salvarán como aquellos que escapan de un incendio, es decir:
por pura gracia, por simplemente haber creído y ejercido fe en Jesús y haberse
arrepentido. Por ejemplo, una persona que se arrepiente de sus pecados y ejerce
fe en Jesucristo justamente minutos antes de su muerte, esa persona no tendrá
nada edificado, más que su propia fe, y por esa simple fe será salvo y
participará en la primera resurrección. Otros edificarán con “hojarasca” y
“paja”, aquí se hace referencia a personas que predican el evangelio, pero
no toda doctrina que esa persona predica es verdadera, sino que son personas
mal instruidas, y no conocen a fondo las escrituras. Allí podemos encajar a las
diferentes denominaciones cristianas. Sabemos que muchos de esas instituciones
no están basados cien por ciento en la verdadera doctrina bíblica, pero en las
filas de esas feligresías existen personas que con buen corazón y sinceridad
están buscando de Dios y anhelan el reino de cristo, y se han apartado del
pecado. Dios conoce el corazón de cada uno, Él sabe que esos hijos suyos
simplemente han sido instruidos de acuerdo a lo que enseñan en esos concilios,
por lo tanto, esos feligreses no serán condenados, los que serán enjuiciados
son los lideres religiosos que por avaricia instruyeron mal a esas ovejas: esos
falsos maestros resucitarán en la segunda resurrección y serán condenados al
lago de fuego, que es “LA MUERTE SEGUNDA”. Por lo tanto, esos feligreses
inocentes podrán entrar al reino de cristo en el milenio, aunque la recompensa
para ellos será menor en comparación con aquellos que edificaron con oro, plata
y piedras preciosas, es decir: el evangelio puro, sin ligaduras, sin levaduras,
sin falsas doctrinas.
Otras personas creerán en el señor Jesucristo, y serán grandes
predicadores, los cuales pueden llegar a ser sacerdotes en el reino de cristo.
Otros cristianos son tan fervientes en la obra del evangelio, que hasta están
dispuesto y entregarán sus propias vidas por no negar a cristo, estos serán reyes
en el reino de cristo, vamos a leerlo:
Apocalipsis 20: 4-6: “También vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y
se les concedió autoridad para juzgar. Y vi las almas de los que habían sido
decapitados por causa del testimonio de Jesús y de la palabra de Dios, y a los
que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni habían recibido la marca
sobre su frente ni sobre su mano; y volvieron a la vida y reinaron con Cristo
por mil años. Los demás muertos no volvieron a la vida hasta que se cumplieron
los mil años. Esta es la primera resurrección. Bienaventurado y santo es el que
tiene parte en la primera resurrección; la muerte segunda no tiene poder sobre
éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con El por mil
años.”
Fíjense en este pasaje que dice que los cristianos seremos “SACERDOTES
Y REYES” en ese reino milenial de cristo. Todos los cristianos estarán
resucitados en ese día, de modo que el texto dice que “LA MUERTE SEGUNDA NO
TENDRÁ PODER SOBRE ESTOS”, es decir: ningún cristiano tendrá parte en la
segunda resurrección, y la muerte segunda no tendrá ningún poder sobre los
miembros de la iglesia. La iglesia no pasa ante ningún juicio condenatorio ante
el tribunal de cristo, por el simple hecho de que la iglesia, a todo el largo
de la historia, fue probada en esta tierra, hasta lograr la madurez y santidad
adecuada, vamos a leerlo:
1 Pedro 1: 6-8: “En lo cual os regocijáis grandemente, aunque ahora,
por un poco de tiempo si es necesario, seáis afligidos con diversas pruebas,
para que la prueba de vuestra fe, más preciosa que el oro que perece, aunque
probado por fuego, sea hallada que resulta en alabanza, gloria y honor en la
revelación de Jesucristo; a quien sin haber le visto, le amáis, y a quien ahora
no veis, pero creéis en El, y os regocijáis grandemente con gozo inefable y
lleno de gloria.”
Y esas pruebas en este mundo incluyen a los israelitas que antes de la
era cristiana se guiaron equitativamente por la ley, vamos a leerlo:
Salmos 66:10: “Porque tú nos has probado, oh Dios; nos has refinado
como se refina la plata.”
No todos los muertos serán resucitados cuando Jesús regrese por
segunda vez, sinó que solamente resucitarán los santos, es decir; el pueblo
santo de Dios que vivieron antes de Jesucristo, y también el pueblo santo de
Dios que vivió en la era cristiana; los que antes de la era cristiana se
guiaron lo mejor que pudieron haciendo lo justo de acuerdo a la ley de Moisés ;
conociendo al Dios de Israel, y los que luego de venir el señor Jesucristo al
mundo ejercieron fe en la gracia de Dios a través del sacrificio de Jesús:
estos son los únicos que han de participar en la primera resurrección. Es por
eso que, cuando Jesús regrese por segunda vez, enviará su poderosa voz, y solo
ese grupo de escogidos podrá escucharlo desde la tumba, vamos a leerlo:
Juan 5: 24-25: “En verdad, en verdad os digo: el que oye mi
palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no viene a condenación,
sino que ha pasado de muerte a vida. En verdad, en verdad os digo que viene la
hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que oigan vivirán.”
Como podemos ver, no todos los muertos podrán oír la voz del señor
Jesucristo cuando Él regrese en gloria, sinó que solo oirán su voz y
resucitarán todos aquellos santos que ya hemos mencionados anteriormente. Los
demás muertos, tanto justo como también injustos, resucitarán después del
milenio, en la segunda resurrección, para comparecer ante el gran trono blanco:
el juicio final, y estos serán juzgados por sus obras, es decir: por el bien o
el mal que hicieron, como lo pueden leer en apocalipsis 20: 11-15. Allí los
impíos serán destruidos en un lago de fuego, y los justos recibirán la vida
eterna.
Cuando Jesús regrese por segunda vez enviará su voz poderosa de
arcángel, según se lee en 1 tesalonicenses 4: 15-17; y pronunciará una orden
para que esos santos muertos la escuchen y se levanten del polvo ¿Cuál será esa
orden? La respuesta la tenemos en apocalipsis 11: 11-12, vamos a leerlo:
“Pero después de tres días y medio entró en ellos el espíritu de vida
enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayó gran temor sobre los
que los vieron. Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y
subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron.”
Luego que los dos testigos permanezcan muertos y expuesto en la plaza
de la ciudad por tres días y medio, esos muertos reciben el espíritu de vida
dado por Dios, y escuchan una voz tronante que les da una orden: “SUBID
ACÁ”; y ellos, resucitando, suben al cielo en una nube. Esa es la voz
del señor Jesucristo: esa es la orden que ÉL les da a sus santos, y solo los
muertos que escuchen esa orden, resucitarán en la primera resurrección, y
(junto a los dos testigos de apocalipsis 11), todos subiremos a las nubes del
cielo a recibir al señor Jesús en el aire.
Por lo tanto; de una forma mayor o menor: todos los santos en la
primera resurrección serán recompensados, ninguno será enjuiciado, sinó que
todos lograrán la vida eterna, y estaremos junto al señor Jesucristo en todo su
reino milenial en la tierra, y luego a través de toda la eternidad, cuando haya
“CIELO NUEVO Y TIERRA NUEVA”. Es por esta razón que apocalipsis 20 verso
6 dice con tanta vehemencia que aquellos que participan en la primera
resurrección son bienaventurados, dichosos; vamos a leerlo:
“Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección;
la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de
Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.”
DOS
JUICIOS SE REALIZAN JUSTAMENTE CUANDO JESÚS REGRESA POR SEGUNDA VEZ.
Como aclaramos anteriormente, todo el pueblo santo que sea resucitado
en la primera resurrección y los que sean cambiados en un abrir y cerrar de
ojos, no deben de temer ningún juicio condenatorio; ellos estarán ante el rey
para recibir dones, premios y vida eterna, sin embargo: ¿quiere decir esto que
no va a ver ningún tipo de juicio en esa segunda venida del señor Jesucristo?
Van a ver dos juicios, pero ninguno de esos dos juicios es en contra
de los redimidos, sinó únicamente para los impíos que AUN ESTÉN VIVOS CUANDO
JESÚS REGRESE POR SEGUNDA VEZ.
El primer juicio es para destruir la cizaña.
Cuando Jesús regrese por segunda vez, enviará a sus ángeles, y esos
ángeles apartarán el trigo de la cizaña, es decir: el trigo representa a los
hijos de Dios, los santos redimidos; mientras que la cizaña representa a todos
los hijos del diablo, los pecadores, y (claro) muchos falsos cristianos
avarientos y mentirosos que aun estén vivos cuando Jesús regrese: TODOS ESOS
HIJOS DEL DIABLO SERÁN DESTRUIDOS EN EL LAGO DE FUEGO, COMO SE QUEMA LA PAJA
SECA, vamos a leerlo:
Mateo 13: 36-43: “Entonces, despedida la gente, entró Jesús en la
casa; y acercándose a él sus discípulos, le dijeron: Explícanos la parábola de
la cizaña del campo. Respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena semilla
es el Hijo del Hombre. El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del
reino, y la cizaña son los hijos del malo. El enemigo que la sembró es el
diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles. De
manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el
fin de este siglo. Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su
reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y los
echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.
Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que
tiene oídos para oír, oiga.”
Esa cizaña son personas que aún están vivas justamente cuando Jesús
regresa por segunda vez: allí se encuentran los impíos que se pusieron la marca
de la bestia, los cuales persiguieron a muerte a los santos de la iglesia, allí
también estarán los falsos religiosos, y todo género de hombres pecadores que
serán de tropiezo para la iglesia: todos ellos serán apresados por los ángeles
del señor Jesucristo, y serán lanzados en un lago de fuego, donde serán
reducidos a cenizas, y para siempre dejarán de existir. Fíjense que esa cizaña
ni siquiera es presentada ante cristo, sinó que son ejecutados inmediatamente
por mano de los ángeles del señor. Esta cizaña no resucitará en la segunda
resurrección, ya que el mismo señor Jesucristo es quien los sentencia a la
destrucción eterna.
Repito, esas personas que son como cizañas no serán personas a los
cuales Jesús va a resucitar en su segunda venida para hacerlos pasar por ese
juicio, en realidad esas cizañas son personas malas, impías, asesinas y
engañadores que estarán vivas cuando Jesús regrese. Entonces Jesús enviará a
sus ángeles a que apresen a toda esa cizaña que le hace daño a la iglesia, y
los arrojan a un lago de fuego, donde son destruidos para siempre.
Los demás impíos, y también otras cizañas que murieron al largo de la
historia, es decir: antes de Jesús regresar por segunda vez, esos que no se
levantan en la primera resurrección, vuelven a la vida es en la segunda
resurrección, y deben de pasar ante el juicio del gran trono blanco, donde
también todos esos limpios son destruidos en un lago de fuego.
El segundo juicio que ejecuta el señor Jesucristo en su segunda
venida, es el llamado “JUICIO DE LAS NACIONES”. Una vez que el señor
Jesucristo establezca su trono de gloria en Jerusalén, ese trono de David que
por derecho mesiánico le pertenece al señor Jesucristo, serán puestas ante
Jesús las naciones que no fueron destruidas en la batalla de Armagedón. Unas
naciones, que serán puestas a la derecha del señor, serán como “OVEJAS”,
ya que ayudaron a los santos cuando eran perseguidos por la bestia, dándoles
pan, abrigo y visitándolos en las cárceles; estas naciones como ovejas reciben
la bendición del señor Jesús, y entran a participar del reinado milenial. En
cambio, otras naciones que estarán a la izquierda del señor, serán como “CABRAS”,
y Jesús los maldecirá y los destruirá, porque se negaron a hacerles el bien a
los santos cuando estos eran perseguidos a muerte por la bestia, y porque no
querían que Jesús reinara sobre la tierra. Esas naciones como cabras no le
dieron pan ni abrigo, ni los visitaron en las cárceles, y por esta razón el
señor Jesucristo los condena a la destrucción: todo esto lo pueden leer en
Mateo 25: 31-46.
Estos dos juicios ejecutarán el señor Jesucristo justamente en su
segunda venida, donde todos los impíos que son como cizañas y esas naciones que
son como cabras, serán destruidos por completo para siempre, mientras que los
santos únicamente reciben la bendición del señor y la vida eterna.
¿QUIENES PARTICIPAN EN LA SEGUNDA
RESURRECCIÓN?
Como ya sabemos los israelitas que se sujetaron a la ley de Moisés y
obedecieron a Dios antes de la era cristiana y también la iglesia de Jesucristo
en la era de la gracia son el único grupo de santos que se levantan en la
primera resurrección: todos ellos logran la vida eterna y obtienen cuerpos
inmortales, espirituales e indestructibles.
En cambio, en la segunda resurrección de levantan todo el resto de
seres humanos que han nacido en esta tierra, tanto justos como también los
injustos; es una resurrección global.
Los únicos que nunca resucitan desde el día de su muerte son
únicamente la bestia, el falso profeta y todos los impíos que se pusieron en
sus cuerpos la marca de la bestia, a los cuales Dios destruyó enviándoles
diferentes plagas, y luego el señor Jesucristo en persona aniquiló el resto de
ellos en la batalla de Armagedón. Tampoco resucitaran aquellas personas de las
naciones que son como cabras, a los cuales el señor Jesús juzga y aniquila en
el juicio de las naciones narrado en Mateo 25: 31-46: tampoco resucitarán en la
segunda resurrección esas personas que son como cizañas, los cuales fueron
destruidos por los ángeles del señor Jesucristo: todas esas personas son
aniquiladas para siempre, no se levantarán ni siquiera en la segunda
resurrección.
Repito, en la segunda resurrección han de levantarse todos los seres
humanos que han existido a todo el largo de la historia humana: justos e
injustos, vamos a leerlo:
Juan 5: 28-29: “No os admiréis de esto, porque viene la hora en que
todos los que están en los sepulcros oirán su voz, y saldrán: los que hicieron
lo bueno, a resurrección de vida, y los que practicaron lo malo, a resurrección
de juicio.”
A diferencia de ese pasaje de Juan: 5: 24-25, donde se dice que solo
se levantan de la tumba “LOS QUE ESCUCHEN LA VOZ DEL HIJO DE DIOS” (lo
cual indica que esa es una resurrección de un grupo selecto, donde solo se
levantan los que escuchen), ahora en este otro pasaje de Juan 5: 28-29 Jesús
está hablando de una resurrección global, dice: “TODOS LOS QUE ESTEN EN LOS
SEPULCROS OIRÁN SU VOZ”: esta es la segunda resurrección, donde todos los
seres humanos que a través de la historia han nacido en esta tierra se levantan
de la muerte, tanto los que hicieron lo bueno, como también los que hicieron lo
malo. Fíjense nuevamente que Jesús dice que los muertos que en un futuro escucharán
su voz “ESTÁN EN LOS SEPULCROS” ¿Qué quiere decir esto?, sencillamente
que esos muertos no están vivos en forma de espíritus en alguna otra esfera,
sinó que están literalmente en sus sepulturas, en el polvo de la tierra; en
pocas palabras: la inexistencia, y es de allí de donde el Dios todopoderoso los
ha de levantar, usando la voz del señor Jesucristo en aquel día. Por lo tanto,
la doctrina de “LA INMORTALIDAD DEL ALMA”, tan popular en todas las
religiones paganas, y también en la cristiandad apóstata iglesiera, es
totalmente falsa: es la base del espiritismo satánico.
Todas las personas que se levanten vivos en esta segunda resurrección
van a comparecer al juicio final, ante el gran trono blanco (después del
milenio), y serán juzgadas por sus obras, vamos a leerlo:
Apocalipsis 20: 11-15: “Y vi un gran trono blanco y al que estaba
sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar
se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante
Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el
libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban
escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había
en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y
fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron
lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló
inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.”
El que está sentado en ese trono blanco es el Dios padre, el máximo
Juez. Todos los muertos, grandes y pequeños están de pie ante Dios. Todos ellos
serán juzgados de acuerdo a sus obras, comparando las conductas que ellos
llevaron en vida con lo que está escrito en esos libros. También allí está el
libro de la vida, dando a entender que en ese juicio muchas personas van a
obtener la vida eterna, mientras que otros serán destruidos en un lago de
fuego, que es “LA MUERTE SEGUNDA”.
Los falsos maestros de la cristiandad apóstata iglesiera aseguran que
en esta segunda resurrección solo resucitan los impíos, pero eso es falso, ya
que en esta resurrección global Jesús dice que se levantan tanto los buenos
como también los malos.
Cuando dice “LOS BUENOS”, es decir: los justos, se está refiriendo a
todas las personas que han existido en este mundo a través de todos los siglos,
cuya conducta y conciencia es aceptable ante Dios. Aunque esas personas no
hayan conocido la ley de Dios a la perfección, y aunque no hayan ni siquiera conocido
el evangelio de cristo, con todo y eso esas personas se preocuparon en tener
una conciencia justa. Vamos a leer como lo explica el apóstol Pablo:
Romanos 2: 6-16 “el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida
eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e
inmortalidad, pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la
verdad, sino que obedecen a la injusticia; tribulación y angustia sobre todo
ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego, pero
gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y
también al griego; porque no hay acepción de personas para con Dios. Porque
todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que
bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; porque no son los oidores de
la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados.
Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de
la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra
de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y
acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, en el día en que Dios juzgará
por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.”
Como podemos ver, muchas personas serán juzgadas el día del juicio “POR
SUS CONCIENCIAS”, es decir: el dictamen interior de sus mentes que les
informa sobre decidir entre lo que es bueno y lo que es malo. Es una vara de
moral interna, un mecanismo mental que Dios ha puesto dentro de los seres
humanos para que estos puedan discernir y decidir entre lo que es bueno y lo
que es malo. Al largo de milenios muchas personas han muerto sin haber conocido
la ley de Dios entregada a Moisés, del mismo modo muchas personas han muerto si
haber escuchado o comprendido el evangelio de cristo: esas personas serán
juzgadas de acuerdo a sus obras y de acuerdo a sus conciencias. Les aseguro que
los salvos serán muchísimos, ya que allí se pueden contar a todos los miles de
millones de niños abortados y niños que mueren a edad de inocencia. Todas las
personas abusadas que fueron capturados, raptados o nacieron en esclavitud toda
su vida. Millones de personas que han tenido un buen corazón, misericordia y
generosidad aun no hayan conocido el evangelio o la ley de Dios: todas esas
personas lograrán pasar la prueba de conciencia el día del juicio, serán
declaradas justas y estarán anotadas en el libro de la vida; seguro serán miles
de millones de personas. Del mismo modo habrá también miles de millones de
personas que a mal gusto hicieron lo malo, que violaron la ley de Dios, también
los que rechazaron el evangelio de cristo voluntariamente, ya que amaban más
las tinieblas que la luz, y todos aquellos que actuaron con malas conciencias:
todos esos serán juzgados de acuerdo a sus obras, de acuerdo a la ley y de
acuerdo a sus sucias conciencias, y serán echados y destruidos en un lago de
fuego, que es “LA MUERTE SEGUNDA”.
Seguramente en esta segunda resurrección se levantan esos injustos que
se hicieron pasar como si fueran cristianos, cuando en realidad eran lobos
rapaces; esos cobradores de diezmo monetario, los que enseñaban a los
cristianos a comprar con dinero las bendiciones de Dios, enseñando doctrinas
avarientas y satánicas como “EL PACTO DE DINERO”, esos que a través de
maratones radiales y televisivos hicieron muchos falsos milagros para engañar a
los ingenuos, y de ese modo despojarlos de sus bienes, como sucede con la gran
mayoría de lideres de la línea protestantes, evangélica o pentecostales, entre
los cuales también se cuentan a otros lideres eclesiásticos igual de
mentirosos, como los bautistas, adventistas del séptimo dia, judaizantes,
testigos de jehová, mormones, etc: y también todos los pedófilos, asesinos y
falsos cristianos que pertenecieron a la ralea de papas de roma: esos
hipócritas son tan mentirosos que en el mismo día del juicio final pretenden
justificarse aun delante de la cara del mismísimo señor Jesucristo, vamos a
leerlo:
Mateo 7: 21*23: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el
reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los
cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu
nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos
milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores
de maldad.”
A todos esos impíos les ha de tocar “LA MUERTE SEGUNDA”.
Fíjense que “LA MUERTE SEGUNDA” solo se aplica en la segunda
resurrección, y está diseñada únicamente para todos los impíos, aunque también
el señor Jesús, cuando regrese por segunda vez, va a destruir para siempre a la
cizaña y a las cabras. Esto quiere decir que esas personas que son como cizañas
y los que son como cabras gustan de “la muerte segunda” antes del juicio final,
ya que esas personas no se han de levantar en la segunda resurrección.
La muerte segunda es la destrucción final, la paga final por el
pecado, ya que la paga por el pecado es la muerte: en este caso la extinción
completa en cuerpo y alma en la gehenna, es decir: el lago de fuego. Quien
caiga en ese lago de fuego y sea destruido ya no tendrá resurrección jamás,
sinó que para siempre dejará de existir, es allí donde se cumple el salmo 37, vamos a escoger y leer unos cuantos versos de ese salmo:
“8 deja
la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a hacer lo malo. 9
porque los malignos serán destruidos, Pero los que esperan en Yahveh, ellos
heredarán la tierra. 10 Pues de aquí a poco no existirá el malo;
Observarás su lugar, y no estará allí. 11 Pero los mansos heredarán la tierra,
Y se recrearán con abundancia de paz. 12 Maquina el impío contra el justo, Y
cruje contra él sus dientes; 13 El Señor se reirá de él; Porque ve que viene su
día. 20 Mas los impíos perecerán, Y los enemigos de
Yahveh como la grasa de los carneros Serán consumidos; se disiparán como el
humo. 22 Porque los benditos de él heredarán la tierra; Y los malditos de él
serán destruidos. 34 Espera en Yahveh, y guarda su camino, Y él te exaltará
para heredar la tierra; Cuando sean destruidos los pecadores, lo verás. 35 Vi
yo al impío sumamente enaltecido, Y que se extendía como laurel verde. 36 Pero
él pasó, y he aquí ya no estaba; Lo busqué, y no fue hallado. 37 Considera al íntegro,
y mira al justo; Porque hay un final dichoso para el hombre de paz. 38 Mas los
transgresores serán todos a una destruidos; La posteridad de los impíos será
extinguida.”
Ese salmo es bastante claro, y se está refiriendo a lo que ocurrirá en
el juicio final, donde los justo y los injustos estarán ante Dios para recibir
la vida eterna o la muerte eterna. Fíjense en esos pasajes de apocalipsis 20
donde se habla del juicio ante el gran trono blanco, lo que sigue a
continuación luego de ese juicio es “LA CREACIÓN DE CIELOS NUEVO Y NUEVA
TIERRA” (apocalipsis 21), es por esto que este salmo 37 repite tantas veces
que solo los justos heredarán la tierra y vivirán para siempre sobre ella,
mientras que los impíos serán destruidos, dejarán de existir, se disiparán como
el humo de un animal sacrificado al fuego.
El señor Jesucristo también mencionó ese lago de fuego del juicio
final, donde los impíos serán destruidos “EL CUERPO Y ALMA”, es decir: de forma
completa, vamos a leerlo:
Mateo 10:28: “Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden
destruir la vida; más bien temed a aquel que puede hacer perecer tanto el alma
como el cuerpo en la gehenna.”
Para entender esas palabras del CRISTO, primero tenemos que saber qué
era la Gehenna.
LA GEHENNA de fuego mencionada por el señor Jesucristo
era el BASURERO DE JERUSALÉN; donde eran echados todos los desperdicios
de la ciudad, los restos de los animales sacrificados y los cuerpos de los
delincuentes ejecutados por los romanos y por la ley judía. Esto lo puede comprobar
usted en cualquier diccionario bíblico.
El Cristo utilizó ese lugar de DESTRUCCIÓN como símbolo del LAGO
DE FUEGO donde serán quemados y destruidos en cuerpo y alma (vida) todos
los condenados (Mateo 10:28). En la
Gehenna de Jerusalén NO VIVÍA NADIE, sino que toda carne era consumida
por el fuego, o devorada por los gusanos. Por lo tanto, el lago de fuego será
un lugar de DESTRUCCIÓN, ¡no de vida eterna!. En ese lugar serán
quemados todos los impíos, el fuego LITERAL los destruirá en cuerpo y alma, y
serán reducidos a cenizas (Malaquías 4:1-3).
En ese lugar los impíos llorarán y crujirán de dientes hasta que sean
destruidos en cuerpo y alma, tal como enseñó el propio Mesías. En realidad: la
palabra ‘’gehenna’’ nunca debió traducirse por la palabra latina
‘’infierno’’; esa palabra ‘’infierno’’ la introdujeron en las escrituras cuando
en el siglo cuarto los lacayos de la gran ramera (catolicismo romano)
tradujeron las escrituras al latín; de este modo cambiaron las siguientes
palabras originales de las escrituras: la palabra hebrea ‘’sheol’’
(sepulcro), la palabra griega ‘’hades’’ (lugar de los muertos:
sepultura) y la palabra griega usada por cristo: ‘’gehenna’’ (lugar de
destrucción)todas estas palabras la cambiaron por la palabra latina ‘’infernum’’
e introdujeron en la cristiandad apostata (catolicismo romano) las doctrinas
Babilónicas de ‘’la inmortalidad del alma’’ y ‘’los tormentos eterno del
infierno’’. Cabe resaltar que ninguna parte de los originales de las sagradas
escrituras se escribió en latín; el antiguo testamento fue escrito en hebreo y
arameo, mientras que el nuevo testamento fue escrito en griego, por lo tanto,
pregunto: ¿Qué hace la palabra latina “infernum” metida en la biblia?
DIOS ES AMOR, Y NO UN INJUSTO Y SÁDICO VERDUGO DEMENCIAL QUE OTORGARÁ
LA INMORTALIDAD A LOS CONDENADOS PARA HACERLOS SUFRIR EN EL FUEGO POR LA
ETERNIDAD, ¡eso es una monstruosa doctrina de demonios, totalmente opuesta al
Evangelio!
Marcos 9: 48 da un dato interesante sobre la gehenna, dice el pasaje:
“DONDE EL GUSANO DE ELLOS NO MUERE, Y EL FUEGO NO SE APAGA.
Ese gusano es sencillamente el gusano DE LOS CADÁVERES, es decir, el
gusano de la putrefacción, indicando así que esa DESTRUCCIÓN O MUERTE será
ETERNA, ¡esos muertos nunca más volverán a vivir!. El gusano de los cadáveres
no muere, porque la DESTRUCCIÓN es eterna, ¡no porque los muertos sean eternos!
En la Gehenna de Jerusalén eran arrojados cadáveres de animales, e incluso de
seres humanos, los cuales eran devorados por los gusanos, o quemados por el fuego,
¡nadie vivía en ese lugar! El gusano de ese lugar de destrucción nunca moría,
porque siempre había carne podrida, y los gusanos campaban a sus anchas en esa
podredumbre, y la carne que no era consumida por el fuego, era devorada por los
gusanos (los gusanos desaparecen cuando ya no tienen más carne que consumir).
El hecho de que ese fuego de la Gehenna NUNCA SE APAGARA, no significa que
ardiera eternamente, por la sencilla razón de que ese fuego se apagó, y ya no
existe la Gehenna en Jerusalén. El fuego de la Gehenna nunca se apagaba, porque
siempre había combustible en él. Del mismo modo el fuego eterno en el lago de
fuego no puede ser apagado, porque es un fuego ENVIADO POR DIOS, y nadie lo
puede apagar, sin embargo, ese fuego se apaga por sí solo cuando lo que es
consumido queda destruido, y reducido a cenizas. Esto es precisamente lo que
Dios hará con todos los malvados y mentirosos, él los quemará en el fuego de su
ira, y entonces serán reducidos a cenizas (Malaquías 4:1-3).
Dice las escrituras que Sodoma y Gomorra fueron puestas por ejemplo
para los impíos que van a ser destruidos en el lago de fuego; esas ciudades
llenas de pervertidos sexuales ‘’SUFRIERON EL CASTIGO DEL FUEGO ETERNO’’
(Judas 7), ¡sin embargo, esas ciudades y esas personas no siguen ardiendo, sino
que fueron DESTRUIDAS y dejaron de existir!. Por lo tanto, el castigo será
eterno, porque la DESTRUCCIÓN será ETERNA. El hecho de que a los gusanos se les
represente alimentándose es prueba de que a sus víctimas se les había dado
muerte, y que ser devorado totalmente es un fin cierto; y que el hecho de que
el fuego no se apaga es prueba, no que sus víctimas serán preservadas vivas,
sino que serán devoradas: aniquiladas. El símbolo del gehenna es la muerte
segunda en el lago de fuego: la destrucción final de todos los hombres
malvados, del diablo y sus ángeles, ya que, según se lee en Mateo 25 verso 41
Jesús dice que ese lago de fuego ha sido preparado para el diablo y sus
ángeles, ya que satanás y sus ángeles también será destruidos en ese lago de
fuego, según apocalipsis 20: 9-10, vamos a leerlo desde la versión “Dios habla
hoy”:
“Y subieron por lo ancho de la tierra, y rodearon el campamento del
pueblo santo, y la ciudad que él ama. Pero cayó fuego del cielo y los quemó por
completo. Y el diablo, que los había engañado, fue arrojado al lago de fuego y
azufre, donde también habían sido arrojados el monstruo y el falso profeta.”
Les recuerdo nuevamente las palabras del señor Jesucristo:
Noten que todas las palabras están en tiempo futuro: ‘’oirán’’,
“saldrán” ‘’resucitaran’’: ¿por qué?; simple: porque los muertos no están
vivos en ninguna parte en estos momentos: todos están en sus sepulcros hasta el
día de la resurrección. Fíjense bien en el pasaje, en esa parte que dice: “todos
los que ESTÁN en los sepulcros”, la
única palabra que está en tiempo presente es la palabra “ESTÁN”, claramente está diciendo el pasaje que
todos los muertos están literalmente en las sepulturas, y no en otro lugar. Esa
doctrina falsa de la inmortalidad del alma (la que asegura que los que mueren
siguen vivos en forma de ‘’alma inmortal’’) es la primera mentira que Satanás
le propuso a la raza humana a través de Eva en el jardín de Edén: la mentira
del ‘’no moriréis’’ (génesis 3). Esa doctrina es una de las bases
fundamentales de la cristiandad apostata unida a la gran ramera católica
romana. Ellos aseguran que cuando una persona muere, si se ha portado bien, va
‘’inmediatamente en forma de alma inmortal al cielo o paraíso’’; caso
contrario: si se ha portado mal: va ‘’directamente a los tormentos eternos
del infierno de fuego ardiente donde son torturados noche y día por siempre’’.
Todo eso es una burda mentira de demonios: ya que la biblia demuestra con suma
claridad que los muertos están inconscientes en el sueño de la muerte; Leámos
varios pasajes que lo certifican:
1: Perecen sus pensamientos: “Pues sale su aliento, y vuelve a la
tierra; en ese mismo día perecen sus pensamientos”. Salmos 146:4.
2: La muerte no hace diferencia entre sabios y necios, Buenos y malos:
“Pues nadie se acuerda jamás del sabio ni del necio; con el paso del tiempo
todo cae en el olvido, y lo mismo mueren los sabios que los necios’’.
Eclesiastés 2:16.
3: Es por esto que Dios tiene misericordia; porque Él sabe que somos
polvo: “Tan compasivo es el SEÑOR con los que le temen como lo es un padre
con sus hijos. Él conoce nuestra
condición; sabe que somos polvo”. Salmos 103:13-14.
4: Los muertos duermen, y solo Dios por medio de la resurrección los
puede despertar: “Mas el hombre morirá… ¿y dónde estará él? … hasta que no
haya cielo, no despertarán, ni se levantarán de su sueño”. Job 14:10-12.
Por lo tanto: toda perspectiva de vida futura para las personas que
han muerto depende únicamente de la doctrina bíblica de la resurrección: Los muertos
volverán a vivir (resucitarán) porque ahora no están vivos en ningún ‘’más
allá’’. Jesús dijo bien claro que los muertos vivirán, ¡en tiempo futuro!:
“Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí, aunque esté muerto,
VIVIRÁ” (Juan 11:25). Por lo tanto, después de la resurrección, los muertos
van a recibir la recompensa: vida eterna para los que se encuentren en el libro
de la vida; y destrucción eterna para los malvados: los cuales van a ser
arrojados al lago de fuego donde van a recibir ‘’la muerte segunda’’; es
decir: la aniquilación total: el Cristo dijo que Dios DESTRUIRÁ (aniquilará) el
cuerpo y el alma (la vida) de los condenados en el fuego.
Bien, ya teniendo claro toda esta información sobre el verdadero
estado de los muertos y lo que sucederá con los justos e injusto que resuciten
en la segunda resurrección, regresemos ahora a la información de aquellos que
resucitan en la primera resurrección.
Vemos que los redimidos que entren al milenio serán “REYES Y
SACERDOTES”, y estarán reinando o ministrando junto al señor Jesucristo,
vamos a leerlo:
Apocalipsis 1:6: “e hizo de nosotros un reino y sacerdotes para su
Dios y Padre, a Él sea la gloria y el dominio por los siglos de los siglos.”
Apocalipsis 5:10: “Y los has hecho un reino y sacerdotes para nuestro
Dios; y reinarán sobre la tierra.”
Apocalipsis 20:6: “Bienaventurado y santo es el que tiene parte en la
primera resurrección; la muerte segunda no tiene poder sobre éstos, sino que
serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con El por mil años.”
También los santos del antiguo testamento tenían esta misma promesa,
vamos a leerlo:
Daniel 7:27: ``Y la soberanía, el dominio y la grandeza de todos los
reinos debajo de todo el cielo serán entregados al pueblo de los santos del
Altísimo. Su reino será un reino eterno, y todos los dominios le servirán y le
obedecerán.
La pregunta que debemos responder es la siguiente:
¿SOBRE QUIENES JESUCRISTO Y LOS REDIMIDOS VAN A REINAR EN ESTA TIERRA
EN EL MILENIO? ¿QUIENES SERÁN LOS SÚBDITOS DE ESE REINO DE MIL AÑOS Y QUE LEYES
SE IMPLEMENTARÁN EN ESE REINADO DE JESUCRISTO?
Las respuestas a estas interesantes preguntas las responderemos en el
siguiente subtema.
(aquí les dejo un enlace que los reedicionará a un excelente estudio
por escrito, donde se explica de forma exhaustiva todo lo referente al
“GEHENNA” y “EL ESTADO DE LOS MUERTOS Y LA RESURRECCIÓN”:
http://manualbiblicodoctrinaldealexandergell.blogspot.com/2016/04/gehenna-lugar-de-destruccion-por-fuego.html
Si desea pasar al próximo capitulo pinchar en el siguiente link.
Les damos permiso
de compartir y distribuir todos nuestros estudios gratuitamente, siempre y
cuando no le quieten ni le añadan a la información.
AMÉN.
Agradecimiento
a los colaboradores de este estudio: los administradores del:
GRUPO DE
ESTUDIOS Y DEBATES BÍBLICOS EN TELEGRAM.
Los
hermanos:
José
Yúnior, Jhon Wilian, José Javier, Rodolfo Bianchi, Luzma Suarez, Dayana Suarez,
Elena Villamizar, Antonio-Antonio, Juan Gabriel Londoño, Betsy Civil, Daniel
F.C, Gonzalez Carlos, Junior De León
También
muy especialmente al hermano Rolando Cáceres, en Formosa Argentina, director de
la estación de radio CBI (congregación bíblica internacional).
Y
saludos afectuosos a todos los hermanos en cristo que se congregan vía Telegram
en el GRUPO DE ESTUDIOS Y DEBATES BÍBLICOS.
Aquí
dejo el enlace de este precioso grupo de estudios y debates bíblicos en
Telegram:
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nuestra página MANUAL BÍBLICO DOCTRINAL en la red de internet:
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su amigo y hermano en cristo
ALEXANDER GELL