(Para retroceder al capitulo anterior pinchar en el siguiente link: EL ALMA NO ES INMORTAL, ya que: EL HOMBRE MISMO ES UN ALMA)
(Para descagar el libro completo en su computador, solo tienen que pinchar en el siguiente link: TODA LA VERDAD SOBRE EL ESTADO DE LOS MUERTOS Y LA RESURRECCION)
Dios le
dijo a Adán que el día que desobedeciera, comiendo del árbol de la ciencia del
bien y el mal, ciertamente iba a morir. Pero hubo otra opinión que fue
susurrada a los oídos de Eva, compañera de Adán: "No
moriréis" , le dijo aquella voz (Génesis 3:4), en
contraposición al claro y preciso mandato de Dios. Y a pesar de que la tierra
esta llena de cementerios y tumbas que prueban la afirmación divina, existe aún
en el hombre la idea de una inmortalidad a pesar de todo; bajo los mismos
términos que le fueron susurrados a Eva: "No morirás",
pese a todo lo que hagas en tu vida. Esa opinión fue derivando en muchos
conceptos y doctrinas con los cuales se ha bombardeado la sensibilidad de las
personas doloridas por la pérdida de algún ser querido. Se divulgan por medio
de películas, folletos, sectas y credos que defienden las teorías de la
reencarnación, los tormentos del infierno, el purgatorio, el contacto con los
muertos y el culto a los espíritus. Todas estas tienen una raíz común: la
creencia de la inmortalidad del alma que es lo mismo que espiritismo; todo esto
esta fundamentado en las palabras de aquel que le habló a Eva diciéndole: ‘’no
moriréis’’.
¿Quién
le dijo a Eva que nunca morirían aunque desobedecieran a Dios?. El apóstol
pablo da la siguiente respuesta:
‘’pero
temo, que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros
sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo. ’’
2corintios 11: 3.
Notamos
que quien le dijo a Eva que nunca morirían (doctrina de la inmortalidad del
alma y el fundamento del espiritismo), según el apóstol pablo, fué la
serpiente. Pero debemos preguntarnos: ¿Quién es esta serpiente?. En el libro de
apocalipsis 12:9 se habla sobre la identidad de ese ser que habló con Eva en el
huerto de Edén; dice:
‘’y fue
lanzado el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo
y Satanás, el cual engaña al mundo entero’’.
Vemos
como la misma biblia identifica a esta serpiente con el dragón llamado diablo y
Satanás. El trabajo de este ser es engañar al mundo entero.
Mientras
que Dios le dice al ser humano en su principio ‘’el día que comas de ese árbol ciertamente
morirás,’’ luego aparece el diablo
diciendo totalmente lo contrario; es decir: no moriréis.
Para
nosotros poder llegar al fundamento de la verdad debemos analizar que sucedió
con Adán y Eva después que desobedecieron a Dios: ¿murieron o no murieron?
¿Quién tenía la razón: Dios o el diablo?.
Después que Adán y Eva obviaron el mandato de Dios y
comieron del fruto prohibido, Dios viene a hablar con ellos y a emitir el
juicio (el castigo) por la transgresión. Lo primero es que Dios castiga a la
serpiente y la condena a vivir siempre arrastrándose y a comer polvo hasta el
día de su destrucción. Dice la biblia que el hombre es polvo y al polvo va a
regresar por tanto la serpiente (Satanás) devora seres humanos de forma
espiritual, engañándolos y llevándolos a la destrucción a través del pecado. Es
por esto que la palabra de Dios dice que el diablo anda como león rugiente
buscando a quien devorar, tal y como se lee en 1 Pedro 5: 8-9. Luego Dios emite
juicio en contra de la mujer condenándola a parir con grandes dolores y a vivir
queriéndose imponer sobre el hombre, pero este la dominará. Por último Dios
emite juicio sobre Adán condenándolo a mantenerse del sudor de su frente en un
mundo maldito que va a producir cardos y espinos (leer génesis 3: 8-18).
Si
nosotros aplicáramos la idea de la cristiandad católica y protestante a la
desobediencia de Adán podemos decir que este, después de muerto, se encuentra
vivo en forma de alma inmortal sufriendo el castigo de los sufrimientos eterno
del infierno donde, supuestamente, van a parar todos aquellos que mueren en
desobediencia y sin el perdón de Dios. Pero ¿le sucedió esto a Adán? Vean la
condena de Adán dictada por la misma boca de Dios:
‘’con
el sudor de tu rostro comerás el pan hasta
que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres y al polvo volverás’’.
Génesis 3: 19.
Como
podemos ver; Dios no condenó a Adán a quemarse sin poder morir en el fuego del infierno por desobediente.
Tampoco lo introdujo, después de muerto, en el purgatorio para purificarlo y
luego llevarlo al paraíso como creen los católicos; pero tampoco lo perdonó y
se lo llevó al cielo después de muerto. La condena que Dios le impuso a Adán no
tiene absolutamente nada que ver con ninguna vida inmediata después de la muerte. Antes de Adán recibir el aliento
de vida él era simplemente polvo; por consiguiente la condena de Adán consiste
en regresar al estado de inexistencia de donde Dios lo había una vez sacado.
Esas son las palabras que Dios le pronunció: ‘’polvo eres y al polvo vas a volver’’. Por tanto, desde el
día que pecaron, Adán y Eva comenzaron el proceso de degeneración
(envejecimiento) que al final les llevó a la muerte.
‘’Debemos entender que Dios no creó a Adán y Eva inmortales, ni
tampoco mortales, sino que los creó en un estado NEUTRO, y luego la mortalidad
vino sobre ellos cuando pecaron... esto lo ha estado ignorando totalmente la
cristiandad durante siglos, pero ahora
la verdad está siendo dada a conocer de forma clara y sencilla. Lo que hizo
Dios es prohibirles el acceso al árbol de la vida, para que no comieran de ese
árbol y vivieran para siempre; pues si hubieran comido del árbol de la vida,
después de pecar, entonces Adán y Eva
hubieran vivido para siempre y con ellos también el pecado hubiese sido eterno.
La serpiente astutamente se adelantó, porque esa serpiente sabía bien claro que
si tomaban y comían primero del fruto del árbol de la vida no tendrían la necesidad
de comer del árbol del bien y del mal, ya que iban a tener la vida
eterna. Es por esto que Dios los expulsó del huerto de Edén y protegió la
entrada con un Querubín y una espada de fuego para que ningún mortal pudiera
llegar al árbol de la vida.’ (Foro Gabito grupos).
Leemos
en Génesis 3: 22 : ‘’ Y dijo Dios:
He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora,
pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y
viva para siempre. ’’
Como se
puede ver, Adán y Eva nunca llegaron a tomar del árbol de la vida, por lo tanto
ellos jamás fueron inmortales.
Noten
en este versículo que Dios ve al hombre como los dioses (Elohim) porque podían
conocer entre el bien y el mal; no porque fueran inmortales como los dioses.
Por eso vemos que al final del versículo Dios evita que coman del árbol de la
vida para que no puedan vivir para siempre. Por lo tanto;
si el mismo Dios ha evitado que vivan para siempre por haber pecado ¿Cómo vamos
a creer y tolerar esa falsa doctrina de la inmortalidad del alma?. Si el
mismo Dios condenó a Adán a la muerte ¿Cómo vamos a creer, igual que Eva, a la
voz mentirosa de la serpiente la cual dijo lo contrario a lo que el Señor
dijo?.
Algunos
supuestos ‘’teólogos’’ dicen que la
mentira de la serpiente consistió en decir que serían como Dios (dioses), eso
que dicen es otra burda mentira, y lo demostraré de la forma más sencilla.
Veamos lo que dijo Dios:
Génesis
3:22: ‘’Y dijo Dios: He aquí el
hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues,
que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva
para siempre.’’
Como se
puede ver es el propio Dios quien dijo que el hombre llegó a ser como los
dioses, es decir, como Elohim, en el sentido de conocer el bien y el mal, ¡exactamente lo mismo que
dijo el diablo!, Aquí lo tienen:
‘’
Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el
día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Génesis 3:4-5.
Lo que hizo el diablo es mezclar la mentira
con la verdad. La mentira consistió en enseñar que el alma es inmortal, es
decir: que ellos seguirían viviendo aunque pecaran (no moriréis), y la verdad
consistió en decir que si pecaban serían como Dios, en el sentido de conocer y
poder decidir entre el bien el mal.
Por
otra parte; el diablo llamó mentiroso a Dios, diciendo que serían inmortales
aunque pecaran, ¡he ahí el inicio de la doctrina de la inmortalidad del alma!,
Una mentira satánica que se extendió por toda la tierra y que es predicada por
todas las religiones falsas del mundo. Esta es la práctica satánica que durante
miles de años el diablo ha estado utilizando para engañar al mundo, y
especialmente la utiliza actualmente en el S.I.A. (sistema iglesiero apóstata)
para engañar a los cristianos ingenuos que se inclinan por las supersticiones y
el espiritismo. El propio Dios dice bien claro que somos como dioses en el
sentido de conocer y poder decidir entre el bien y el mal, no en el sentido
de la inmortalidad, sinó en el sentido
de conocer el bien el mal. Por tanto la gran mentira de todos los siglos
consiste en el ‘’no moriréis’’ que
pronunció Satanás cuando en realidad el mismo Dios había dicho que ‘’ciertamente morirían’’. ¿Cuál de los
dos tuvo la razón?. Dios le dijo lo siguiente a Adán:
"el día que de él comieres,
ciertamente morirás", el texto lo que dice simplemente es que el día que Adán tomara del
fruto de ese árbol prohibido "MORIRÁS",
observen que LA PALABRA
"MORIRÁS" ESTÁ EN TIEMPO FUTURO, es decir, Adán desobedeció a
Dios, pero él MORIRÍA EN EL FUTURO.
Ahora bien, resulta que en Génesis 2:7 se dice bien claro que Adán era UN
ALMA VIVIENTE, y esa alma MURIÓ a la edad de 930 años, por tanto lo que
Dios dijo se cumplió al pie de la letra quedando de este modo Satanás como el
vil mentiroso que es. Adán no se fue ni al cielo ni al infierno; tampoco
reencarnó en otra persona; mucho menos fue al purgatorio: simplemente regresó
al polvo de donde había sido sacado y el aliento de vida que lo mantenía vivo
se fundió en el poder de Dios; desde ese día permanece en la inexistencia. Esto
es lo que afirma las sagradas escrituras cuando el hombre muere:
“Sale su aliento, él vuelve a su suelo; en
ese día de veras perecen sus pensamientos.” Salmos 146:4.
Esta
condena de Adán fue traspasada a toda su descendencia, por tanto todos los
seres humanos mueren de la misma forma que Adán, eso es exactamente lo que
afirma las escrituras griegas cristianas; Leámoslo:
‘’ Por medio de un sólo hombre el pecado
entró en el mundo, y por medio del pecado entró la muerte; fue así como la
muerte pasó a toda la humanidad, porque todos pecaron.’’ Romanos 5: 12.
La
serpiente invitaba a una aparente inmortalidad más completa, "con conocimiento del bien y del
mal", Pero nunca dijo nada de
sus nefastas consecuencias para el hombre, ni del poder que ejercería lo
malo en él, ni cuánto lo corrompería, pues el ser que la propuso, (Satanás),
era un ser corrompido desde su mismo principio de creación.
Como
hijos de Adán, en nuestro código genético tenemos escrita la muerte lenta de
nuestro cuerpo, como resultado de llevar también encima los efectos del mal y
del pecado (Pecado, es decir: no imitar a la perfección las cualidades
divinas, un estado incompleto; errado o inacabado en cuanto a la finalidad para
la que fuimos creados; incumplimiento o desacato a las normas divinas
entre el Bien y el Mal).
"por cuanto todos pecaron y no alcanzan
la gloria de Dios." (Romanos 3:23).
"Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro." (Romanos 6:23).
"Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro." (Romanos 6:23).
Note
que la vida eterna solamente la han de recibir aquellos que están en Cristo nuestro señor; el día de la
resurrección: por el contrario: los malvados solo van a recibir la destrucción
eterna, es decir: para siempre dejaran de existir, Leámoslo:
‘’Porque
los malignos serán destruidos, Pero los que esperan en el Señor, ellos
heredarán la tierra. Pues
de aquí a poco no existirá el malo; Observarás su lugar, y no estará allí. Pero los mansos heredarán
la tierra, Y se recrearán con abundancia de paz’’. Salmos 37:9-11.
‘’ Porque los rectos habitarán la tierra, Y los perfectos permanecerán en ella, Mas los impíos serán cortados de la tierra, Y los prevaricadores serán de ella desarraigados.’’ Proverbios
2:21-22.
Luego
que Adán y Eva fueron expulsados del jardín de Edén ellos comenzaron a
multiplicarse y le nacieron hijos e hijas. La biblia muestra que aunque las
personas de ese tiempo Vivian varios cientos de años al final todos morían;
solo basta leer todo el capítulo 5 de génesis para darnos cuenta de esa
realidad. Veámos solo tres ejemplos de esos pasajes:
‘’Cuando Adán
llegó a la edad de ciento treinta años, tuvo un hijo a su imagen y semejanza, y
lo llamó Set. Después del nacimiento de Set, Adán vivió ochocientos años más, y
tuvo otros hijos y otras hijas. De modo que
Adán murió a los novecientos treinta años de edad. Set tenía
ciento cinco años cuando fue padre de Enós. Después del
nacimiento de Enós, Set vivió ochocientos siete años más, y tuvo otros hijos y
otras hijas. De modo que Set murió a los novecientos doce años de edad.’’ Génesis 5: 3-8.
‘’ Matusalén tenía ciento ochenta y siete años
cuando fue padre de Lamec. Después del nacimiento de Lamec, Matusalén vivió
setecientos ochenta y dos años más, y tuvo otros hijos y otras hijas. De modo que Matusalén murió a los novecientos
sesenta y nueve años de edad.’’ Génesis 5: 25-27.
Como podemos ver ninguno de los descendiente de Adán a podido sobrevivir
a la muerte; y eso nos incluye a nosotros, ya que ninguno de ellos pudieron
comer del árbol de la vida y de este modo vivir para siempre.
Ahora vamos a conocer como las doctrinas satánicas
de la inmortalidad del alma y los sufrimientos
eternos del infierno transcendieron las edades.
BABEL: CUNA DEL ESPIRITISMO.
Vamos a hacer un breve recuento de como las doctrinas satánicas de la
inmortalidad del alma y los sufrimientos eternos del infierno se esparcieron
sobre toda la tierra, infiltrándose en casi todas las religiones del mundo,
comenzando en el huerto de Edén, que es donde Satanás hace la primera mentira
del ¨NO MORIREIS¨, y luego desde babel es de donde esas doctrinas de demonios
toman fuerza y aceptación, y luego de allí entra en casi todas las creencias en
todo el mundo.
Después del engaño que Satanás le introdujo a la humanidad a través de
Eva, es decir; la mentira del no
moriréis: la humanidad se corrompió, al punto que la maldad había
llenado la tierra. En génesis 6 leemos que ciertos seres llamados hijos de
dios, o dioses (Elohim según el texto hebreo original), vinieron a la tierra a
tener relaciones con las hijas de los
hombres en un acto de fornicación sobrenatural; una abominación. De la
unión antinatural de esos dioses que vinieron de las regiones celestes con las
mujeres humanas sus hijos nacieron gigantes: unos hombres enormes llenos de
maldad.
Leamos lo que dice génesis 6: 4:
‘’ Al unirse los hijos de Dios con las hijas de los seres humanos y tener
hijos con ellas, nacieron gigantes, que fueron los famosos héroes de antaño. A
partir de entonces hubo gigantes en la tierra.’’
Estos gigantes
provocaron tanta maldad que el mismo Dios decidió el exterminio de todo lo que
existía sobre la tierra, con excepción de Noé y su familia; Leámoslo:
‘’Al ver el Señor que la maldad del ser humano en la tierra era muy grande, y que todos
sus pensamientos tendían siempre hacia el mal, se arrepintió de haber hecho al ser humano en la tierra, y le dolió en
el corazón. Entonces dijo: «Voy a borrar de la tierra al ser humano que he creado. Y
haré lo mismo con los animales, los reptiles y las aves del cielo. ¡Me
arrepiento de haberlos creado!» Pero Noé contaba con el favor del Señor.’’ Génesis 6: 5-8.
Como podemos ver; la decisión de Dios es destruir a todo el género humano
de ese entonces junto con todos los animales. Note que Dios no hace diferencia
entre los animales y los humanos cuando envió el diluvio para destruirlos;
Leámoslo:
‘’Así murió todo ser viviente que se movía sobre la tierra: las aves, los
animales salvajes y domésticos, todo tipo de animal que se arrastraba por el
suelo, y todo ser humano. Pereció todo ser que habitaba la tierra firme y
tenía aliento de vida. Dios borró de la faz de la tierra a todo ser viviente, desde los seres
humanos hasta los ganados, los reptiles y las aves del cielo. Todos fueron
borrados de la faz de la tierra. Sólo quedaron Noé y los que estaban con él en
el arca. Y la tierra quedó inundados ciento cincuenta días. Génesis 7: 21-24.
Como podemos ver todos fueron destruidos, borrados de la faz de la
tierra; tanto los humanos como los animales tuvieron un mismo final. Es por
esto que las sagradas escrituras aseguran que no existe diferencia entre la
muerte de un animal y un ser humano: Leámoslo:
‘’Pensé también con respecto a los hombres:
«Dios los está poniendo a prueba, para que ellos mismos se den cuenta de que
son como los animales. Los hombres terminan igual que los animales; el destino
de ambos es el mismo, pues unos y otros mueren por igual, y el aliento de vida
es el mismo para todos, así que el hombre no es superior a los animales.
Realmente, todo es absurdo, y todo va
hacia el mismo lugar. »Todo surgió del polvo, y al polvo todo volverá.’’
Eclesiastés 3: 18-20. (Si postulamos que todos los
humanos que Dios destruyó en el diluvio siguen vivos en forma de
espíritus inmortales sufriendo el supuesto castigo de los tormentos del
infierno; tenemos que decir también que todos los animales que murieron en el
diluvio también se encuentran en ese lugar: lo cual es totalmente ridículo).
Sin
embargo, esos dioses o elohim que descendieron para ligarse con las hijas de
los hombres en actos sexuales contra naturaleza y de extrema fornicación no
corrieron la misma suerte que los seres humanos, es decir: no fueron destruidos
en las aguas del diluvio. Ellos fueron encarcelados por orden de Dios en un
lugar llamado abismo o tártaros
hasta el día del juicio. Eso es lo que afirma las escrituras en el libro de
judas; Leámoslo:
‘’ Y a los ángeles que no mantuvieron su posición de
autoridad, sino que abandonaron su propia morada, los tiene perpetuamente
encarcelados en oscuridad para el juicio del gran Día. Así también Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas son puestas como
escarmiento, al sufrir el castigo de un fuego eterno, por haber practicado,
como aquéllos, inmoralidad sexual y vicios contra la naturaleza. Judas 6-7.
Como podemos ver; el pecado de esos ángeles fue parecido a los actos
sexuales antinaturales que cometieron los pervertidos que vivieron en Sodoma y
Gomorra. Estas palabras son confirmadas por el apóstol Pedro cuando dijo lo
siguiente:
"Porque
si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al Tártaro
los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio, Tampoco perdonó al mundo antiguo, sino que guardó
a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, y trajo el diluvio
sobre el mundo de los impíos. También condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra,
reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir
impíamente. ’’ (2Pedro 2:4-6).
Satanás no esta encerrado en el abismo todavía, ya que en tiempos
posteriores al diluvio la biblia certifica que Satanás aun andaba por la tierra
(Job 1: 7); y tiene su cuartel generar en cierta regiones celestes del segundo
cielo (efesios 6: 12). Pero, según el libro de apocalipsis, cuando
Cristo venga por segunda vez a destruir el gobierno mundial de la bestia
y a rescatar a su pueblo; entonces Satanás va a ser atado por mil años en esa
prisión llamada el abismo, según se lee en apocalipsis 29: 1-3. De lo que si
estamos bíblicamente seguros es que en este preciso momento los que se
encuentran encarcelados en ese lugar llamado el abismo o tártaro son los
ángeles que tuvieron relaciones con las humanas y engendraron gigantes. En ese
lugar no existen ni almas ni espíritus de seres humanos.
La palabra hebrea utilizada para definir esa prisión o abismo es la
palabra: Tejóm y define a un lugar
profundo debajo de la masa de agua del océano. Recordemos que al principio de
la creación las aguas cubrían la faz
del abismo: por tanto esa prisión llamada abismo se encuentra en el
fondo del mar.
Hemos venido narrando toda esta historia para
demostrar como Satanás, el gran engañador, ha tomado el significado de aquel
abismo donde están presos esos ángeles rebeldes y le ha dado otros
significados: uno de ellos es el de un lugar de tormento donde caen las almas
supuestamente inmortales de los seres humanos malvados cuando estos mueren.
Otras falsas doctrinas derivadas de lo mismo son El purgatorio, el limbo, la invocación de
espíritus familiares, la reencarnación, etc. Veamos como se desarrollaron esas
creencias satánicas.
Inmediatamente después del diluvio las personas nuevamente comenzaron a
multiplicarse. Nuevamente el diablo incita a los humanos a revelarse contra
Dios a través de Ninrot, fundador de
babel, es decir: babilonia, según se lee en Génesis 11. La esposa de Ninrot es su propia madre
Semiramis: una sacerdotisa dueña de todos los secretos de la religión mistérica
de babilonia. Esa mujer era considerada una diosa y la llamaban ‘’reina del cielo’’. Tanto
Semiramis como Ninrot eran brujos, sacerdotes y hechiceros al servicio de
Satanás. Ellos aprendieron las artes mágicas y la invocación de los demonios. En
esa cultura rebelde se comienza a dar el culto a los dioses, la astrología o
adoración a los astros, se desarrolla la doctrina de la inmortalidad del alma Y
EL ESPIRITISMO en varias connotaciones. Allí nace la idea de la invocación de
los espíritus de los familiares muertos, enterrar a las personas junto a sus
pertenencias, incluyendo varios esclavos (a los cuales enterraban aun estando
vivos), para que puedan ser usados por ese difunto en el más allá. También se
creía en la reencarnación, es decir; la transmigración de las almas de un
cuerpo a otro una y otra vez cada vez que morían.
Es entonces que muy astutamente Satanás toma la idea del abismo donde están presos los
ángeles rebeldes hasta el día del juicio y le da la connotación de un lugar de
tormento de fuego lleno de demonios donde van a parar las almas de los
perversos pecadores. A ese lugar en la religión sumeria la comenzaron a llamar Abzu. Los sacerdotes babilonios comandado por Semiramis comenzaron a
enseñar a las personas que para librar a sus seres queridos de ese lugar de
tormentos tenían que honrar a los dioses con ofrendas, regalos, cultos y sacrificios humanos: de este modo aquellas
almas eran supuestamente sacadas de aquel lugar de tormentos y eran llevados al
paraíso donde habitaban los dioses. Pero todo era una burda mentira: todas las
riquezas adquiridas eran para el uso de los sacerdotes y de los reyes; los
cuales les infundían al pueblo ideas de superstición, fabulas y mitos y por
esto ellos vivían con gran temor al mundo desconocido del supuesto mas allá.
Cuando Dios castiga a los moradores de babel
confundiéndoles el lenguaje, estos se esparcen por todo el mundo llevando
consigo sus creencias babilónicas, con excepción del pueblo hebreo, conocidos
como semitas, es decir, descendientes de Sem. La idea babilónica de la
inmortalidad del alma, de los tormentos eternos y del espiritismo fue
desarrollándose en todas las culturas de la tierra.
El
infierno mesopotámico:
Unos 2.500 años antes del nacimiento de Jesús;
los sumerios y los babilonios creían en un mundo subterráneo que llamaban el
país sin retorno. Esa creencia antigua se refleja en los poemas sumerios y
acadios conocidos como “La epopeya de Gilgamés” y el “Descenso de Istar al
mundo subterráneo”. Istar es la misma Semiramis que gobernaba en babel: también
era conocida como la diosa Isis entre
los egipcios, Astarté entre los sidonios, Aserá entre los filisteos, Venus
entre los griegos, afrodita entre los romanos y la virgen maría entre los católicos. Los mesopotámicos
describen la morada de los muertos como una casa de oscuridad, “la casa de la cual nadie que ha entrado en
ella puede salir”.
Respecto a las condiciones que imperan allí,
un antiguo texto asirio dice que “el
otro mundo está lleno de terror”. El príncipe asirio a quien supuestamente
se le concedió ver esta morada subterránea de los muertos testificó que le “temblaron las piernas” por lo que vió.
Al describir a Nergal, el rey del mundo subterráneo, el príncipe escribió: “Con un clamor horroroso me gritó
airadamente como una furiosa tormenta”.
Religiones
de Egipto y del Oriente:
Los egipcios de la antigüedad creían en la
inmortalidad del alma y tenían su propio concepto del más allá. The New
Encyclopædia Britannica declara: “Los
textos funerarios de los egipcios describen el camino al otro mundo como
estando lleno de peligros terribles: monstruos espantosos, lagos de fuego,
puertas por donde no se puede pasar a menos que se usen fórmulas mágicas, y un
barquero siniestro cuya intención malvada hay que frustrar por medios mágicos”.
Los sacerdotes egipcios enseñaban al pueblo que si ellos querían sacar a
sus familiares muertos de aquél lugar de tormentos tenían que rendir ofrendas
en los templos de los dioses; de este modo es que muy astutamente esos
sacerdotes se mantenían a costa de la ignorancia y la superstición del pueblo,
algo muy parecido a lo que hacían los papistas católicos en la edad media
cuando vendían indulgencias para que los sacar del purgatorio las supuestas
almas en pena.
Las religiones indoiranias desarrollaron
diversas creencias acerca del castigo después de la muerte. Respecto al
hinduismo, la Encyclopædia Universalis francesa dice: “Hay innumerables
descripciones de los 21 infiernos ideados por los hindúes. Los pecadores son
devorados por bestias salvajes y serpientes, asados laboriosamente, mutilados,
atormentados con sed y hambre, hervidos en aceite, o pulverizados en
recipientes de hierro o piedra”.
El jainismo y el budismo tienen sus propias
interpretaciones del más allá, donde se atormenta a los pecadores impenitentes.
El zoroastrismo, fundado en Irán, o Persia, también tiene un infierno: un lugar
frío y hediondo donde se atormenta a las almas de los pecadores.
Es interesante notar que parece que los
tormentos del infierno no son eternos según las creencias egipcia, hindú, jainí,
budista y zoroástrica. Según estas religiones, después de un período de
sufrimiento, las almas de los pecadores pasan a otro lugar u otra condición,
dependiendo del concepto que tenga la religión en particular sobre el destino
humano. Sus ideas acerca del infierno son similares al concepto católico del
purgatorio ligado con la teoría de la reencarnación.
GRECIA Y ROMA.
Esta
idea de la inmortalidad del alma y los tormentos eternos fue absorbida siglos
después por el filósofo platón y fue
propagada por todo el mundo griego y romano siglos antes de cristo.
Llamaban Hades a la región de los muertos, y creían que la gobernaba un dios
que llevaba ese mismo nombre. Según la mitología a ese dios Le asignaron tres
consejeros de Estado; tres amas de gobierno que llamaron las Furias; tres
Parcas para hilar, devanar y cortar el hilo de la vida del hombre; y como en la
antigüedad cada héroe tenía un perro para que vigilara la puerta de su casa,
concedieron a Hades, también llamado Plutón por los romanos, un perrazo con
tres cabezas, llamado Cancerbero; en ese reino todo se contaba por tres. Los
consejeros de Estado eran Minos, Eaco y Radamanto: uno juzgaba la Grecia, otro
el Asia Menor y el tercero la Europa. En el libro Orpheus—A General History of
Religions, el erudito francés Salomon Reinach escribió lo siguiente acerca de
los griegos: “Una creencia muy popular era que el alma entraba en las regiones
infernales después de haber cruzado el río Estigia en la barca del viejo
barquero Caronte, quien exigía como pasaje un óbolo [moneda], que se colocaba
en la boca del difunto. En las regiones infernales, el alma comparecía ante los
tres jueces de ese lugar; si se le condenaba por sus delitos, tenía que sufrir
en el Tártaro. Los griegos hasta inventaron un limbo, la morada de los niños
que habían muerto durante la infancia, y un purgatorio, donde se purificaban
las almas mediante cierto castigo leve”. Según The World Book Encyclopedia, las
almas que iban a parar al Tártaro “sufrían tormento eterno”.
En Italia los etruscos —cuya civilización
precedió a la de los romanos— también creían en el castigo después de la
muerte. El Dictionnaire des Religions comenta: “Los etruscos cuidaban mucho de sus muertos debido al concepto que
tenían de las regiones infernales. Como los babilonios, ellos creían que eran
lugares de tortura y desesperación para los manes [los espíritus de los
muertos]. El único alivio para ellos venía de las ofrendas propiciatorias que
hacían sus descendientes”. Otra fuente declara: “Las tumbas de los etruscos
muestran escenas de horror que sirvieron de inspiración para las pinturas
cristianas del infierno cuando, siglos después, surgió el catolicismo romano”.
Los romanos adoptaron el infierno etrusco y lo
llamaron Orco o Infierno. También tomaron de los griegos los mitos acerca de
Hades, el rey del mundo subterráneo, y lo llamaron Orco o Plutón.
En roma a aquel lugar de tormento lo llamaban
inframundo o infernus (en latín). Todos esos lugares tenían la misma idea
babilónica de un lugar de fuego habitado por demonios, dioses malignos, titanes
y almas de seres humanos condenados a los tormentos de aquellos seres
superiores.
Los primeros que se burlaron de los infiernos
fueron los poetas. Virgilio unas
veces se ocupa de ellos hablando seriamente en la Eneida, porque el
tono serio era a propósito para su asunto, y otras veces se burlaba de ellos en
las Geórgicas. Lo mismo hizo Lucrecio
y Horacio, Cicerón y Séneca. El
emperador Marco Aurelio raciocina
más filosóficamente que los citados escritores. Dice: «El que teme la muerte, lo que teme es verse privado de sus sentidos o
experimentar otras sensaciones; pero el que pierde los sentidos no sufre
ninguna pena ni miseria alguna, y el que tiene sentidos de otra clase se
convierte en otra criatura.» Nada podía replicar a este argumento la
filosofía profana.
Refiriéndose a un supuesto lugar de tormentos
después de la muerte, Cicerón decía públicamente lo siguiente:
«No hay ninguna vieja que crea esas
tonterías.» Lucrecio confesaba que esas ideas causaban gran impresión en la
imaginación del pueblo, y que él se proponía destruirlas. Lo cierto es que en
las últimas capas sociales, unos se reían del infierno, pero les hacía temblar
a otros; unos conceptuaban fábulas ridículas como el Cancerbero, las Furias y
Plutón, y otros ofrecían continuamente ofrendas a los dioses infernales.
Algunos filósofos que no creían en la fábula del infierno deseaban sin embargo
que esa creencia refrenara al populacho. De esos filósofos fueron TImeo de Locres y el político e
historiador Polibio; que decía: «El infierno es inútil para los sabios,
pero es necesario para la plebe insensata.»
Sucedía entonces lo mismo que sucede ahora.
Tanto los católicos como los modernos protestantes (evangélicos, pentecostales,
etc.) están atados a esa creencia supersticiosa de los tormentos del infierno,
del cual predican desde los pulpitos tratando de infundir terror en las almas
pecadoras para que se arrepientan. Muchos supuestamente vienen a Cristo, no
porque fueron convencidos por el espíritu de Dios, sino por el temor de caer en
aquel lugar de tormento donde un Dios airado pone en suplicio y torturas a los
difuntos pecadores. Por lo tanto, en esas iglesias muchas personas vienen no
porque encontraron el amor de Dios, sino para librarse de la furia de un dios
trino que es capaz de someter a tormentos eternos en el fuego a todos aquellos
que lo desafíen.
Por lo tanto, ha quedado demostrado que la
doctrina de la inmortalidad del alma surge en el huerto de Edén, cuando el
diablo le dijo a Eva ¨NO MORIREIS¨ (Génesis 3), y luego esas doctrinas
perversas hacen su mayor apogeo y crecimiento en Babel (babilonia) en el
reinado de Ninrot y Semiramis, y luego de allí esas doctrinas satánicas se
esparcieron por toda la tierra, multiplicándose en diferentes conceptos a
través de muchas religiones.
LOS ESCRITOS INSPIRADOS DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS NO CREÍAN EN LA INMORTALIDAD DEL ALMA Y EN LOS SUFRIMIENTOS ETERNOS.
Notemos que en la cultura hebrea esta creencia
no existía. Por ejemplo: moisés, escritor de los primeros cinco libros de las
escrituras hebreas nunca escribió sobre un lugar de tormentos donde los muertos
en realidad no estaban muertos, sino que seguían vivos como almas inmortales.
Es el mismo moisés quien escribió la historia de Adán y Eva; por tanto la
creencia de moisés era que el hombre era un alma viviente por la combinación
del cuerpo de barro y el aliento de vida (ruaj en hebreo) dado por Dios; por
tanto moisés estaba seguro que el ser humano al morir regresaba al polvo, la
inexistencia.
Alguien que vivió cerca de la época de moisés
fue Job Este hombre era tenido como un hombre muy sabio. Job creía que cuando
el hombre moría quedaba en la inconsciencia de la muerte, es decir, en la
inexistencia; Leámoslo:
"Mas el hombre morirá... ¿y
dónde estará él? ... hasta que no haya cielo, no despertarán, ni se levantarán
de su sueño". Job 14:10-12.
‘’ ¿Por
qué me sacaste de la matriz? Hubiera yo expirado, y ningún ojo me habría visto.
Fuera como si
nunca hubiera existido, Llevado del vientre a la sepultura’’. Job 10: 18-19.
Pero
también Job creía en la resurrección de los muertos, es decir: que un día
futuro Dios nuevamente iba a darle vida a los muertos
nuevamente; Leámoslo:
‘’Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará
sobre el polvo; Y después de deshecha esta mi piel, En mi carne he de ver a
Dios; Al cual veré por mí mismo, Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi
corazón desfallece dentro de mí’’. Job 19: 25.27.
Es por eso que
Job, en medio de su fuerte aflicción, quería ocultarse en el Seol, es decir: en
el sepulcro. El quería morir para que luego Dios le devolviera la vida:
‘’!!Oh, quién me diera que me escondieses en el
Seol, Que me encubrieses hasta apaciguarse tu ira, Que me pusieses plazo, y de
mí te acordaras!’’. Job 14:
13.
En la
mentalidad de esos hebreos no existía ni rastro de un lugar de tormento en el
Seol. Cristo y sus apóstoles tenían esa misma creencia, es decir: que todos los
muertos estaban en los sepulcros hasta el día de la resurrección. Es por esto
que Cristo dijo:
"Vendrá
hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que
hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida, más los que hicieron lo
malo, a resurrección de condenación" (Juan 5:28-29).
No hay ninguna indicación en las
Escrituras de que se castigue inmediatamente después de la muerte a un alma en
un infierno de fuego supuestamente habitado por el diablo y sus demonios; los
cuales, supuestamente: disfrutan día y noche torturando esas almas pecadoras
por toda la eternidad. Esta doctrina escalofriante provino de las religiones
posdiluvianas de Babel, no de la Biblia. La doctrina de la cristiandad sobre el
castigo en el infierno se originó de los babilonios primitivos. La idea
católica del sufrimiento remediador en el purgatorio se remonta a las
religiones primitivas de Egipto y del Oriente. El limbo se tomó de la mitología
griega. Las oraciones y ofrendas a favor de los muertos eran prácticas de los
etruscos.
Por lo
tanto debemos preguntarnos: ¿Cuándo y Cómo se introdujo en las creencias
cristiana la idea de la inmortalidad del alma y de los tormentos eternos del
infierno?.
Esto lo vamos a conocer en el siguiente capitulo.
Para continuar al capitulo 3, pinchar en el siguiente link:
LA DOCTRINAS FALSAS DE LA INMORTALIDAD DEL ALMA Y LOS TORMENTOS ETERNOS DESDE BABILONIA A ROMA; DE ROMA AL CATOLICISMO Y DE ALLI A TODA LA CRISTIANDAD APOSTATA.
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