jueves, 2 de abril de 2015

PROCEDENCIA Y PROPAGACION DE LAS DOCTRINAS SATANICAS DE LA INMORTALIDAD DEL ALMA Y LOS TORMENTOS ETERNOS. Parte 2.por Alexander Gell


(Para retroceder al capitulo anterior pinchar en el siguiente link: EL ALMA NO ES INMORTAL, ya que: EL HOMBRE MISMO ES UN ALMA)

(Para descagar el libro completo en su computador, solo tienen que pinchar en el siguiente link: TODA LA VERDAD SOBRE EL ESTADO DE LOS MUERTOS Y LA RESURRECCION)




Dios le dijo a Adán que el día que desobedeciera, comiendo del árbol de la ciencia del bien y el mal, ciertamente iba a morir. Pero hubo otra opinión que fue susurrada a los oídos de Eva, compañera de Adán: "No moriréis" , le dijo aquella voz (Génesis 3:4), en contraposición al claro y preciso mandato de Dios. Y a pesar de que la tierra esta llena de cementerios y tumbas que prueban la afirmación divina, existe aún en el hombre la idea de una inmortalidad a pesar de todo; bajo los mismos términos que le fueron susurrados a Eva: "No morirás", pese a todo lo que hagas en tu vida. Esa opinión fue derivando en muchos conceptos y doctrinas con los cuales se ha bombardeado la sensibilidad de las personas doloridas por la pérdida de algún ser querido. Se divulgan por medio de películas, folletos, sectas y credos que defienden las teorías de la reencarnación, los tormentos del infierno, el purgatorio, el contacto con los muertos y el culto a los espíritus. Todas estas tienen una raíz común: la creencia de la inmortalidad del alma que es lo mismo que espiritismo; todo esto esta fundamentado en las palabras de aquel que le habló a Eva diciéndole: ‘’no moriréis’’.

¿Quién le dijo a Eva que nunca morirían aunque desobedecieran a Dios?. El apóstol pablo da la siguiente respuesta:
‘’pero temo, que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo. ’’ 2corintios 11: 3.

Notamos que quien le dijo a Eva que nunca morirían (doctrina de la inmortalidad del alma y el fundamento del espiritismo), según el apóstol pablo, fué la serpiente. Pero debemos preguntarnos:  ¿Quién es esta serpiente?. En el libro de apocalipsis 12:9 se habla sobre la identidad de ese ser que habló con Eva en el huerto de Edén; dice:
‘’y fue lanzado el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero’’.

Vemos como la misma biblia identifica a esta serpiente con el dragón llamado diablo y Satanás. El trabajo de este ser es engañar al mundo entero.

Mientras que Dios le dice al ser humano en su principio ‘’el día que comas de ese árbol ciertamente morirás,’’  luego aparece el diablo diciendo totalmente lo contrario; es decir: no moriréis.
Para nosotros poder llegar al fundamento de la verdad debemos analizar que sucedió con Adán y Eva después que desobedecieron a Dios: ¿murieron o no murieron? ¿Quién tenía la razón: Dios o el diablo?.

Después  que Adán y Eva obviaron el mandato de Dios y comieron del fruto prohibido, Dios viene a hablar con ellos y a emitir el juicio (el castigo) por la transgresión. Lo primero es que Dios castiga a la serpiente y la condena a vivir siempre arrastrándose y a comer polvo hasta el día de su destrucción. Dice la biblia que el hombre es polvo y al polvo va a regresar por tanto la serpiente (Satanás) devora seres humanos de forma espiritual, engañándolos y llevándolos a la destrucción a través del pecado. Es por esto que la palabra de Dios dice que el diablo anda como león rugiente buscando a quien devorar, tal y como se lee en 1 Pedro 5: 8-9. Luego Dios emite juicio en contra de la mujer condenándola a parir con grandes dolores y a vivir queriéndose imponer sobre el hombre, pero este la dominará. Por último Dios emite juicio sobre Adán condenándolo a mantenerse del sudor de su frente en un mundo maldito que va a producir cardos y espinos (leer génesis 3: 8-18).
Si nosotros aplicáramos la idea de la cristiandad católica y protestante a la desobediencia de Adán podemos decir que este, después de muerto, se encuentra vivo en forma de alma inmortal sufriendo el castigo de los sufrimientos eterno del infierno donde, supuestamente, van a parar todos aquellos que mueren en desobediencia y sin el perdón de Dios. Pero ¿le sucedió esto a Adán? Vean la condena de Adán dictada por la misma boca de Dios:
‘’con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres y al polvo volverás’’. Génesis 3: 19.

Como podemos ver; Dios no condenó a Adán a quemarse sin poder morir en el fuego del infierno por desobediente. Tampoco lo introdujo, después de muerto, en el purgatorio para purificarlo y luego llevarlo al paraíso como creen los católicos; pero tampoco lo perdonó y se lo llevó al cielo después de muerto. La condena que Dios le impuso a Adán no tiene absolutamente nada que ver con ninguna vida inmediata después de la muerte. Antes de Adán recibir el aliento de vida él era simplemente polvo; por consiguiente la condena de Adán consiste en regresar al estado de inexistencia de donde Dios lo había una vez sacado. Esas son las palabras que Dios le pronunció: ‘’polvo eres y al polvo vas a volver’’. Por tanto, desde el día que pecaron, Adán y Eva comenzaron el proceso de degeneración (envejecimiento) que al final les llevó a la muerte.


‘’Debemos entender  que Dios no creó a Adán y Eva inmortales, ni tampoco mortales, sino que los creó en un estado NEUTRO, y luego la mortalidad vino sobre ellos cuando pecaron... esto lo ha estado ignorando totalmente la cristiandad  durante siglos, pero ahora la verdad está siendo dada a conocer de forma clara y sencilla. Lo que hizo Dios es prohibirles el acceso al árbol de la vida, para que no comieran de ese árbol y vivieran para siempre; pues si hubieran comido del árbol de la vida, después de pecar,  entonces Adán y Eva hubieran vivido para siempre y con ellos también el pecado hubiese sido eterno. La serpiente astutamente se adelantó, porque esa serpiente sabía bien claro que si tomaban y comían primero del fruto del árbol de la vida no tendrían la necesidad de comer del árbol del bien y del mal, ya que iban a tener la vida eterna.  Es por esto que Dios los expulsó del huerto de Edén y protegió la entrada con un Querubín y una espada de fuego para que ningún mortal pudiera llegar al árbol de la vida.’ (Foro Gabito grupos).
Leemos en Génesis 3: 22 : ‘’ Y dijo Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. ’’

Como se puede ver, Adán y Eva nunca llegaron a tomar del árbol de la vida, por lo tanto ellos jamás fueron inmortales.

Noten en este versículo que Dios ve al hombre como los dioses (Elohim) porque podían conocer entre el bien y el mal; no porque fueran inmortales como los dioses. Por eso vemos que al final del versículo Dios evita que coman del árbol de la vida para que no puedan vivir para siempre. Por lo tanto; si el mismo Dios ha evitado que vivan para siempre por haber pecado ¿Cómo vamos a creer y tolerar esa falsa doctrina de la inmortalidad del alma?. Si el mismo Dios condenó a Adán a la muerte ¿Cómo vamos a creer, igual que Eva, a la voz mentirosa de la serpiente la cual dijo lo contrario a lo que el Señor dijo?.

Algunos supuestos ‘’teólogos’’  dicen que la mentira de la serpiente consistió en decir que serían como Dios (dioses), eso que dicen es  otra burda mentira, y  lo demostraré de la forma más sencilla. Veamos lo que dijo Dios:
Génesis 3:22: ‘’Y dijo Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.’’

Como se puede ver es el propio Dios quien dijo que el hombre llegó a ser como los dioses, es decir, como Elohim, en el sentido de conocer  el bien y el mal, ¡exactamente lo mismo que dijo el diablo!, Aquí lo tienen:
‘’ Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Génesis 3:4-5.

 Lo que hizo el diablo es mezclar la mentira con la verdad. La mentira consistió en enseñar que el alma es inmortal, es decir: que ellos seguirían viviendo aunque pecaran (no moriréis), y la verdad consistió en decir que si pecaban serían como Dios, en el sentido de conocer y poder decidir entre el bien el mal.

Por otra parte; el diablo llamó mentiroso a Dios, diciendo que serían inmortales aunque pecaran, ¡he ahí el inicio de la doctrina de la inmortalidad del alma!, Una mentira satánica que se extendió por toda la tierra y que es predicada por todas las religiones falsas del mundo. Esta es la práctica satánica que durante miles de años el diablo ha estado utilizando para engañar al mundo, y especialmente la utiliza actualmente en el S.I.A. (sistema iglesiero apóstata) para engañar a los cristianos ingenuos que se inclinan por las supersticiones y el espiritismo. El propio Dios dice bien claro que somos como dioses en el sentido de conocer y poder decidir entre el bien y el mal, no en el sentido de  la inmortalidad, sinó en el sentido de conocer el bien el mal. Por tanto la gran mentira de todos los siglos consiste en el ‘’no moriréis’’ que pronunció Satanás cuando en realidad el mismo Dios había dicho que ‘’ciertamente morirían’’. ¿Cuál de los dos tuvo la razón?. Dios le dijo lo siguiente a Adán:
"el día que de él comieres, ciertamente morirás", el texto lo que dice simplemente es que el día que Adán tomara del fruto de ese árbol prohibido "MORIRÁS", observen que LA PALABRA "MORIRÁS" ESTÁ EN TIEMPO FUTURO, es decir, Adán desobedeció a Dios, pero él MORIRÍA EN EL FUTURO. Ahora bien, resulta que en Génesis 2:7 se dice bien claro que Adán era UN ALMA VIVIENTE, y esa alma MURIÓ a la edad de 930 años, por tanto lo que Dios dijo se cumplió al pie de la letra quedando de este modo Satanás como el vil mentiroso que es. Adán no se fue ni al cielo ni al infierno; tampoco reencarnó en otra persona; mucho menos fue al purgatorio: simplemente regresó al polvo de donde había sido sacado y el aliento de vida que lo mantenía vivo se fundió en el poder de Dios; desde ese día permanece en la inexistencia. Esto es lo que afirma las sagradas escrituras cuando el hombre muere:
“Sale su aliento, él vuelve a su suelo; en ese día de veras perecen sus pensamientos.” Salmos 146:4.

Esta condena de Adán fue traspasada a toda su descendencia, por tanto todos los seres humanos mueren de la misma forma que Adán, eso es exactamente lo que afirma las escrituras griegas cristianas; Leámoslo:
‘’ Por medio de un sólo hombre el pecado entró en el mundo, y por medio del pecado entró la muerte; fue así como la muerte pasó a toda la humanidad, porque todos pecaron.’’ Romanos 5: 12.

La serpiente invitaba a una aparente inmortalidad más completa, "con conocimiento del bien y del mal",  Pero nunca dijo nada de sus nefastas consecuencias para el hombre, ni del poder que ejercería lo malo en él, ni cuánto lo corrompería, pues el ser que la propuso, (Satanás), era un ser corrompido desde su mismo principio de creación.
Como hijos de Adán, en nuestro código genético tenemos escrita la muerte lenta de nuestro cuerpo, como resultado de llevar también encima los efectos del mal y del pecado (Pecado, es decir: no imitar a la perfección las cualidades divinas, un estado incompleto; errado o inacabado en cuanto a la finalidad para la que fuimos creados; incumplimiento o desacato a las normas divinas entre el Bien y el Mal).
"por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios." (Romanos 3:23).

"Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro." (Romanos 6:23).
Note que la vida eterna solamente la han de recibir aquellos que están en Cristo nuestro señor; el día de la resurrección: por el contrario: los malvados solo van a recibir la destrucción eterna, es decir: para siempre dejaran de existir, Leámoslo:
‘’Porque los malignos serán destruidos, Pero los que esperan en el Señor, ellos heredarán la tierra.  Pues de aquí a poco no existirá el malo; Observarás su lugar, y no estará allí.  Pero los mansos heredarán la tierra, Y se recrearán con abundancia de paz’’.  Salmos 37:9-11.
‘’ Porque los rectos habitarán la tierra, Y los perfectos permanecerán en ella, Mas los impíos serán cortados de la tierra, Y los prevaricadores serán de ella desarraigados.’’ Proverbios 2:21-22.

Luego que Adán y Eva fueron expulsados del jardín de Edén ellos comenzaron a multiplicarse y le nacieron hijos e hijas. La biblia muestra que aunque las personas de ese tiempo Vivian varios cientos de años al final todos morían; solo basta leer todo el capítulo 5 de génesis para darnos cuenta de esa realidad. Veámos solo tres ejemplos de esos pasajes:
 ‘’Cuando Adán llegó a la edad de ciento treinta años, tuvo un hijo a su imagen y semejanza, y lo llamó Set.  Después del nacimiento de Set, Adán vivió ochocientos años más, y tuvo otros hijos y otras hijas.  De modo que Adán murió a los novecientos treinta años de edad. Set tenía ciento cinco años cuando fue padre de Enós. Después del nacimiento de Enós, Set vivió ochocientos siete años más, y tuvo otros hijos y otras hijas.  De modo que Set murió a los novecientos doce años de edad.’’ Génesis 5: 3-8.
 ‘’ Matusalén tenía ciento ochenta y siete años cuando fue padre de Lamec. Después del nacimiento de Lamec, Matusalén vivió setecientos ochenta y dos años más, y tuvo otros hijos y otras hijas. De modo que Matusalén murió a los novecientos sesenta y nueve años de edad.’’ Génesis 5: 25-27.

Como podemos ver ninguno de los descendiente de Adán a podido sobrevivir a la muerte; y eso nos incluye a nosotros, ya que ninguno de ellos pudieron comer del árbol de la vida y de este modo vivir para siempre.

Ahora vamos a conocer como las doctrinas satánicas 

de la inmortalidad del alma y los sufrimientos 

eternos del infierno transcendieron las edades.



BABEL: CUNA DEL ESPIRITISMO.



Vamos a hacer un breve recuento de como las doctrinas satánicas de la inmortalidad del alma y los sufrimientos eternos del infierno se esparcieron sobre toda la tierra, infiltrándose en casi todas las religiones del mundo, comenzando en el huerto de Edén, que es donde Satanás hace la primera mentira del ¨NO MORIREIS¨, y luego desde babel es de donde esas doctrinas de demonios toman fuerza y aceptación, y luego de allí entra en casi todas las creencias en todo el mundo.
Después del engaño que Satanás le introdujo a la humanidad a través de Eva, es decir; la mentira del no moriréis: la humanidad se corrompió, al punto que la maldad había llenado la tierra. En génesis 6 leemos que ciertos seres llamados hijos de dios, o dioses (Elohim según el texto hebreo original), vinieron a la tierra a tener relaciones con las hijas de los hombres en un acto de fornicación sobrenatural; una abominación. De la unión antinatural de esos dioses que vinieron de las regiones celestes con las mujeres humanas sus hijos nacieron gigantes: unos hombres enormes llenos de maldad.
Leamos lo que dice génesis 6: 4:
‘’ Al unirse los hijos de Dios con las hijas de los seres humanos y tener hijos con ellas, nacieron gigantes, que fueron los famosos héroes de antaño. A partir de entonces hubo gigantes en la tierra.’’

Estos gigantes provocaron tanta maldad que el mismo Dios decidió el exterminio de todo lo que existía sobre la tierra, con excepción de Noé y su familia; Leámoslo:
‘’Al ver el Señor que la maldad del ser humano en la tierra era muy grande, y que todos sus pensamientos tendían siempre hacia el mal,  se arrepintió de haber hecho al ser humano en la tierra, y le dolió en el corazón.  Entonces dijo: «Voy a borrar de la tierra al ser humano que he creado. Y haré lo mismo con los animales, los reptiles y las aves del cielo. ¡Me arrepiento de haberlos creado!»  Pero Noé contaba con el favor del Señor.’’ Génesis 6: 5-8.

Como podemos ver; la decisión de Dios es destruir a todo el género humano de ese entonces junto con todos los animales. Note que Dios no hace diferencia entre los animales y los humanos cuando envió el diluvio para destruirlos; Leámoslo:
‘’Así murió todo ser viviente que se movía sobre la tierra: las aves, los animales salvajes y domésticos, todo tipo de animal que se arrastraba por el suelo, y todo ser humano. Pereció todo ser que habitaba la tierra firme y tenía aliento de vida. Dios borró de la faz de la tierra a todo ser viviente, desde los seres humanos hasta los ganados, los reptiles y las aves del cielo. Todos fueron borrados de la faz de la tierra. Sólo quedaron Noé y los que estaban con él en el arca.  Y la tierra quedó inundados ciento cincuenta días. Génesis 7: 21-24.

Como podemos ver todos fueron destruidos, borrados de la faz de la tierra; tanto los humanos como los animales tuvieron un mismo final. Es por esto que las sagradas escrituras aseguran que no existe diferencia entre la muerte de un animal y un ser humano: Leámoslo:
 ‘’Pensé también con respecto a los hombres: «Dios los está poniendo a prueba, para que ellos mismos se den cuenta de que son como los animales. Los hombres terminan igual que los animales; el destino de ambos es el mismo, pues unos y otros mueren por igual, y el aliento de vida es el mismo para todos, así que el hombre no es superior a los animales. Realmente, todo es absurdo,  y todo va hacia el mismo lugar. »Todo surgió del polvo, y al polvo todo volverá.’’ Eclesiastés 3: 18-20. (Si postulamos que todos los humanos que Dios destruyó en el diluvio siguen vivos en forma de espíritus inmortales sufriendo el supuesto castigo de los tormentos del infierno; tenemos que decir también que todos los animales que murieron en el diluvio también se encuentran en ese lugar: lo cual es totalmente ridículo).

Sin embargo, esos dioses o elohim que descendieron para ligarse con las hijas de los hombres en actos sexuales contra naturaleza y de extrema fornicación no corrieron la misma suerte que los seres humanos, es decir: no fueron destruidos en las aguas del diluvio. Ellos fueron encarcelados por orden de Dios en un lugar llamado abismo o tártaros hasta el día del juicio. Eso es lo que afirma las escrituras en el libro de judas; Leámoslo: 
‘’ Y a los ángeles que no mantuvieron su posición de autoridad, sino que abandonaron su propia morada, los tiene perpetuamente encarcelados en oscuridad para el juicio del gran Día.  Así también Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas son puestas como escarmiento, al sufrir el castigo de un fuego eterno, por haber practicado, como aquéllos, inmoralidad sexual y vicios contra la naturaleza. Judas 6-7.

Como podemos ver; el pecado de esos ángeles fue parecido a los actos sexuales antinaturales que cometieron los pervertidos que vivieron en Sodoma y Gomorra. Estas palabras son confirmadas por el apóstol Pedro cuando dijo lo siguiente:
"Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al Tártaro los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio, Tampoco perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, y trajo el diluvio sobre el mundo de los impíos. También condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente. ’’ (2Pedro 2:4-6).

Satanás no esta encerrado en el abismo todavía, ya que en tiempos posteriores al diluvio la biblia certifica que Satanás aun andaba por la tierra (Job 1: 7); y tiene su cuartel generar en cierta regiones celestes del segundo cielo (efesios 6: 12). Pero, según el libro de apocalipsis,  cuando  Cristo venga por segunda vez a destruir el gobierno mundial de la bestia y a rescatar a su pueblo; entonces Satanás va a ser atado por mil años en esa prisión llamada el abismo, según se lee en apocalipsis 29: 1-3. De lo que si estamos bíblicamente seguros es que en este preciso momento los que se encuentran encarcelados en ese lugar llamado el abismo o tártaro son los ángeles que tuvieron relaciones con las humanas y engendraron gigantes. En ese lugar no existen ni almas ni espíritus de seres humanos.

La palabra hebrea utilizada para definir esa prisión o abismo es la palabra: Tejóm y define a un lugar profundo debajo de la masa de agua del océano. Recordemos que al principio de la creación las aguas cubrían la faz del abismo: por tanto esa prisión llamada abismo se encuentra en el fondo del mar.

Hemos venido narrando toda esta historia para demostrar como Satanás, el gran engañador, ha tomado el significado de aquel abismo donde están presos esos ángeles rebeldes y le ha dado otros significados: uno de ellos es el de un lugar de tormento donde caen las almas supuestamente inmortales de los seres humanos malvados cuando estos mueren. Otras falsas doctrinas derivadas de lo mismo son  El purgatorio, el limbo, la invocación de espíritus familiares, la reencarnación, etc. Veamos como se desarrollaron esas creencias satánicas.

Inmediatamente después del diluvio las personas nuevamente comenzaron a multiplicarse. Nuevamente el diablo incita a los humanos a revelarse contra Dios a través de Ninrot, fundador de babel, es decir: babilonia, según se lee en Génesis 11. La esposa de Ninrot es su propia madre Semiramis: una sacerdotisa dueña de todos los secretos de la religión mistérica de babilonia. Esa mujer era considerada una diosa y la llamaban ‘’reina del cielo’’. Tanto Semiramis como Ninrot eran brujos, sacerdotes y hechiceros al servicio de Satanás. Ellos aprendieron las artes mágicas y la invocación de los demonios. En esa cultura rebelde se comienza a dar el culto a los dioses, la astrología o adoración a los astros, se desarrolla la doctrina de la inmortalidad del alma Y EL ESPIRITISMO en varias connotaciones. Allí nace la idea de la invocación de los espíritus de los familiares muertos, enterrar a las personas junto a sus pertenencias, incluyendo varios esclavos (a los cuales enterraban aun estando vivos), para que puedan ser usados por ese difunto en el más allá. También se creía en la reencarnación, es decir; la transmigración de las almas de un cuerpo a otro una y otra vez cada vez que morían.

Es entonces que muy astutamente Satanás toma la idea del abismo donde están presos los ángeles rebeldes hasta el día del juicio y le da la connotación de un lugar de tormento de fuego lleno de demonios donde van a parar las almas de los perversos pecadores. A ese lugar en la religión sumeria la comenzaron a llamar Abzu. Los sacerdotes babilonios comandado por Semiramis comenzaron a enseñar a las personas que para librar a sus seres queridos de ese lugar de tormentos tenían que honrar a los dioses con ofrendas, regalos, cultos y  sacrificios humanos: de este modo aquellas almas eran supuestamente sacadas de aquel lugar de tormentos y eran llevados al paraíso donde habitaban los dioses. Pero todo era una burda mentira: todas las riquezas adquiridas eran para el uso de los sacerdotes y de los reyes; los cuales les infundían al pueblo ideas de superstición, fabulas y mitos y por esto ellos vivían con gran temor al mundo desconocido del supuesto mas allá.

Cuando Dios castiga a los moradores de babel confundiéndoles el lenguaje, estos se esparcen por todo el mundo llevando consigo sus creencias babilónicas, con excepción del pueblo hebreo, conocidos como semitas, es decir, descendientes de Sem. La idea babilónica de la inmortalidad del alma, de los tormentos eternos y del espiritismo fue desarrollándose en todas las culturas de la tierra.


El infierno mesopotámico:
Unos 2.500 años antes del nacimiento de Jesús; los sumerios y los babilonios creían en un mundo subterráneo que llamaban el país sin retorno. Esa creencia antigua se refleja en los poemas sumerios y acadios conocidos como “La epopeya de Gilgamés” y el “Descenso de Istar al mundo subterráneo”. Istar es la misma Semiramis que gobernaba en babel: también era conocida como la diosa  Isis entre los egipcios, Astarté entre los sidonios, Aserá entre los filisteos, Venus entre los griegos, afrodita entre los romanos y la virgen maría entre los católicos. Los mesopotámicos describen la morada de los muertos como una casa de oscuridad, “la casa de la cual nadie que ha entrado en ella puede salir”.

Respecto a las condiciones que imperan allí, un antiguo texto asirio dice que “el otro mundo está lleno de terror”. El príncipe asirio a quien supuestamente se le concedió ver esta morada subterránea de los muertos testificó que le “temblaron las piernas” por lo que vió. Al describir a Nergal, el rey del mundo subterráneo, el príncipe escribió: “Con un clamor horroroso me gritó airadamente como una furiosa tormenta”.


Religiones de Egipto y del Oriente:
Los egipcios de la antigüedad creían en la inmortalidad del alma y tenían su propio concepto del más allá. The New Encyclopædia Britannica declara: “Los textos funerarios de los egipcios describen el camino al otro mundo como estando lleno de peligros terribles: monstruos espantosos, lagos de fuego, puertas por donde no se puede pasar a menos que se usen fórmulas mágicas, y un barquero siniestro cuya intención malvada hay que frustrar por medios mágicos”. Los sacerdotes egipcios enseñaban al pueblo que si ellos querían sacar a sus familiares muertos de aquél lugar de tormentos tenían que rendir ofrendas en los templos de los dioses; de este modo es que muy astutamente esos sacerdotes se mantenían a costa de la ignorancia y la superstición del pueblo, algo muy parecido a lo que hacían los papistas católicos en la edad media cuando vendían indulgencias para que los sacar del purgatorio las supuestas almas en pena.

Las religiones indoiranias desarrollaron diversas creencias acerca del castigo después de la muerte. Respecto al hinduismo, la Encyclopædia Universalis francesa dice: “Hay innumerables descripciones de los 21 infiernos ideados por los hindúes. Los pecadores son devorados por bestias salvajes y serpientes, asados laboriosamente, mutilados, atormentados con sed y hambre, hervidos en aceite, o pulverizados en recipientes de hierro o piedra”.
El jainismo y el budismo tienen sus propias interpretaciones del más allá, donde se atormenta a los pecadores impenitentes. El zoroastrismo, fundado en Irán, o Persia, también tiene un infierno: un lugar frío y hediondo donde se atormenta a las almas de los pecadores.

Es interesante notar que parece que los tormentos del infierno no son eternos según las creencias egipcia, hindú, jainí, budista y zoroástrica. Según estas religiones, después de un período de sufrimiento, las almas de los pecadores pasan a otro lugar u otra condición, dependiendo del concepto que tenga la religión en particular sobre el destino humano. Sus ideas acerca del infierno son similares al concepto católico del purgatorio ligado con la teoría de la reencarnación.

GRECIA Y ROMA.
 Esta idea de la inmortalidad del alma y los tormentos eternos fue absorbida siglos después por el filósofo platón y fue  propagada por todo el mundo griego y romano siglos antes de cristo. Llamaban Hades a la región de los muertos, y creían que la gobernaba un dios que llevaba ese mismo nombre. Según la mitología a ese dios Le asignaron tres consejeros de Estado; tres amas de gobierno que llamaron las Furias; tres Parcas para hilar, devanar y cortar el hilo de la vida del hombre; y como en la antigüedad cada héroe tenía un perro para que vigilara la puerta de su casa, concedieron a Hades, también llamado Plutón por los romanos, un perrazo con tres cabezas, llamado Cancerbero; en ese reino todo se contaba por tres. Los consejeros de Estado eran Minos, Eaco y Radamanto: uno juzgaba la Grecia, otro el Asia Menor y el tercero la Europa. En el libro Orpheus—A General History of Religions, el erudito francés Salomon Reinach escribió lo siguiente acerca de los griegos: “Una creencia muy popular era que el alma entraba en las regiones infernales después de haber cruzado el río Estigia en la barca del viejo barquero Caronte, quien exigía como pasaje un óbolo [moneda], que se colocaba en la boca del difunto. En las regiones infernales, el alma comparecía ante los tres jueces de ese lugar; si se le condenaba por sus delitos, tenía que sufrir en el Tártaro. Los griegos hasta inventaron un limbo, la morada de los niños que habían muerto durante la infancia, y un purgatorio, donde se purificaban las almas mediante cierto castigo leve”. Según The World Book Encyclopedia, las almas que iban a parar al Tártaro “sufrían tormento eterno”.

En Italia los etruscos —cuya civilización precedió a la de los romanos— también creían en el castigo después de la muerte. El Dictionnaire des Religions comenta: “Los etruscos cuidaban mucho de sus muertos debido al concepto que tenían de las regiones infernales. Como los babilonios, ellos creían que eran lugares de tortura y desesperación para los manes [los espíritus de los muertos]. El único alivio para ellos venía de las ofrendas propiciatorias que hacían sus descendientes”. Otra fuente declara: “Las tumbas de los etruscos muestran escenas de horror que sirvieron de inspiración para las pinturas cristianas del infierno cuando, siglos después, surgió el catolicismo romano”.

Los romanos adoptaron el infierno etrusco y lo llamaron Orco o Infierno. También tomaron de los griegos los mitos acerca de Hades, el rey del mundo subterráneo, y lo llamaron Orco o Plutón.

En roma a aquel lugar de tormento lo llamaban inframundo o infernus (en latín). Todos esos lugares tenían la misma idea babilónica de un lugar de fuego habitado por demonios, dioses malignos, titanes y almas de seres humanos condenados a los tormentos de aquellos seres superiores.
Los primeros que se burlaron de los infiernos fueron los poetas. Virgilio unas veces se ocupa de ellos hablando seriamente en la Eneida, porque el tono serio era a propósito para su asunto, y otras veces se burlaba de ellos en las Geórgicas. Lo mismo hizo Lucrecio y Horacio, Cicerón y Séneca. El emperador Marco Aurelio raciocina más filosóficamente que los citados escritores. Dice: «El que teme la muerte, lo que teme es verse privado de sus sentidos o experimentar otras sensaciones; pero el que pierde los sentidos no sufre ninguna pena ni miseria alguna, y el que tiene sentidos de otra clase se convierte en otra criatura.» Nada podía replicar a este argumento la filosofía profana.

Refiriéndose a un supuesto lugar de tormentos después de la muerte,  Cicerón decía públicamente lo siguiente: «No hay ninguna vieja que crea esas tonterías.» Lucrecio confesaba que esas ideas causaban gran impresión en la imaginación del pueblo, y que él se proponía destruirlas. Lo cierto es que en las últimas capas sociales, unos se reían del infierno, pero les hacía temblar a otros; unos conceptuaban fábulas ridículas como el Cancerbero, las Furias y Plutón, y otros ofrecían continuamente ofrendas a los dioses infernales. Algunos filósofos que no creían en la fábula del infierno deseaban sin embargo que esa creencia refrenara al populacho. De esos filósofos fueron TImeo de Locres y el político e historiador Polibio; que decía: «El infierno es inútil para los sabios, pero es necesario para la plebe insensata.»

Sucedía entonces lo mismo que sucede ahora. Tanto los católicos como los modernos protestantes (evangélicos, pentecostales, etc.) están atados a esa creencia supersticiosa de los tormentos del infierno, del cual predican desde los pulpitos tratando de infundir terror en las almas pecadoras para que se arrepientan. Muchos supuestamente vienen a Cristo, no porque fueron convencidos por el espíritu de Dios, sino por el temor de caer en aquel lugar de tormento donde un Dios airado pone en suplicio y torturas a los difuntos pecadores. Por lo tanto, en esas iglesias muchas personas vienen no porque encontraron el amor de Dios, sino para librarse de la furia de un dios trino que es capaz de someter a tormentos eternos en el fuego a todos aquellos que lo desafíen.

Por lo tanto, ha quedado demostrado que la doctrina de la inmortalidad del alma surge en el huerto de Edén, cuando el diablo le dijo a Eva ¨NO MORIREIS¨ (Génesis 3), y luego esas doctrinas perversas hacen su mayor apogeo y crecimiento en Babel (babilonia) en el reinado de Ninrot y Semiramis, y luego de allí esas doctrinas satánicas se esparcieron por toda la tierra, multiplicándose en diferentes conceptos a través de muchas religiones.

LOS ESCRITOS INSPIRADOS DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS NO CREÍAN EN LA INMORTALIDAD DEL ALMA Y EN LOS SUFRIMIENTOS ETERNOS.
Notemos que en la cultura hebrea esta creencia no existía. Por ejemplo: moisés, escritor de los primeros cinco libros de las escrituras hebreas nunca escribió sobre un lugar de tormentos donde los muertos en realidad no estaban muertos, sino que seguían vivos como almas inmortales. Es el mismo moisés quien escribió la historia de Adán y Eva; por tanto la creencia de moisés era que el hombre era un alma viviente por la combinación del cuerpo de barro y el aliento de vida (ruaj en hebreo) dado por Dios; por tanto moisés estaba seguro que el ser humano al morir regresaba al polvo, la inexistencia.

Alguien que vivió cerca de la época de moisés fue Job Este hombre era tenido como un hombre muy sabio. Job creía que cuando el hombre moría quedaba en la inconsciencia de la muerte, es decir, en la inexistencia; Leámoslo:
"Mas el hombre morirá... ¿y dónde estará él? ... hasta que no haya cielo, no despertarán, ni se levantarán de su sueño". Job 14:10-12.
‘’ ¿Por qué me sacaste de la matriz? Hubiera yo expirado, y ningún ojo me habría visto.  Fuera como si nunca hubiera existido, Llevado del vientre a la sepultura’’. Job 10: 18-19.

Pero también Job creía en la resurrección de los muertos, es decir: que un día futuro Dios nuevamente iba a darle vida a los muertos nuevamente; Leámoslo:
 ‘’Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo; Y después de deshecha esta mi piel, En mi carne he de ver a Dios; Al cual veré por mí mismo, Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí’’. Job 19: 25.27.

Es por eso que Job, en medio de su fuerte aflicción, quería ocultarse en el Seol, es decir: en el sepulcro. El quería morir para que luego Dios le devolviera la vida:
‘’!!Oh, quién me diera que me escondieses en el Seol, Que me encubrieses hasta apaciguarse tu ira, Que me pusieses plazo, y de mí te acordaras!’’. Job 14: 13.

En la mentalidad de esos hebreos no existía ni rastro de un lugar de tormento en el Seol. Cristo y sus apóstoles tenían esa misma creencia, es decir: que todos los muertos estaban en los sepulcros hasta el día de la resurrección. Es por esto que Cristo dijo:
"Vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida, más los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación" (Juan 5:28-29).

 No hay ninguna indicación en las Escrituras de que se castigue inmediatamente después de la muerte a un alma en un infierno de fuego supuestamente habitado por el diablo y sus demonios; los cuales, supuestamente: disfrutan día y noche torturando esas almas pecadoras por toda la eternidad. Esta doctrina escalofriante provino de las religiones posdiluvianas de Babel, no de la Biblia. La doctrina de la cristiandad sobre el castigo en el infierno se originó de los babilonios primitivos. La idea católica del sufrimiento remediador en el purgatorio se remonta a las religiones primitivas de Egipto y del Oriente. El limbo se tomó de la mitología griega. Las oraciones y ofrendas a favor de los muertos eran prácticas de los etruscos.

Por lo tanto debemos preguntarnos: ¿Cuándo y Cómo se introdujo en las creencias cristiana la idea de la inmortalidad del alma y de los tormentos eternos del infierno?.

Esto lo vamos a conocer en el siguiente capitulo.

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LA DOCTRINAS FALSAS DE LA INMORTALIDAD DEL ALMA Y LOS TORMENTOS ETERNOS DESDE BABILONIA A ROMA; DE ROMA AL CATOLICISMO Y DE ALLI A TODA LA CRISTIANDAD APOSTATA.

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