(Este es el capítulo
número 6 del libro titulado: “EL PADRE CELESTIAL; EL DIOS SUPREMO: EL ÚNICO
DIOS VERDADERO”; pinchando en el siguiente enlace pueden leer o descargar
el libro completo: https://manualbiblicodoctrinaldealexandergell.blogspot.com/p/noticias.html)
“¿Quién será aquel que diga que sucedió algo que el Señor no mandó ?, ¿ Acaso de la boca de Altísimo no sale lo malo y lo bueno ?”.
esto es reafirmado en el libro de Eclesiastés, donde dice;
“En el día del bien goza del bien; y en el día de la adversidad considera. Dios hizo tanto lo uno como lo otro, a fin de que el hombre nada halle después de él”. ECLESIASTÉS 7:14.
Dios es el dueño de la creación, por lo tanto; puede hacer en ella lo que le plazca, leámoslo;
“Nuestro Dios está en los cielos; todo lo que quiso ha hecho”. Salmo 115:3.
Admirado por esta soberanía de nuestro padre celestial, el rey Nabucodonosor reconoce lo siguiente:
“Sea bendito el nombre de Dios de siglos en siglos, porque suyos son el poder y la sabiduría. El afirma los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos. El revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y con él mora la luz”. Daniel 2:20-22.
Dios es el creador de la luz y de las tinieblas, del bien y del mal, vamos a leerlo;
‘’Que formo la luz, y creo las tinieblas; que hago la paz y que creo el mal. Yo soy Yahveh, que hago todo esto”. (ISAÍAS 45:7).
Esto Dios lo ha hecho para poder demostrar su amor y su misericordia hacia sus escogidos, tanto entre los ángeles como entre los humanos. La única forma de apreciar la luz es si tenemos conocimiento de que existen las tinieblas; del mismo modo, la única forma de reconocer el bien es si existe el conocimiento del mal. Para Dios poder mostrarnos su misericordia tiene que haber una adversidad, de otra forma sería imposible que nosotros pudiéramos reconocer la bondad de Dios. Es por eso que las sagradas escrituras afirman que incluso Dios ha creado al malo para su propio fin, Leámoslo;
‘’Todas las cosas hechas por el SEÑOR tienen su propio fin, aun el impío, para el día del mal”. (proverbios 16: 4).
Esto deja más que claro que satanás, el diablo, no puede actuar sin permiso, sino que debe de esperar las órdenes del padre celestial. El diablo no puede atacar a ningún creyente, ni a ningún ser humano, sin antes recibir el consentimiento del Dios supremo, como sucedió en el caso de Job, lo pueden leer en Job capítulos 1 y 2.
Es por eso que Nabucodonosor le dice al profeta Daniel lo siguiente:
“Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y Dios hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?”. Daniel 4:35.
¨Los ojos de Yahveh están en todo lugar, mirando a los malos y a los buenos”. Proverbios 15:3
Dios ha creado el concepto del bien y del mal, pero, evidentemente; todas las perversiones las hacen las criaturas, leámoslo;
''He aquí, solamente esto he hallado; que Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones”. Eclesiastés 7:29.
Como ya dije, el concepto del bien y del mal fue creado por Dios, no así la maldad y las perversiones de las criaturas, ya que, evidentemente; el robo, las mentiras, las violaciones y los abusos no los comete Dios, todo lo contrario; Dios aborrece a todos aquellos que cometen tales actos pecaminosos, leámoslo:
“Seis cosas aborrece Yahveh, y aun siete abomina su alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos derramadoras de sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies presurosos para correr al mal, el testigo falso que habla mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos”. Proverbios 6:16-19.
Simplemente Dios ha creado el concepto del bien y del mal para ponerlo como elección; aunque algunos dirán; “pero en el principio vió Dios que todo era bueno”, a lo cual respondemos; SI, pero eso no impide que Dios haya creado el concepto del bien y el mal para cumplir sus propósitos, los cuales, al final, siempre son buenos; es por eso que Dios mismo fue quien puso en el huerto de Edén el árbol del conocimiento del bien y del mal. Observen como Dios puso ante los israelitas dos caminos; el camino del bien y la vida, y el camino del mal y la muerte, ya que es el señor Yahveh quien gobierna esos dos caminos, pero el mismo señor aconseja a los humanos a que elijan bien el camino, ya que la elección esta frente a nosotros, vamos a leerlo:
Deuteronomio 30:19: “Al cielo y a la tierra pongo hoy como testigos contra vosotros de que he puesto ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tu descendencia.”
Algunos, sean ateos o incrédulos, nos acusan de que nosotros tenemos a un Dios caprichoso, que hace lo que quiere; precisamente nosotros, los que decimos ser cristianos, debemos estar bien claros que la realidad bíblica demuestra que nuestro padre celestial si hace lo que quiere y, al final, se va a cumplir su entera voluntad. Es por eso que Dios mismo habla de la siguiente manera:
“Aun antes que hubiera día, yo era; y no hay quien de mi mano libre. Lo que hago yo, ¿quién lo estorbará?”. (Isaías 43: 13).
“Todo lo que Yahveh quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos”. Salmo 135: 6.
Y, algo muy importante, es conocer que en esta creación NADIE VIVE Y NADIE MUERE SIN EL PERMISO DEL DIOS SUPREMO, vamos a leerlo:
Samuel 2;6: “Yahveh mata, y él da vida; El hace descender al Seol, y hace subir. Yahveh empobrece, y él enriquece; abate, y enaltece.”
Deuteronomio 32:39: “Ved ahora que yo, yo soy Yahoveh, y fuera de mí no hay dios. Yo hago morir y hago vivir. Yo hiero y yo sano, y no hay quien pueda librar de mi mano”.
Conociendo que Dios padre tiene el absoluto control de la vida y la muerte debemos de aprender a no tener temor ni incertidumbre cuando venga la aflicción, ya sea por enfermedad o por persecución por causa de la fe, ya que los verdaderos cristianos nada ni nadie los puede separar del amor y el cuidado de Dios, vamos a leerlo:
Romanos 8:28-39: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Por lo tanto, repito; el verdadero cristiano debe aprender a vivir sin miedo al porvenir, ya que nada escapa al poder y dominio del altísimo. De lo único que debe siempre preocuparse el cristiano es en vivir una vida santificada, que agrade al señor, desarrollando de continuo los buenos frutos del espíritu. Pero del futuro no debemos sentir miedo, ni tampoco debemos sentir miedo cuando somos perseguidos, o por enfermedad o escases, ya que, tal y como dice ese pasaje de Romanos 8: Dios tiene el absoluto control de todo en la vida de sus hijos.
El verdadero cristiano ha sido predestinado, elegido por Dios mismo de antemano, y su voluntad es que sus escogidos logren la salvación, y sin duda alguna, la voluntad del padre celestial se ha de cumplir al pie de la letra, teniendo el verdadero creyente su salvación asegurada en las manos del Dios eterno. vamos a leerlo:
Efesios 1:11: “también hemos obtenido herencia, habiendo sido predestinados según el propósito de aquel que obra todas las cosas conforme al consejo de su voluntad.”
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Su amigo y hermano:
Agradecimiento a los colaboradores de este estudio: los administradores del:
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Los hermanos:
José Yúnior, Jhon Wilian, José Javier, Rodolfo Bianchi, Luzma Suarez, Dayana Suarez, Elena Villamizar, Antonio-Antonio, Harrison García, Juan Gabriel Londoño.
También muy especialmente al hermano Rolando Cáceres, en Formosa Argentina, director de la estación de radio CBI (congregación bíblica internacional).
Y saludos afectuosos a todos los hermanos en cristo que se congregan vía Telegram en el GRUPO DE ESTUDIOS Y DEBATES BÍBLICOS.
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