lunes, 14 de febrero de 2022

PARTE 29. CAPÍTULO 19: LA PRIMERA Y SEGUNDA RESURRECCIÓN: EL VERDADERO ESTADO DE LOS MUERTOS.

 JESUCRISTO: EL HIJO UNIGÉNITO Y PRIMOGÉNITO DEL PADRE: LA DOCTRINA DE “EL PADRE Y EL HIJO”.

PARTE 29.

Por Alexander Gell: estudiante de la biblia 2021-2022



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CAPÍTULO 19: LA PRIMERA Y SEGUNDA RESURRECCIÓN: EL VERDADERO ESTADO DE LOS MUERTOS.



Parte fundamental de la fe cristiana es nuestra creencia en la resurrección de entre los muertos. Creemos que cuando el señor Jesucristo regrese en gloria (“después de la tribulación de aquellos días”: Mateo 24: 29-31); todas las personas que han muerto, que a través de la historia han ejercido fe en la gracia de Dios a través del señor Jesucristo, Dios les devolverá la vida: los levantará del polvo. La base de la fe cristiana en la resurrección proviene del testimonio dado por los apóstoles y la iglesia del siglo primero: LA RESURRECCIÓN DEL MISMÍSIMO SEÑOR JESUCRISTO, y (a través del mismo señor Jesucristo) todos los creyentes también han de resucitar de entre los muertos. Nuestra creencia en la resurrección nos ayuda a mantenernos en busca de la santidad, ya que si fuéramos como los ateos, los cuales no creen en vida después de la muerte, entonces nuestra existencia seria vana: no importa si usted hace el bien o hace el mal: total después de la muerte no existe ningún tipo de pago, castigo o recompensa. Sin embargo, nuestra creencia en la resurrección de entre los muertos nos indica que debemos ser agradecidos con el creador, ya que Él ha prometido darnos una vida inmortal, eterna; con cuerpos indestructibles: por lo cual anhelamos ser participantes de ese reino eterno, y (evidentemente), para poder ser partícipe de ese reino eterno debemos de sujetarnos y obedecer con mucho agradecimiento las normas divinas. La salvación en esta era cristiana es por gracia, eso es cierto, pero también dice las escrituras que “SIN SANTIDAD NADIE VERÁ AL SEÑOR” (hebreos 12:14).

En el siglo 1 existía una secta semi atea, los cuales eran representados por una casta sacerdotal conocida como los saduceos. Observen lo que dice la biblia sobre los saduceos:

Hechos 23: 8: “Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu, más los fariseos creen todo esto.”

Es asombroso que en medio de entre los mismos sacerdotes de Israel, en tiempo de cristo, pudiera existir tal secta: ahí se ve el grado alto de corrupción existente entre los sacerdotes. La torah, es decir: el antiguo testamento, está repleto de pasajes y textos donde se dice que Dios puede resucitar a los muertos; vamos a leer unos cuantos:

Daniel 12:2: “Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra despertarán, unos para la vida eterna, y otros para la ignominia, para el desprecio eterno.”

Salmos 71:20: “Tú que me has hecho ver muchas angustias y aflicciones, me volverás a dar vida, y me levantarás de nuevo de las profundidades de la tierra.”

1 Samuel 2:6: “El señor da muerte y da vida; hace bajar al sepulcro y hace subir.”

Incluso al profeta Daniel el ángel le prometió que sería resucitado al final de los tiempos, vamos a leerlo:

Daniel 12: 13: “Y tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días.”

Sin duda alguna la doctrina de la resurrección es firme en todo el antiguo testamento, donde se habla de esa gran resurrección global al final de los días, y también sucedieron algunas resurrecciones momentáneas en algunas personas sobre las cuales Dios tuvo misericordia, como el hijo de la viuda 1 reyes 17-22, también el profeta Eliseo resucito a otra persona, lo pueden leer en 2 Reyes 4:34-36: también aquel muerto que resucitó cuando tocó los huesos del profeta Eliseo, según 2 Reyes 13: 20-21. Esas son resurrecciones momentáneas, orgánicas o biológicas, ya que esas personas murieron nuevamente tiempo después, eso es obvio, ya que la biblia enseña que la resurrección para vida eterna es al final del tiempo.

Es inconcebible que entre los mismos sacerdotes que ministraban al pueblo israelita en los días del ministerio terrenal de cristo estuvieran esos saduceos, predicando que no existe la resurrección, ni ángeles ni espíritus. Es parecido a este tiempo presente, donde muchos ateos no creen que exista un Dios que pueda resucitar a los muertos, pero si creen que los científicos pueden grabar de forma digital los pensamientos y personalidad o conciencia de un individuo, y luego meter esa información en un cuerpo clonado, de este modo están convirtiendo en dioses a los científicos satánicos que manipulan la genética humana (para que ustedes vean la gran contradicción).

Era tan controversial predicar la resurrección a través del señor Jesucristo en el siglo 1, que muchas veces los apóstoles y la iglesia eran perseguidos y maltratados por los saduceos, vamos a leerlo:

Hechos 4: 1-3: “Mientras ellos hablaban al pueblo, se les echaron encima los sacerdotes, el capitán de la guardia del templo, y los saduceos, indignados porque enseñaban al pueblo, y anunciaban en Jesús la resurrección de entre los muertos. Les echaron mano, y los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente, pues ya era tarde.”

Fíjense que esos fieles cristianos del siglo 1 recibían maltratos, persecución y encarcelamiento por el simple hecho de predicar la resurrección a través del señor Jesucristo; ¿Por qué ellos soportaban todo eso?: Jesús, luego de resucitar, se les apareció a muchos de ellos por 40 días, ellos lo vieron literalmente, y ese testimonio era imposible el callarlo. Es por eso que el apóstol Pablo testifica que unos de los pilares principales que sostiene la fe cristiana es precisamente la resurrección del señor Jesucristo, el cual resucitó para no volver a morir jamás.

Esos saduceos apóstatas estaban enseñando mal al pueblo, negando lo que Dios había revelado desde el antiguo testamento, y esa enseñanza demoniaca y semi atea de los saduceos estaba infiltrándose en la iglesia de corintios. Vamos a leer como el apóstol Pablo defiende la doctrina bíblica y verdadera de la resurrección:

1 corintios 15: 1-27: “Ahora, hermanos, quiero que se acuerden del evangelio que les he predicado. Éste es el evangelio que ustedes aceptaron, y en el cual están firmes.  también por medio de este evangelio se salvarán, si se mantienen firmes en él, tal como yo se lo anuncié; de lo contrario, habrán creído en vano. En primer lugar, les he enseñado la misma doctrina que yo recibí, a saber, que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que lo sepultaron y que resucitó al tercer día, también según las Escrituras; y que se apareció a Cefas, y luego a los doce. Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, la mayoría de los cuales viven todavía, aunque algunos ya han muerto. Después se apareció a Santiago, y luego a todos los apóstoles. Por último, se me apareció también a mí, que soy como un niño nacido fuera de tiempo. Pues yo soy el menos importante de los apóstoles, y ni siquiera merezco llamarme apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios”…” Pero si nuestro mensaje es que Cristo resucitó, ¿por qué dicen algunos de ustedes que los muertos no resucitan? Porque si los muertos no resucitan, entonces tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, el mensaje que predicamos no vale para nada, ni tampoco vale para nada la fe que ustedes tienen. Si esto fuera así, nosotros resultaríamos ser testigos falsos de Dios, puesto que estaríamos afirmando en contra de Dios que él resucitó a Cristo, cuando en realidad no lo habría resucitado si fuera verdad que los muertos no resucitan. Porque si los muertos no resucitan, entonces tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, la fe de ustedes no vale para nada: todavía siguen en sus pecados. En este caso, también están perdidos los que murieron creyendo en Cristo. Si nuestra esperanza en Cristo solamente vale para esta vida, somos los más desdichados de todos. Pero lo cierto es que Cristo ha resucitado. Él es el primer fruto de la cosecha: ha sido el primero en resucitar. Así como por causa de un hombre vino la muerte, también por causa de un hombre viene la resurrección de los muertos. Y así como en Adán todos mueren, así también en Cristo todos tendrán vida.  Pero cada uno en el orden que le corresponda: Cristo en primer lugar; después, cuando Cristo vuelva, los que son suyos. Entonces vendrá el fin, cuando Cristo derrote a todos los señoríos, autoridades y poderes, y entregue el reino al Dios y Padre.  Porque Cristo tiene que reinar hasta que todos sus enemigos estén puestos debajo de sus pies; y el último enemigo que será derrotado es la muerte.” (versión ·DIOS HABLA HOY”).

Como podemos ver, según las palabras del apóstol Pablo, la doctrina de la resurrección es la columna vertebrar de la fe cristiana, es un hecho que ha quedado plasmado en el corazón de todos los seguidores de Jesús, desde el mismo inicio de la iglesia en el siglo 1. Fueron muchos los testigos que vieron literalmente al cristo resucitado por 40 días.

Fíjense como en ese pasaje dice que cuando Jesús regrese por segunda vez resucitará “A LOS QUE SON SUYOS” (esta es “la primera resurrección”), es decir: todas las personas, desde el siglo 1 hasta el día que Jesús regrese, que de una forma u otra han conocido parte del evangelio del señor Jesucristo, y han ejercido fe en esa gracia de Dios; ya pertenecen a cristo, y serán recompensados cuando Jesús regrese por segunda vez. Recibirán la vida eterna y un cuerpo celestial o espiritual: así será la primera resurrección, la cual sucederá justamente cuando Jesús descienda del cielo, para dar inicio a su reino milenial en la tierra. Luego que pase la temporada de “el milenio”, entonces sucede la segunda resurrección, la de “justos e injustos”, y luego de ese juicio final es cuando Jesús derrota al último enemigo: “LA MUERTE”: todo esto lo demostraremos más adelante.

 Era tal la convicción, que esos cristianos del siglo 1 daban incluso sus propias vidas defendiendo su creencia de que Jesús había resucitado de entre los muertos. Si no existiera la doctrina de la resurrección por medio del señor Jesucristo, entonces la fe cristiana seria vana, explica el apóstol Pablo. La esperanza en la resurrección, en que Dios nos dará vida nuevamente en el futuro, que nos levantará de la tumba, convirtiéndonos en seres espirituales e inmortales, es una convicción que nos hace tratar por todos los medios en vivir en santidad, ya que tal recompensa eterna es un premio demasiado grande, ya que (en el futuro: en el día de la resurrección) seremos como el mismísimo señor Jesucristo, es decir: recibiremos cuerpos espirituales e indestructible tal y como él, vamos a leerlo:

 1 Juan 3:2: “Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a El porque le veremos como Él es.”

Mas glorioso aún, compartiremos exactamente la misma naturaleza divina que el mismísimo padre celestial, vamos a leerlo:

2 Pedro 1:4: “por medio de las cuales nos ha concedido sus preciosas y maravillosas promesas, a fin de que por ellas lleguéis a ser partícipes de la naturaleza divina, habiendo escapado de la corrupción que hay en el mundo por causa de la concupiscencia”.

El apóstol Pablo explica el orden bíblico de la resurrección; en primer lugar, resucita el señor Jesucristo, vuelve a la vida transformado en un ser espiritual, indestructible e inmortal: ya no puede morir jamás: Jesús es el primero de todos los hombres que han pisado en esta tierra en resucitar de esa manera. Ciertamente en el antiguo y en el nuevo testamento se describen varias resurrecciones de personas que volvieron a la vida, ya que Dios quiso dar testimonio de su poder para resucitar a los muertos, como sucedió cuando Jesús llama a Lázaro de la tumba (Juan 11), luego que lázaro llevaba ya cuatro días de muerto. Esas son resurrecciones orgánicas o biológicas. Ellos resucitaron nuevamente con cuerpos corruptible que nuevamente volvieron a morir, ya que el apóstol Pablo enseña que Jesús debía ser el primer hombre en resucitar a una vida inmortal, con un cuerpo celestial, espiritual e indestructible, ya que a través de Jesús es que el Dios padre va a conceder una resurrección a vida eterna a los demás escogidos. Cuando Jesús regrese por segunda vez, en el futuro: los que creen en Jesús recibirán la misma dicha de resucitar a una vida eterna, con cuerpos glorificados, igual al cuerpo glorificado del mismo señor Jesucristo, vamos a leerlo:

Romanos 8:11: “Pero si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el mismo que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos, también dará vida a vuestros cuerpos mortales por medio de su Espíritu que habita en vosotros.”

Como podemos ver, Dios el padre usa su espíritu (el poder del altísimo) para resucitar a sus hijos, ya que ese espíritu santo es la “SIMIENTE DE DIOS”, de ese modo, todos los que nacen del espíritu se transforman en seres espirituales, y por ende hijos literales engendrados por Dios mismo, vamos a leerlo:

Juan 3: 6-7 “Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te asombres de que te haya dicho: ``Os es necesario nacer de nuevo.”

1 Juan 3: 9: “Cualquiera que es nacido de Dios, no hace pecado, porque su simiente está en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios”.

Al arrepentirnos de nuestros pecados y aceptar la gracia de la salvación de Dios a través del señor Jesucristo, entonces Dios el padre nos engendra con su simiente, es decir: pone en nosotros su espíritu santo, nos sella: de este modo nos vamos gestando en el hombre interior hasta el día de la resurrección, o cuando seamos transformados en un abrir y cerrar de ojos de seres corruptibles a seres incorruptibles cuando el señor Jesucristo regrese en gloria por segunda vez, vamos a leerlo:

Efesios 1:13-14: “En Él también vosotros, después de escuchar el mensaje de la verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído, fuisteis sellados en Él con el Espíritu Santo de la promesa, que nos es dado como garantía de nuestra herencia, con miras a la redención de la posesión adquirida de Dios, para alabanza de su gloria.”

Sabiendo que todos los creyentes en Dios que han existido a través de la historia han de resucitar, debemos de responder la siguiente pregunta: ¿en qué clase de cuerpos regresaremos a la vida?. Veamos la respuesta que da el apóstol Pablo:

1 corintios 15: 35-50: “Tal vez alguno preguntará: «¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Qué clase de cuerpo tendrán?» ¡Vaya pregunta tonta! Cuando se siembra, la semilla tiene que morir para que tome vida la planta. Lo que se siembra no es la planta que ha de brotar, sino el simple grano, sea de trigo o de otra cosa. Después Dios le da la forma que él quiere, y a cada semilla le da el cuerpo que le corresponde.  No todos los cuerpos son iguales; uno es el cuerpo del hombre, otro el de los animales, otro el de las aves y otro el de los peces. Del mismo modo, hay cuerpos celestes y cuerpos terrestres; pero una es la hermosura de los cuerpos celestes y otra la hermosura de los cuerpos terrestres.  El brillo del sol es diferente del brillo de la luna y del brillo de las estrellas; y aun entre las estrellas, el brillo de una es diferente del de otra. Lo mismo pasa con la resurrección de los muertos. Lo que se entierra es corruptible; lo que resucita es incorruptible. Lo que se entierra es despreciable; lo que resucita es glorioso. Lo que se entierra es débil; lo que resucita es fuerte. Lo que se entierra es un cuerpo terrenal; lo que resucita es un cuerpo espiritual. Si hay cuerpo terrenal, también hay cuerpo espiritual. Así dice la Escritura: «El primer hombre, Adán, se convirtió en un ser viviente»; pero el último Adán se convirtió en espíritu que da vida. Sin embargo, lo espiritual no es primero, sino lo terrenal; después lo espiritual. El primer hombre, hecho de tierra, era de la tierra; el segundo hombre es del cielo. Los cuerpos de la tierra son como aquel hombre hecho de tierra; y los del cielo son como aquel que es del cielo. Así como nos parecemos al hombre hecho de tierra, así también nos pareceremos a aquel que es del cielo. Quiero decirles, hermanos, que lo puramente terrenal no puede tener parte en el reino de Dios, y que lo corruptible no puede tener parte en lo incorruptible.

Según el apóstol Pablo, todos aquellos que han muerto creyendo en Jesús resucitarán en cuerpos celestiales, es decir: espirituales, igual al cuerpo celestial y glorioso que en este momento posee en mismísimo padre celestial y el señor Jesucristo: seremos semejantes a ellos: como los ángeles del cielo.

También este texto deja claro que, en este momento, las personas que mueren regresan a la tierra, es decir: se convierten en polvo: los muertos están en sus sepulcros. Aquí queda desenmascarada la falsa doctrina de demonios de “LA INMORTALIDAD DEL ALMA”, la cual es la primera mentira que el diablo le lanzó a la raza humana a través de Eva, la mentira del “NO MORIRÉIS” (Genesis 3). Esa falsa doctrina explica que los muertos en realidad no están muertos, sinó que la persona que muere inmediatamente continua viva transformada en “UN ALMA INMORTAL”; esta doctrina es la base del espiritismo. En realidad, las escrituras revelan que todos los muertos están sumidos en la no existencia, en el polvo de la tierra, y de ese estado es que Dios les ha de devolver la vida, ya que, si los muertos en realidad no están muertos, como enseña la doctrina diabólica de la inmortalidad del alma o espiritismo; ¿para qué Dios los va a resucitar o devolver la vida?

El sabio salomón define el estado de los muertos de la siguiente manera:

Eclesiastés 3: 18-20: “Dije en mi corazón: Es así, por causa de los hijos de los hombres, para que Dios los pruebe, y para que vean que ellos mismos son semejantes a las bestias. Porque lo que sucede a los hijos de los hombres, y lo que sucede a las bestias, un mismo suceso es: como mueren los unos, así mueren los otros, y una misma respiración tienen todos; ni tiene más el hombre que la bestia; porque todo es vanidad. Todo va a un mismo lugar; todo es hecho del polvo, y todo volverá al mismo polvo.

Eclesiastés 9: 2-10: “Todo acontece de la misma manera a todos; un mismo suceso ocurre al justo y al impío; al bueno, al limpio y al no limpio; al que sacrifica, y al que no sacrifica; como al bueno, así al que peca; al que jura, como al que teme el juramento. Este mal hay entre todo lo que se hace debajo del sol, que un mismo suceso acontece a todos, y también que el corazón de los hijos de los hombres está lleno de mal y de insensatez en su corazón durante su vida; y después de esto se van a los muertos. Aún hay esperanza para todo aquel que está entre los vivos; porque mejor es perro vivo que león muerto. Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido. También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol. Anda, y come tu pan con gozo, y bebe tu vino con alegre corazón; porque tus obras ya son agradables a Dios. En todo tiempo sean blancos tus vestidos, y nunca falte ungüento sobre tu cabeza. Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu vanidad que te son dados debajo del sol, todos los días de tu vanidad; porque esta es tu parte en la vida, y en tu trabajo con que te afanas debajo del sol. Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Sepulcro, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría.”

Según la biblia, los muertos resucitan porque no tienen vida, no existen en ningún lugar: están en el polvo de la tierra o en los sepulcros, como sucedió con Lázaro, el cual permaneció 4 días muerto en su tumba: Lázaro no estaba vivo en un ámbito espiritual, en realidad se estaba pudriendo en su tumba, según Juan capítulo 11. Jesús le devolvió la vida, llamó a Lázaro, y el que estaba muerto resucitó, saliendo vivo de la tumba. Este es un ejemplo de lo que sucede con los muertos. Lázaro recibió una resurrección momentánea, no una resurrección a la inmortalidad eterna, ya que Jesús debía ser el primero de todos los hombres en resucitar a una vida inmortal y eterna; lázaro recibió una resurrección de misericordia antes del tiempo previsto, de este modo Dios quería mostrar el poder de la resurrección a través del señor Jesucristo. no sabemos cuántos años vivió Lázaro luego de ese acontecimiento, pero sin ninguna duda volvió a morir, ya que la resurrección de todos los santos en realidad está prevista por Dios para el futuro, cuando Jesús regrese en gloria por segunda vez. Este relato de lo sucedido con Lázaro nos muestra que los muertos están literalmente en la no existencia, justamente en el mismo lugar donde los enterraron, o donde se convirtieron en polvo, y de allí el Dios todopoderoso los ha de volver a la vida el día de la resurrección.

Todo esto desenmascara la postura atea de los sacerdotes saduceos, una secta satánica infiltrada en el sanedrín judío, los cuales no creían en la resurrección.

 

¿CUÁNDO SERÁ EL DIA DE LA RESURRECCIÓN?

Según apocalipsis 20 versos 4 al 6 han de ocurrir dos temporadas de resurrección, la primera resurrección ocurre antes del milenio (justamente cuando el cielo se abre y el señor Jesucristo desciende a la tierra literalmente en su segunda venida), y la segunda resurrección ocurre después que concluya el milenio. Vamos a leer el pasaje:

“Vi tronos, y en ellos estaban sentados los que habían recibido autoridad para juzgar. Vi también las almas de aquellos a quienes les cortaron la cabeza por haber sido fieles al testimonio de Jesús y al mensaje de Dios. Ellos no habían adorado al monstruo ni a su imagen, ni se habían dejado poner su marca en la frente o en la mano. Y vi que volvieron a vivir y que reinaron con Cristo mil años. Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta después de los mil años. Ésta es la primera resurrección. ¡Dichosos los que tienen parte en la primera resurrección, pues pertenecen al pueblo santo! La segunda muerte no tiene ningún poder sobre ellos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él los mil años.”

En la primera resurrección se levanta “EL PUEBLO SANTO”, es decir: todas las personas que de una forma u otra conocieron al Dios supremo, sea a través de la ley de Moisés (antes de la era cristiana), como también todos aquellos que conocieron a Dios a través del señor Jesucristo. Estos santos que se levantan en la primera resurrección fueron los que lograron pasar las diferentes pruebas en este mundo y nunca negaron a Dios. En esta primera resurrección solo resucitan esos escogidos de Dios; ningún impío se levanta en esta primera resurrección. Dice ese texto que los demás muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron los mil años. En esa segunda resurrección es cuando se levantan “LOS JUSTOS Y LOS INJUSTOS”, los cuales serán juzgados de acuerdo a sus obras y de acuerdo a sus conciencias, unos recibirán la vida eterna (los justos) y otros serán lanzados al lago de fuego y destruidos (los injustos), sobre esto hablaremos más adelante.

Enfoquémonos en la primera resurrección: ¿Cuándo va a ocurrir? Según la biblia ocurrirá justamente en la segunda venida del señor Jesucristo, después de la tribulación de aquellos días; a la final trompeta, vamos a leerlo:

1 corintios 15: 51-57: “Pero quiero que conozcan el designio secreto de Dios: No todos moriremos, pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, cuando suene el último toque de trompeta. Porque sonará la trompeta, y los muertos serán resucitados para no volver a morir. Y nosotros seremos transformados. Pues nuestra naturaleza corruptible se revestirá de lo incorruptible, y nuestro cuerpo mortal se revestirá de inmortalidad. Y cuando nuestra naturaleza corruptible se haya revestido de lo incorruptible, y cuando nuestro cuerpo mortal se haya revestido de inmortalidad, se cumplirá lo que dice la Escritura: «La muerte ha sido devorada por la victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?» El aguijón de la muerte es el pecado, y el pecado ejerce su poder por la ley. ¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!

Este pasaje desenmascara la falsa doctrina pretribulacionista, ya que según esa falsa creencia solo va a sonar una trompeta, y Jesús viene de manera secreta e invisible a llevarse la iglesia al cielo en un supuesto “rapto secreto antes de una tribulación de 7 años”, y luego (supuestamente) regresa “por tercera vez” a buscar a los que “quedaron atrás”: sin embargo el libro de apocalipsis enseña que sucederá un intervalo de tiempo en toques de 7 trompetas: y es a la última trompeta la que anuncia el regreso del señor Jesucristo y la resurrección de los muertos, y bien sabemos que esto ha de ocurrir “DESPUÉS DE LA TRIBULACIÓN DE AQUELLOS DÍAS”, tal y como lo explica el mismo señor Jesucristo en Mateo 24: 29-31.

No van a ocurrir “dos venidas más del señor Jesucristo en el futuro”, como falsamente enseñan los pretribulacionistas, sino que los verdaderos cristianos únicamente estamos esperando “UNA SEGUNDA VENIDA DE JESUCRISTO”, eso es lo que se enseña en el siguiente pasaje:

“Así también Cristo, habiendo sido ofrecido una vez para llevar los pecados de muchos, aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvación de los que ansiosamente le esperan.” Hebreos 9: 28.

Y ya sabemos perfectamente que el señor Jesús explica textualmente que esa segunda venida va a ocurrir literalmente “INMEDIATAMENTE DESPUÉS DE LA TRIBULACIÓN DE AQUELLOS DÍAS”, vamos a leerlo:

Mateo 24: 29-31: “E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.

Después que culmine los 42 meses (tres años y medio) del gobierno de la bestia, en el cual los santos de la iglesia serán perseguidos y atribulados (apocalipsis 13: 3-7), entonces el señor Jesucristo aparecerá en el cielo con gran poder y gloria, y con gran voz de trompeta enviará a sus ángeles a rescatar a sus escogidos. Es entonces que los muertos en cristo son resucitados, y los cristianos que estén vivos serán transformados en un abrir y cerra de ojos, de seres corruptible, a seres incorruptibles, y subirán a las nubes del cielo a recibir al señor en el aire. Vamos a leerlo:

1 tesalonicenses 4: 15-17: “Por lo cual os decimos esto por la palabra del Señor: que nosotros los que estemos vivos y que permanezcamos hasta la venida del Señor, no precederemos a los que murieron. Pues el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con la trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se levantarán primero. Entonces nosotros, los que estemos vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor siempre.”

La primera resurrección marca el fin de la era mala, la destrucción de todos los gobiernos mundanos; y da el inicio al reino milenial del señor Jesucristo en la tierra, gobernando en persona literalmente desde la ciudad de Jerusalén, desde el trono de David su padre, profecía dictada en Isaías 9: 7, y que se cumple en el señor Jesucristo en Lucas 1:32, vamos a leer los dos pasajes en su orden cronológico:

Isaías 9:7: “El aumento de su soberanía y de la paz no tendrán fin sobre el trono de David y sobre su reino, para afianzarlo y sostenerlo con el derecho y la justicia desde entonces y para siempre. El celo de Yahveh de los ejércitos hará esto.”

Lucas 1: 31-33: “Y he aquí, concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de su padre David; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.”

 

¿QUIÉNES VA A PARTICIPAR EN LA PRIMERA RESURRECCIÓN?

En primer lugar, va a participar la iglesia: todos los cristianos de todos los tiempos, desde el siglo 1 hasta el último cristiano que exista antes de Jesús regresar. El día de la resurrección, cuando Jesús regrese, también se le llama “EL DIA POSTRERO” o “DIA FINAL”: vamos a leerlo:

Juan 6: 39-40: “Y esta es la voluntad del que me envió: que de todo lo que Él me ha dado yo no pierda nada, sino que lo resucite en el día postrero. Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo aquel que ve al Hijo y cree en El, tenga vida eterna, y yo mismo lo resucitaré en el día final.”

Dia “final o postrero” seguramente es haciendo referencia a la final o postrera trompeta, ya que es a la final (séptima) trompeta cuando Jesús desciende del cielo y los muertos son resucitados, como se lee en 1 corintios 15: 51-57. Fíjense que los verdaderos israelitas que se guiaban por la torah, es decir: la ley de Dios y el antiguo testamento, tenían una creencia firme de que vendrá en el futuro el día de la resurrección, es por eso que Marta le responde al señor Jesucristo de la siguiente manera:

Juan 11: 23-24: “Jesús le dijo: Tu hermano resucitará. Marta le contestó: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día final.”

Entonces tenemos que toda persona, a través de todos los tiempos de la era cristiana, que ha ejercido fe en la gracia de Dios a través del señor Jesucristo, van a participar en esta primera resurrección, incluyendo (en el futuro) a todos aquellos que con gran valentía enfrenten el gobierno de la bestia hasta la muerte.

Los apóstoles del señor Jesucristo serán levantados vivos en la primera resurrección y participarán del reinado de Jesús directamente en la nación de Israel, vamos a leerlo:

Mateo 19: 27-28: “Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué, pues, recibiremos? Y Jesús les dijo: En verdad os digo que vosotros que me habéis seguido, en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, os sentaréis también sobre doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.”

En la primera resurrección también van a participar los patriarcas del antiguo testamento, como Abrahán, David, Elías, etc: y todo buen israelita que de forma equitativa hiso el bien de acuerdo a la ley de moisés, y conoció de este modo al Dios padre, vamos a leerlo:

Mateo 8: 11: “Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos.”

El “REINO DE LOS CIELOS” está representado en la persona del señor Jesucristo, y ese reino de los cielos estará literalmente en la tierra, cuando Jesús inicie su gobierno milenial desde la ciudad de Jerusalén. En el siglo 1, cuando el señor Jesucristo andaba predicando, repetía la siguiente frase: “EL REINO DE LOS CIELOS SE HA ACERCADO” (Mateo 3: 2), ya que el representante del reino del padre celestial en los cielos es la persona del señor Jesucristo.

 Como dijimos anteriormente, la promesa de la primera resurrección es tanto para los cristianos, como también para los israelitas justos que equitativamente guardaron la ley, en la época antes de cristo, vamos a leerlo:

Isaías 26:19: “Tus muertos vivirán, sus cadáveres se levantarán. ¡Moradores del polvo, despertad y dad gritos de júbilo!, porque tu rocío es como el rocío del alba, y la tierra dará a luz a los espíritus.”

Tal y como lo explica el mismo señor Jesucristo en Mateo 8: 11, los patriarcas del antiguo testamento y todo buen israelita que vivieron antes de Jesús venir a la tierra, han de resucitar, y participarán a la mesa con el señor. Lo que sucede es que esos antiguos israelitas conocían de forma profética que Dios enviaría al mundo al mesías, el cual tomaría literalmente el trono del rey David. Ellos murieron llevando consigo esa esperanza, y es por eso que cuando Jesús regrese ellos serán levantados de la muerte para conocer a ese mesías prometido en el antiguo testamento. Además, cuando Jesús regrese y los muertos sean resucitados, la nación de Israel será completamente restaurada, cada tribu en su territorio, y el señor Jesucristo será el rey de toda la tierra. Veamos la promesa de Dios a los antiguos israelitas:

Ezequiel 37: 12-14: “Por tanto, profetiza, y diles: ``Así dice el Señor DIOS: `He aquí, abriré vuestros sepulcros y os haré subir de vuestros sepulcros, pueblo mío, y os llevaré a la tierra de Israel. `Y sabréis que yo soy Yahveh, cuando abra vuestros sepulcros y os haga subir de vuestros sepulcros, pueblo mío. `Pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os pondré en vuestra tierra. Entonces sabréis que yo, Yahveh, he hablado y lo he hecho'--declara Yahveh.”

Todos aquellos que participan en la primera resurrección, cuando Jesús regrese por segunda vez, no han de pasar por ningún juicio condenatorio, sinó que resucitarán para darle la bienvenida al señor Jesucristo en las nubes del cielo, y para recibir dones o premios, de acuerdo a su actividad en el evangelio mientras estuvo por la pasantía de pruebas en la tierra; es así como unos recibirán mayores puestos que otros en el reino milenial de cristo. vamos a leerlo:

1 corintios 3: 5-15: “A fin de cuentas, ¿qué es Apolo?, ¿qué es Pablo? Simplemente servidores, por medio de los cuales ustedes han llegado a la fe. Cada uno de nosotros hizo el trabajo que el Señor le señaló:  yo sembré y Apolo regó, pero Dios es quien hizo crecer lo sembrado. De manera que ni el que siembra ni el que riega son nada, sino que Dios lo es todo, pues él es quien hace crecer lo sembrado. Los que siembran y los que riegan son iguales, aunque Dios pagará a cada uno según su trabajo. Somos compañeros de trabajo al servicio de Dios, y ustedes son un sembrado y una construcción que pertenecen a Dios. Yo fui el maestro albañil al cual Dios en su bondad encargó poner los fundamentos, y otro está construyendo sobre ellos. Pero cada uno debe tener cuidado de cómo construye, pues nadie puede poner otro fundamento que el que ya está puesto, que es Jesucristo. Sobre este fundamento, uno puede construir con oro, plata y piedras preciosas, o con madera, paja y cañas; pero el trabajo de cada cual se verá claramente en el día final; porque ese día vendrá con fuego, y el fuego probará la clase de trabajo que cada uno haya hecho. Si lo que uno construyó es resistente, recibirá su pago; pero si lo que construyó llega a quemarse, perderá su trabajo, aunque él mismo logrará salvarse como quien escapa del fuego.

Como podemos ver, cuando todos los cristianos y todos los israelitas que fueron justos de acuerdo a la ley comparezcan ante el señor Jesucristo en la primera resurrección, ninguno de ellos debe de temer algún juicio de condenación: TODOS SERÁN SALVOS. Simplemente se medirá el desempeño que cada uno ejerció para atraer a más personas a la salvación: mientras más haya trabajado, más recompensas tendrá, mientras menos haya trabajado menos recompensas tendrá: algunos tendrán tan poco que ese pasaje de 1 corintios 3: 5-15 dice que se salvarán como aquellos que escapan de un incendio, es decir: por pura gracia, por simplemente haber creído y ejercido fe en Jesús y haberse arrepentido. Por ejemplo, una persona que se arrepiente de sus pecados y ejerce fe en Jesucristo justamente minutos antes de su muerte, esa persona no tendrá nada edificado, más que su propia fe, y por esa simple fe será salvo y participará en la primera resurrección. Otros edificarán con “hojarasca” y “paja”, aquí se hace referencia a personas que predican el evangelio, pero no toda doctrina que esa persona predica es verdadera, sino que son personas mal instruidas, y no conocen a fondo las escrituras. Allí podemos encajar a las diferentes denominaciones cristianas. Sabemos que muchos de esas instituciones no están basados cien por ciento en la verdadera doctrina bíblica, pero en las filas de esas feligresías existen personas que con buen corazón y sinceridad están buscando de Dios y anhelan el reino de cristo, y se han apartado del pecado. Dios conoce el corazón de cada uno, Él sabe que esos hijos suyos simplemente han sido instruidos de acuerdo a lo que enseñan en esos concilios, por lo tanto, esos feligreses no serán condenados, los que serán enjuiciados son los lideres religiosos que por avaricia instruyeron mal a esas ovejas: esos falsos maestros resucitarán en la segunda resurrección y serán condenados al lago de fuego, que es “LA MUERTE SEGUNDA”. Por lo tanto, esos feligreses inocentes podrán entrar al reino de cristo en el milenio, aunque la recompensa para ellos será menor en comparación con aquellos que edificaron con oro, plata y piedras preciosas, es decir: el evangelio puro, sin ligaduras, sin levaduras, sin falsas doctrinas.

Otras personas creerán en el señor Jesucristo, y serán grandes predicadores, los cuales pueden llegar a ser sacerdotes en el reino de cristo. Otros cristianos son tan fervientes en la obra del evangelio, que hasta están dispuesto y entregarán sus propias vidas por no negar a cristo, estos serán reyes en el reino de cristo, vamos a leerlo:

Apocalipsis 20: 4-6: “También vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y se les concedió autoridad para juzgar. Y vi las almas de los que habían sido decapitados por causa del testimonio de Jesús y de la palabra de Dios, y a los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni habían recibido la marca sobre su frente ni sobre su mano; y volvieron a la vida y reinaron con Cristo por mil años. Los demás muertos no volvieron a la vida hasta que se cumplieron los mil años. Esta es la primera resurrección. Bienaventurado y santo es el que tiene parte en la primera resurrección; la muerte segunda no tiene poder sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con El por mil años.”

Fíjense en este pasaje que dice que los cristianos seremos “SACERDOTES Y REYES” en ese reino milenial de cristo. Todos los cristianos estarán resucitados en ese día, de modo que el texto dice que “LA MUERTE SEGUNDA NO TENDRÁ PODER SOBRE ESTOS”, es decir: ningún cristiano tendrá parte en la segunda resurrección, y la muerte segunda no tendrá ningún poder sobre los miembros de la iglesia. La iglesia no pasa ante ningún juicio condenatorio ante el tribunal de cristo, por el simple hecho de que la iglesia, a todo el largo de la historia, fue probada en esta tierra, hasta lograr la madurez y santidad adecuada, vamos a leerlo:

1 Pedro 1: 6-8: “En lo cual os regocijáis grandemente, aunque ahora, por un poco de tiempo si es necesario, seáis afligidos con diversas pruebas, para que la prueba de vuestra fe, más preciosa que el oro que perece, aunque probado por fuego, sea hallada que resulta en alabanza, gloria y honor en la revelación de Jesucristo; a quien sin haber le visto, le amáis, y a quien ahora no veis, pero creéis en El, y os regocijáis grandemente con gozo inefable y lleno de gloria.”

Y esas pruebas en este mundo incluyen a los israelitas que antes de la era cristiana se guiaron equitativamente por la ley, vamos a leerlo:

Salmos 66:10: “Porque tú nos has probado, oh Dios; nos has refinado como se refina la plata.”

No todos los muertos serán resucitados cuando Jesús regrese por segunda vez, sinó que solamente resucitarán los santos, es decir; el pueblo santo de Dios que vivieron antes de Jesucristo, y también el pueblo santo de Dios que vivió en la era cristiana; los que antes de la era cristiana se guiaron lo mejor que pudieron haciendo lo justo de acuerdo a la ley de Moisés ; conociendo al Dios de Israel, y los que luego de venir el señor Jesucristo al mundo ejercieron fe en la gracia de Dios a través del sacrificio de Jesús: estos son los únicos que han de participar en la primera resurrección. Es por eso que, cuando Jesús regrese por segunda vez, enviará su poderosa voz, y solo ese grupo de escogidos podrá escucharlo desde la tumba, vamos a leerlo:

Juan 5: 24-25: “En verdad, en verdad os digo: el que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no viene a condenación, sino que ha pasado de muerte a vida. En verdad, en verdad os digo que viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que oigan vivirán.”

Como podemos ver, no todos los muertos podrán oír la voz del señor Jesucristo cuando Él regrese en gloria, sinó que solo oirán su voz y resucitarán todos aquellos santos que ya hemos mencionados anteriormente. Los demás muertos, tanto justo como también injustos, resucitarán después del milenio, en la segunda resurrección, para comparecer ante el gran trono blanco: el juicio final, y estos serán juzgados por sus obras, es decir: por el bien o el mal que hicieron, como lo pueden leer en apocalipsis 20: 11-15. Allí los impíos serán destruidos en un lago de fuego, y los justos recibirán la vida eterna.

Cuando Jesús regrese por segunda vez enviará su voz poderosa de arcángel, según se lee en 1 tesalonicenses 4: 15-17; y pronunciará una orden para que esos santos muertos la escuchen y se levanten del polvo ¿Cuál será esa orden? La respuesta la tenemos en apocalipsis 11: 11-12, vamos a leerlo:

“Pero después de tres días y medio entró en ellos el espíritu de vida enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayó gran temor sobre los que los vieron. Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron.”

Luego que los dos testigos permanezcan muertos y expuesto en la plaza de la ciudad por tres días y medio, esos muertos reciben el espíritu de vida dado por Dios, y escuchan una voz tronante que les da una orden: “SUBID ACÁ”; y ellos, resucitando, suben al cielo en una nube. Esa es la voz del señor Jesucristo: esa es la orden que ÉL les da a sus santos, y solo los muertos que escuchen esa orden, resucitarán en la primera resurrección, y (junto a los dos testigos de apocalipsis 11), todos subiremos a las nubes del cielo a recibir al señor Jesús en el aire.

Por lo tanto; de una forma mayor o menor: todos los santos en la primera resurrección serán recompensados, ninguno será enjuiciado, sinó que todos lograrán la vida eterna, y estaremos junto al señor Jesucristo en todo su reino milenial en la tierra, y luego a través de toda la eternidad, cuando haya “CIELO NUEVO Y TIERRA NUEVA”. Es por esta razón que apocalipsis 20 verso 6 dice con tanta vehemencia que aquellos que participan en la primera resurrección son bienaventurados, dichosos; vamos a leerlo:

“Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.”

 

 

DOS JUICIOS SE REALIZAN JUSTAMENTE CUANDO JESÚS REGRESA POR SEGUNDA VEZ.

 

Como aclaramos anteriormente, todo el pueblo santo que sea resucitado en la primera resurrección y los que sean cambiados en un abrir y cerrar de ojos, no deben de temer ningún juicio condenatorio; ellos estarán ante el rey para recibir dones, premios y vida eterna, sin embargo: ¿quiere decir esto que no va a ver ningún tipo de juicio en esa segunda venida del señor Jesucristo?

Van a ver dos juicios, pero ninguno de esos dos juicios es en contra de los redimidos, sinó únicamente para los impíos que AUN ESTÉN VIVOS CUANDO JESÚS REGRESE POR SEGUNDA VEZ.

El primer juicio es para destruir la cizaña.

Cuando Jesús regrese por segunda vez, enviará a sus ángeles, y esos ángeles apartarán el trigo de la cizaña, es decir: el trigo representa a los hijos de Dios, los santos redimidos; mientras que la cizaña representa a todos los hijos del diablo, los pecadores, y (claro) muchos falsos cristianos avarientos y mentirosos que aun estén vivos cuando Jesús regrese: TODOS ESOS HIJOS DEL DIABLO SERÁN DESTRUIDOS EN EL LAGO DE FUEGO, COMO SE QUEMA LA PAJA SECA, vamos a leerlo:

Mateo 13: 36-43: “Entonces, despedida la gente, entró Jesús en la casa; y acercándose a él sus discípulos, le dijeron: Explícanos la parábola de la cizaña del campo. Respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre. El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo. El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles. De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo. Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga.”

Esa cizaña son personas que aún están vivas justamente cuando Jesús regresa por segunda vez: allí se encuentran los impíos que se pusieron la marca de la bestia, los cuales persiguieron a muerte a los santos de la iglesia, allí también estarán los falsos religiosos, y todo género de hombres pecadores que serán de tropiezo para la iglesia: todos ellos serán apresados por los ángeles del señor Jesucristo, y serán lanzados en un lago de fuego, donde serán reducidos a cenizas, y para siempre dejarán de existir. Fíjense que esa cizaña ni siquiera es presentada ante cristo, sinó que son ejecutados inmediatamente por mano de los ángeles del señor. Esta cizaña no resucitará en la segunda resurrección, ya que el mismo señor Jesucristo es quien los sentencia a la destrucción eterna.

Repito, esas personas que son como cizañas no serán personas a los cuales Jesús va a resucitar en su segunda venida para hacerlos pasar por ese juicio, en realidad esas cizañas son personas malas, impías, asesinas y engañadores que estarán vivas cuando Jesús regrese. Entonces Jesús enviará a sus ángeles a que apresen a toda esa cizaña que le hace daño a la iglesia, y los arrojan a un lago de fuego, donde son destruidos para siempre.

Los demás impíos, y también otras cizañas que murieron al largo de la historia, es decir: antes de Jesús regresar por segunda vez, esos que no se levantan en la primera resurrección, vuelven a la vida es en la segunda resurrección, y deben de pasar ante el juicio del gran trono blanco, donde también todos esos limpios son destruidos en un lago de fuego.

El segundo juicio que ejecuta el señor Jesucristo en su segunda venida, es el llamado “JUICIO DE LAS NACIONES”. Una vez que el señor Jesucristo establezca su trono de gloria en Jerusalén, ese trono de David que por derecho mesiánico le pertenece al señor Jesucristo, serán puestas ante Jesús las naciones que no fueron destruidas en la batalla de Armagedón. Unas naciones, que serán puestas a la derecha del señor, serán como “OVEJAS”, ya que ayudaron a los santos cuando eran perseguidos por la bestia, dándoles pan, abrigo y visitándolos en las cárceles; estas naciones como ovejas reciben la bendición del señor Jesús, y entran a participar del reinado milenial. En cambio, otras naciones que estarán a la izquierda del señor, serán como “CABRAS”, y Jesús los maldecirá y los destruirá, porque se negaron a hacerles el bien a los santos cuando estos eran perseguidos a muerte por la bestia, y porque no querían que Jesús reinara sobre la tierra. Esas naciones como cabras no le dieron pan ni abrigo, ni los visitaron en las cárceles, y por esta razón el señor Jesucristo los condena a la destrucción: todo esto lo pueden leer en Mateo 25: 31-46.

Estos dos juicios ejecutarán el señor Jesucristo justamente en su segunda venida, donde todos los impíos que son como cizañas y esas naciones que son como cabras, serán destruidos por completo para siempre, mientras que los santos únicamente reciben la bendición del señor y la vida eterna.

 

¿QUIENES PARTICIPAN EN LA SEGUNDA RESURRECCIÓN?

Como ya sabemos los israelitas que se sujetaron a la ley de Moisés y obedecieron a Dios antes de la era cristiana y también la iglesia de Jesucristo en la era de la gracia son el único grupo de santos que se levantan en la primera resurrección: todos ellos logran la vida eterna y obtienen cuerpos inmortales, espirituales e indestructibles.

En cambio, en la segunda resurrección de levantan todo el resto de seres humanos que han nacido en esta tierra, tanto justos como también los injustos; es una resurrección global.

Los únicos que nunca resucitan desde el día de su muerte son únicamente la bestia, el falso profeta y todos los impíos que se pusieron en sus cuerpos la marca de la bestia, a los cuales Dios destruyó enviándoles diferentes plagas, y luego el señor Jesucristo en persona aniquiló el resto de ellos en la batalla de Armagedón. Tampoco resucitaran aquellas personas de las naciones que son como cabras, a los cuales el señor Jesús juzga y aniquila en el juicio de las naciones narrado en Mateo 25: 31-46: tampoco resucitarán en la segunda resurrección esas personas que son como cizañas, los cuales fueron destruidos por los ángeles del señor Jesucristo: todas esas personas son aniquiladas para siempre, no se levantarán ni siquiera en la segunda resurrección.

Repito, en la segunda resurrección han de levantarse todos los seres humanos que han existido a todo el largo de la historia humana: justos e injustos, vamos a leerlo:

Juan 5: 28-29: “No os admiréis de esto, porque viene la hora en que todos los que están en los sepulcros oirán su voz, y saldrán: los que hicieron lo bueno, a resurrección de vida, y los que practicaron lo malo, a resurrección de juicio.”

A diferencia de ese pasaje de Juan: 5: 24-25, donde se dice que solo se levantan de la tumba “LOS QUE ESCUCHEN LA VOZ DEL HIJO DE DIOS” (lo cual indica que esa es una resurrección de un grupo selecto, donde solo se levantan los que escuchen), ahora en este otro pasaje de Juan 5: 28-29 Jesús está hablando de una resurrección global, dice: “TODOS LOS QUE ESTEN EN LOS SEPULCROS OIRÁN SU VOZ”: esta es la segunda resurrección, donde todos los seres humanos que a través de la historia han nacido en esta tierra se levantan de la muerte, tanto los que hicieron lo bueno, como también los que hicieron lo malo. Fíjense nuevamente que Jesús dice que los muertos que en un futuro escucharán su voz “ESTÁN EN LOS SEPULCROS” ¿Qué quiere decir esto?, sencillamente que esos muertos no están vivos en forma de espíritus en alguna otra esfera, sinó que están literalmente en sus sepulturas, en el polvo de la tierra; en pocas palabras: la inexistencia, y es de allí de donde el Dios todopoderoso los ha de levantar, usando la voz del señor Jesucristo en aquel día. Por lo tanto, la doctrina de “LA INMORTALIDAD DEL ALMA”, tan popular en todas las religiones paganas, y también en la cristiandad apóstata iglesiera, es totalmente falsa: es la base del espiritismo satánico.

Todas las personas que se levanten vivos en esta segunda resurrección van a comparecer al juicio final, ante el gran trono blanco (después del milenio), y serán juzgadas por sus obras, vamos a leerlo:

Apocalipsis 20: 11-15: “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.”

El que está sentado en ese trono blanco es el Dios padre, el máximo Juez. Todos los muertos, grandes y pequeños están de pie ante Dios. Todos ellos serán juzgados de acuerdo a sus obras, comparando las conductas que ellos llevaron en vida con lo que está escrito en esos libros. También allí está el libro de la vida, dando a entender que en ese juicio muchas personas van a obtener la vida eterna, mientras que otros serán destruidos en un lago de fuego, que es “LA MUERTE SEGUNDA”.

Los falsos maestros de la cristiandad apóstata iglesiera aseguran que en esta segunda resurrección solo resucitan los impíos, pero eso es falso, ya que en esta resurrección global Jesús dice que se levantan tanto los buenos como también los malos.

Cuando dice “LOS BUENOS”, es decir: los justos, se está refiriendo a todas las personas que han existido en este mundo a través de todos los siglos, cuya conducta y conciencia es aceptable ante Dios. Aunque esas personas no hayan conocido la ley de Dios a la perfección, y aunque no hayan ni siquiera conocido el evangelio de cristo, con todo y eso esas personas se preocuparon en tener una conciencia justa. Vamos a leer como lo explica el apóstol Pablo:

Romanos 2: 6-16 “el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia; tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego, pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego; porque no hay acepción de personas para con Dios. Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados. Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.”

Como podemos ver, muchas personas serán juzgadas el día del juicio “POR SUS CONCIENCIAS”, es decir: el dictamen interior de sus mentes que les informa sobre decidir entre lo que es bueno y lo que es malo. Es una vara de moral interna, un mecanismo mental que Dios ha puesto dentro de los seres humanos para que estos puedan discernir y decidir entre lo que es bueno y lo que es malo. Al largo de milenios muchas personas han muerto sin haber conocido la ley de Dios entregada a Moisés, del mismo modo muchas personas han muerto si haber escuchado o comprendido el evangelio de cristo: esas personas serán juzgadas de acuerdo a sus obras y de acuerdo a sus conciencias. Les aseguro que los salvos serán muchísimos, ya que allí se pueden contar a todos los miles de millones de niños abortados y niños que mueren a edad de inocencia. Todas las personas abusadas que fueron capturados, raptados o nacieron en esclavitud toda su vida. Millones de personas que han tenido un buen corazón, misericordia y generosidad aun no hayan conocido el evangelio o la ley de Dios: todas esas personas lograrán pasar la prueba de conciencia el día del juicio, serán declaradas justas y estarán anotadas en el libro de la vida; seguro serán miles de millones de personas. Del mismo modo habrá también miles de millones de personas que a mal gusto hicieron lo malo, que violaron la ley de Dios, también los que rechazaron el evangelio de cristo voluntariamente, ya que amaban más las tinieblas que la luz, y todos aquellos que actuaron con malas conciencias: todos esos serán juzgados de acuerdo a sus obras, de acuerdo a la ley y de acuerdo a sus sucias conciencias, y serán echados y destruidos en un lago de fuego, que es “LA MUERTE SEGUNDA”.

Seguramente en esta segunda resurrección se levantan esos injustos que se hicieron pasar como si fueran cristianos, cuando en realidad eran lobos rapaces; esos cobradores de diezmo monetario, los que enseñaban a los cristianos a comprar con dinero las bendiciones de Dios, enseñando doctrinas avarientas y satánicas como “EL PACTO DE DINERO”, esos que a través de maratones radiales y televisivos hicieron muchos falsos milagros para engañar a los ingenuos, y de ese modo despojarlos de sus bienes, como sucede con la gran mayoría de lideres de la línea protestantes, evangélica o pentecostales, entre los cuales también se cuentan a otros lideres eclesiásticos igual de mentirosos, como los bautistas, adventistas del séptimo dia, judaizantes, testigos de jehová, mormones, etc: y también todos los pedófilos, asesinos y falsos cristianos que pertenecieron a la ralea de papas de roma: esos hipócritas son tan mentirosos que en el mismo día del juicio final pretenden justificarse aun delante de la cara del mismísimo señor Jesucristo, vamos a leerlo:

Mateo 7: 21*23: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.”

A todos esos impíos les ha de tocar “LA MUERTE SEGUNDA”. Fíjense que “LA MUERTE SEGUNDA” solo se aplica en la segunda resurrección, y está diseñada únicamente para todos los impíos, aunque también el señor Jesús, cuando regrese por segunda vez, va a destruir para siempre a la cizaña y a las cabras. Esto quiere decir que esas personas que son como cizañas y los que son como cabras gustan de “la muerte segunda” antes del juicio final, ya que esas personas no se han de levantar en la segunda resurrección.

La muerte segunda es la destrucción final, la paga final por el pecado, ya que la paga por el pecado es la muerte: en este caso la extinción completa en cuerpo y alma en la gehenna, es decir: el lago de fuego. Quien caiga en ese lago de fuego y sea destruido ya no tendrá resurrección jamás, sinó que para siempre dejará de existir, es allí donde se cumple el salmo 37, vamos a escoger y leer unos cuantos versos de ese salmo:

“8 deja la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a hacer lo malo. 9 porque los malignos serán destruidos, Pero los que esperan en Yahveh, ellos heredarán la tierra. 10 Pues de aquí a poco no existirá el malo; Observarás su lugar, y no estará allí. 11 Pero los mansos heredarán la tierra, Y se recrearán con abundancia de paz. 12 Maquina el impío contra el justo, Y cruje contra él sus dientes; 13 El Señor se reirá de él; Porque ve que viene su día. 20 Mas los impíos perecerán, Y los enemigos de Yahveh como la grasa de los carneros Serán consumidos; se disiparán como el humo. 22 Porque los benditos de él heredarán la tierra; Y los malditos de él serán destruidos. 34 Espera en Yahveh, y guarda su camino, Y él te exaltará para heredar la tierra; Cuando sean destruidos los pecadores, lo verás. 35 Vi yo al impío sumamente enaltecido, Y que se extendía como laurel verde. 36 Pero él pasó, y he aquí ya no estaba; Lo busqué, y no fue hallado. 37 Considera al íntegro, y mira al justo; Porque hay un final dichoso para el hombre de paz. 38 Mas los transgresores serán todos a una destruidos; La posteridad de los impíos será extinguida.”

Ese salmo es bastante claro, y se está refiriendo a lo que ocurrirá en el juicio final, donde los justo y los injustos estarán ante Dios para recibir la vida eterna o la muerte eterna. Fíjense en esos pasajes de apocalipsis 20 donde se habla del juicio ante el gran trono blanco, lo que sigue a continuación luego de ese juicio es “LA CREACIÓN DE CIELOS NUEVO Y NUEVA TIERRA” (apocalipsis 21), es por esto que este salmo 37 repite tantas veces que solo los justos heredarán la tierra y vivirán para siempre sobre ella, mientras que los impíos serán destruidos, dejarán de existir, se disiparán como el humo de un animal sacrificado al fuego.

El señor Jesucristo también mencionó ese lago de fuego del juicio final, donde los impíos serán destruidos “EL CUERPO Y ALMA”, es decir: de forma completa, vamos a leerlo:

Mateo 10:28: “Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden destruir la vida; más bien temed a aquel que puede hacer perecer tanto el alma como el cuerpo en la gehenna.”

Para entender esas palabras del CRISTO, primero tenemos que saber qué era la Gehenna.

LA GEHENNA de fuego mencionada por el señor Jesucristo era el BASURERO DE JERUSALÉN; donde eran echados todos los desperdicios de la ciudad, los restos de los animales sacrificados y los cuerpos de los delincuentes ejecutados por los romanos y por la ley judía. Esto lo puede comprobar usted en cualquier diccionario bíblico.  El Cristo utilizó ese lugar de DESTRUCCIÓN como símbolo del LAGO DE FUEGO donde serán quemados y destruidos en cuerpo y alma (vida) todos los condenados (Mateo 10:28).  En la Gehenna de Jerusalén NO VIVÍA NADIE, sino que toda carne era consumida por el fuego, o devorada por los gusanos. Por lo tanto, el lago de fuego será un lugar de DESTRUCCIÓN, ¡no de vida eterna!. En ese lugar serán quemados todos los impíos, el fuego LITERAL los destruirá en cuerpo y alma, y serán reducidos a cenizas (Malaquías 4:1-3).  En ese lugar los impíos llorarán y crujirán de dientes hasta que sean destruidos en cuerpo y alma, tal como enseñó el propio Mesías. En realidad: la palabra ‘’gehenna’’ nunca debió traducirse por la palabra latina ‘’infierno’’; esa palabra ‘’infierno’’ la introdujeron en las escrituras cuando en el siglo cuarto los lacayos de la gran ramera (catolicismo romano) tradujeron las escrituras al latín; de este modo cambiaron las siguientes palabras originales de las escrituras: la palabra hebrea ‘’sheol’’ (sepulcro), la palabra griega ‘’hades’’ (lugar de los muertos: sepultura) y la palabra griega usada por cristo: ‘’gehenna’’ (lugar de destrucción)todas estas palabras la cambiaron por la palabra latina ‘’infernum’’ e introdujeron en la cristiandad apostata (catolicismo romano) las doctrinas Babilónicas de ‘’la inmortalidad del alma’’ y ‘’los tormentos eterno del infierno’’. Cabe resaltar que ninguna parte de los originales de las sagradas escrituras se escribió en latín; el antiguo testamento fue escrito en hebreo y arameo, mientras que el nuevo testamento fue escrito en griego, por lo tanto, pregunto: ¿Qué hace la palabra latina “infernum” metida en la biblia?

DIOS ES AMOR, Y NO UN INJUSTO Y SÁDICO VERDUGO DEMENCIAL QUE OTORGARÁ LA INMORTALIDAD A LOS CONDENADOS PARA HACERLOS SUFRIR EN EL FUEGO POR LA ETERNIDAD, ¡eso es una monstruosa doctrina de demonios, totalmente opuesta al Evangelio!

Marcos 9: 48 da un dato interesante sobre la gehenna, dice el pasaje:

“DONDE EL GUSANO DE ELLOS NO MUERE, Y EL FUEGO NO SE APAGA.

Ese gusano es sencillamente el gusano DE LOS CADÁVERES, es decir, el gusano de la putrefacción, indicando así que esa DESTRUCCIÓN O MUERTE será ETERNA, ¡esos muertos nunca más volverán a vivir!. El gusano de los cadáveres no muere, porque la DESTRUCCIÓN es eterna, ¡no porque los muertos sean eternos! En la Gehenna de Jerusalén eran arrojados cadáveres de animales, e incluso de seres humanos, los cuales eran devorados por los gusanos, o quemados por el fuego, ¡nadie vivía en ese lugar! El gusano de ese lugar de destrucción nunca moría, porque siempre había carne podrida, y los gusanos campaban a sus anchas en esa podredumbre, y la carne que no era consumida por el fuego, era devorada por los gusanos (los gusanos desaparecen cuando ya no tienen más carne que consumir). El hecho de que ese fuego de la Gehenna NUNCA SE APAGARA, no significa que ardiera eternamente, por la sencilla razón de que ese fuego se apagó, y ya no existe la Gehenna en Jerusalén. El fuego de la Gehenna nunca se apagaba, porque siempre había combustible en él. Del mismo modo el fuego eterno en el lago de fuego no puede ser apagado, porque es un fuego ENVIADO POR DIOS, y nadie lo puede apagar, sin embargo, ese fuego se apaga por sí solo cuando lo que es consumido queda destruido, y reducido a cenizas. Esto es precisamente lo que Dios hará con todos los malvados y mentirosos, él los quemará en el fuego de su ira, y entonces serán reducidos a cenizas (Malaquías 4:1-3).

Dice las escrituras que Sodoma y Gomorra fueron puestas por ejemplo para los impíos que van a ser destruidos en el lago de fuego; esas ciudades llenas de pervertidos sexuales ‘’SUFRIERON EL CASTIGO DEL FUEGO ETERNO’’ (Judas 7), ¡sin embargo, esas ciudades y esas personas no siguen ardiendo, sino que fueron DESTRUIDAS y dejaron de existir!. Por lo tanto, el castigo será eterno, porque la DESTRUCCIÓN será ETERNA. El hecho de que a los gusanos se les represente alimentándose es prueba de que a sus víctimas se les había dado muerte, y que ser devorado totalmente es un fin cierto; y que el hecho de que el fuego no se apaga es prueba, no que sus víctimas serán preservadas vivas, sino que serán devoradas: aniquiladas. El símbolo del gehenna es la muerte segunda en el lago de fuego: la destrucción final de todos los hombres malvados, del diablo y sus ángeles, ya que, según se lee en Mateo 25 verso 41 Jesús dice que ese lago de fuego ha sido preparado para el diablo y sus ángeles, ya que satanás y sus ángeles también será destruidos en ese lago de fuego, según apocalipsis 20: 9-10, vamos a leerlo desde la versión “Dios habla hoy”:

“Y subieron por lo ancho de la tierra, y rodearon el campamento del pueblo santo, y la ciudad que él ama. Pero cayó fuego del cielo y los quemó por completo. Y el diablo, que los había engañado, fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde también habían sido arrojados el monstruo y el falso profeta.”

Les recuerdo nuevamente las palabras del señor Jesucristo:


»No se asombren de esto, porque viene la hora en que todos los que están en los sepulcros oirán su voz, y saldrán de allí. Los que han hecho el bien resucitarán para tener vida, pero los que han practicado el mal resucitarán para ser condenados’’ (Juan 5: 28-29).

Noten que todas las palabras están en tiempo futuro: ‘’oirán’’, “saldrán” ‘’resucitaran’’: ¿por qué?; simple: porque los muertos no están vivos en ninguna parte en estos momentos: todos están en sus sepulcros hasta el día de la resurrección. Fíjense bien en el pasaje, en esa parte que dice: “todos los que ESTÁN en los sepulcros”, la única palabra que está en tiempo presente es la palabra “ESTÁN”, claramente está diciendo el pasaje que todos los muertos están literalmente en las sepulturas, y no en otro lugar. Esa doctrina falsa de la inmortalidad del alma (la que asegura que los que mueren siguen vivos en forma de ‘’alma inmortal’’) es la primera mentira que Satanás le propuso a la raza humana a través de Eva en el jardín de Edén: la mentira del ‘’no moriréis’’ (génesis 3). Esa doctrina es una de las bases fundamentales de la cristiandad apostata unida a la gran ramera católica romana. Ellos aseguran que cuando una persona muere, si se ha portado bien, va ‘’inmediatamente en forma de alma inmortal al cielo o paraíso’’; caso contrario: si se ha portado mal: va ‘’directamente a los tormentos eternos del infierno de fuego ardiente donde son torturados noche y día por siempre’’. Todo eso es una burda mentira de demonios: ya que la biblia demuestra con suma claridad que los muertos están inconscientes en el sueño de la muerte; Leámos varios pasajes que lo certifican:

1: Perecen sus pensamientos: “Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra; en ese mismo día perecen sus pensamientos”. Salmos 146:4.

2: La muerte no hace diferencia entre sabios y necios, Buenos y malos: “Pues nadie se acuerda jamás del sabio ni del necio; con el paso del tiempo todo cae en el olvido, y lo mismo mueren los sabios que los necios’’. Eclesiastés 2:16.

3: Es por esto que Dios tiene misericordia; porque Él sabe que somos polvo: “Tan compasivo es el SEÑOR con los que le temen como lo es un padre con sus hijos.  Él conoce nuestra condición; sabe que somos polvo”. Salmos 103:13-14.

4: Los muertos duermen, y solo Dios por medio de la resurrección los puede despertar: “Mas el hombre morirá… ¿y dónde estará él? … hasta que no haya cielo, no despertarán, ni se levantarán de su sueño”. Job 14:10-12.

Por lo tanto: toda perspectiva de vida futura para las personas que han muerto depende únicamente de la doctrina bíblica de la resurrección: Los muertos volverán a vivir (resucitarán) porque ahora no están vivos en ningún ‘’más allá’’. Jesús dijo bien claro que los muertos vivirán, ¡en tiempo futuro!: “Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí, aunque esté muerto, VIVIRÁ” (Juan 11:25). Por lo tanto, después de la resurrección, los muertos van a recibir la recompensa: vida eterna para los que se encuentren en el libro de la vida; y destrucción eterna para los malvados: los cuales van a ser arrojados al lago de fuego donde van a recibir ‘’la muerte segunda’’; es decir: la aniquilación total: el Cristo dijo que Dios DESTRUIRÁ (aniquilará) el cuerpo y el alma (la vida) de los condenados en el fuego.

Bien, ya teniendo claro toda esta información sobre el verdadero estado de los muertos y lo que sucederá con los justos e injusto que resuciten en la segunda resurrección, regresemos ahora a la información de aquellos que resucitan en la primera resurrección.

Vemos que los redimidos que entren al milenio serán “REYES Y SACERDOTES”, y estarán reinando o ministrando junto al señor Jesucristo, vamos a leerlo:

Apocalipsis 1:6: “e hizo de nosotros un reino y sacerdotes para su Dios y Padre, a Él sea la gloria y el dominio por los siglos de los siglos.”

Apocalipsis 5:10: “Y los has hecho un reino y sacerdotes para nuestro Dios; y reinarán sobre la tierra.”

Apocalipsis 20:6: “Bienaventurado y santo es el que tiene parte en la primera resurrección; la muerte segunda no tiene poder sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con El por mil años.”

También los santos del antiguo testamento tenían esta misma promesa, vamos a leerlo:

Daniel 7:27: ``Y la soberanía, el dominio y la grandeza de todos los reinos debajo de todo el cielo serán entregados al pueblo de los santos del Altísimo. Su reino será un reino eterno, y todos los dominios le servirán y le obedecerán.

La pregunta que debemos responder es la siguiente:

¿SOBRE QUIENES JESUCRISTO Y LOS REDIMIDOS VAN A REINAR EN ESTA TIERRA EN EL MILENIO? ¿QUIENES SERÁN LOS SÚBDITOS DE ESE REINO DE MIL AÑOS Y QUE LEYES SE IMPLEMENTARÁN EN ESE REINADO DE JESUCRISTO?

Las respuestas a estas interesantes preguntas las responderemos en el siguiente subtema.

(aquí les dejo un enlace que los reedicionará a un excelente estudio por escrito, donde se explica de forma exhaustiva todo lo referente al “GEHENNA” y “EL ESTADO DE LOS MUERTOS Y LA RESURRECCIÓN”:
http://manualbiblicodoctrinaldealexandergell.blogspot.com/2016/04/gehenna-lugar-de-destruccion-por-fuego.html


 Si desea pasar al próximo capitulo pinchar en el siguiente link.

https://manualbiblicodoctrinaldealexandergell.blogspot.com/2022/02/parte-30-capitulo-20-jesucristo-reina.html

 

Les damos permiso de compartir y distribuir todos nuestros estudios gratuitamente, siempre y cuando no le quieten ni le añadan a la información.

 

AMÉN.

 

Agradecimiento a los colaboradores de este estudio: los administradores del:

GRUPO DE ESTUDIOS Y DEBATES BÍBLICOS EN TELEGRAM.

Los hermanos:

José Yúnior, Jhon Wilian, José Javier, Rodolfo Bianchi, Luzma Suarez, Dayana Suarez, Elena Villamizar, Antonio-Antonio, Juan Gabriel Londoño, Betsy Civil, Daniel F.C, Gonzalez Carlos, Junior De León

También muy especialmente al hermano Rolando Cáceres, en Formosa Argentina, director de la estación de radio CBI (congregación bíblica internacional).

Y saludos afectuosos a todos los hermanos en cristo que se congregan vía Telegram en el GRUPO DE ESTUDIOS Y DEBATES BÍBLICOS.

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ALEXANDER GELL